Isabel II

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en 1830 fernando promulgaba la pragmatica sancion . La Pragmática establecía que si el rey no tenía heredero varón, heredaría la hija mayor. Esto excluía, en la práctica, al infante Don Carlos María Isidro de la sucesión, por cuanto ya fuese niño o niña quien naciese sería el heredero directo del rey. De esta forma, su hija Isabel nacida poco después, se veía reconocida como heredera de la corona, con gran disgusto de los partidarios de don carlos el hermano del rey. Esto desembocaría en la 1ª guerra carlista que enfrento a los que querían el absolutismo y apoyaban a Don Carlos contra los liberales que apoyaban a la hija de Fernando VII. Fernando VII murió el 29 de septiembre de 1833, en este año Isabel solo tenía tres años por lo que no podía gobernar y se impuso una regencia, la regente fue Maria Cristina de Borbón, la madre de Isabel su regencia duro 7 años y al principio dispuso un decreto de amnistía esto consistía en que los exiliados o cesados por sus ideas políticas volviesen a España, también reabrió las universidades. Uno de los principales problemas lo encontró en su cuñado, que quería retomar el absolutismo, y aunque Maria Cristina, tenia ideas absolutistas se vio obligada a estar respaldada por los liberales, aunque siempre prefirió estar con los mas moderados. La guerra duro 6 años(1933-1939) estaba distribuida de la siguiente forma.El campo y las pequeñas ciudades del País Vasco y Navarra apoyaron mayoritariamente al pretendiente Carlos debido a su tradicionalismo, gracias al apoyo que le dio el bajo clero local. Muchos autores han especulado con la posibilidad de que la causa carlista en el País Vasco fuese fundamentalmente foralista. No existe consenso en este análisis, puesto que otros autores rebaten esta interpretación, haciendo la principal razón del apoyo vasco-navarro al influjo del clero en la sociedad.recuperar sus derechos forales, perdidos tras la Guerra de Sucesión Española. La jerarquía eclesiástica se mantuvo ambigua, aunque una parte importante del clero (como por ejemplo el famoso Cura Merino) se unió al bando carlista.En el otro bando, los liberales y moderados se unieron para apoyar a María Cristina y a su hija Isabel. Controlaban las principales instituciones del Estado, la mayoría del ejército y todas las ciudades importantes. Los liberales recibieron apoyo del Reino Unido, Portugal y Francia en forma de créditos para el tesoro y de fuerzas militares. Los británicos enviaron la Legión británica, cuerpo de voluntarios al mando del general George Lacy Evans, en tanto que la Royal Navy realizaba funciones de bloqueo. Los portugueses enviaron una división auxiliar bajo el mando del Barón das Antas y los franceses la Legión extranjera francesa además de colaborar en el control de la frontera y de las costas españolas.La guerra finalmente empezó en el país Vasco y Navarra El 14 de noviembre de 1833, las Juntas de Álava y Vizcaya nombraron a Tomás de Zumalacárregui jefe de sus ejércitos. El ejército cristino contaba en ese momento con unos 115.000 hombres, aunque sólo unos 50.000 se encontraban con capacidad de combatir. En el futuro se debió movilizar a cerca de medio millón para enfrentarse victorioso a las tropas carlistas. El Infante Don Carlos, fugado de su exilio inglés, se instaló entre Navarra y el País Vasco, y desde allí dirigió la contienda, fijando la capital en Estella. Tras los éxitos iniciales, Zumalacárregui perdió la Batalla de Mendaza el 12 de diciembre de 1834 y se retiró hasta una nueva incursión en la primavera de 1835 que obligó a los seguidores de la Regente a situarse más allá del río Ebro. Durante el sitio de Bilbao, el 15 de junio de ese año, Zumalacárregui sufrió heridas de combate que le provocaron la muerte días más tarde. En el verano de 1835, los isabelinos al mando del general Fernández de Córdoba trataron de aislar a los carlistas en el norte pero sólo consiguieron mantener el control de las ciudades más importantes. La muerte de Zumalacárregui provocó una estabilización de los frentes, salvo la incursión de 1837 hasta las puertas de Madrid. El general Baldomero Espartero fue el encargado de dirigir a las tropas fieles a la Regente y evitar la acometida de la Expedición Real que se aproximó a Madrid, hasta que el 29 de agosto de 1839, firmó la paz con el general carlista Rafael Maroto en lo que se conoce como el Convenio de Vergara. Aunque todo esto no sirvió realmente pues las cuestiones Forales no se resolvieron, ya que Espartero solo se comprometió a recomendar el cambio de los fueros, o el infante Carlos no esta contento. Desde el punto de vista de la política. Hay que mencionar que en 1832 había sido nombrado Presidente del Consejo de Ministros Francisco Cea Bermúdez, el cual realizo una nueva división de España en provincias. Pero Francisco Cea fue cesado y se nombro como presidente a Martínez de la Rosa, este promulgó el estatuto real de 1834 A modo de carta otorgada, disimulaba el espíritu liberal para no alterar a los moderados y seguidores del Antiguo Régimen, dejando sin aclarar si la soberanía nacional residía en el Rey o en las Cortes. También tenia sufragio censitario y dos cámaras: próceres y procuradores. Todo esto en definitiva suponía un retroceso con respecto a la constitución de Cádiz. Este hecho enfureció a los liberales y se produjeron revueltas en Barcelona y en Madrid. Esto obligo a Maria Cristina a nombrar a Mendizábal, un liberal progresista como ministro, su principal reforma fue la desamortización, fue una magnifica idea pero sin embargo empeoro todo aunque el no lo llego a contemplar pues fue cesado en mayo de 1836. Su idea fue la de quitarle los terrenos a la iglesia para venderla a los campesinos e industrializar el país. Pero Los pequeños labradores no pudieron entrar en las pujas y las tierras fueron compradas por nobles y burgueses adinerados, de forma que no pudo crearse una verdadera burguesía o clase media en España que sacase al país de su marasmo. En verano de 1836 se produjo el levantamiento de los generales de la granja, esto provoco que la regente restaurase la constitución de 1812 esto significo la nueva aparicion de unas cortes constituyentes encargadas de llevar a cabo la correspondiente reforma constitucional. Pero lo que finalmente se consiguió fue la constitución de 1837.


La Constitución de 1837 fue obra de los progresistas, pero tuvo un carácter conciliador. Sus principios se inspiraban en los del texto de 1812. Introdujo en España la monarquía constitucional, y establecía unas Cortes bicamerales, además de incorporar por primera vez en nuestro país una declaración sistemática y homogénea de derechos. Estuvo vigente hasta 1845.Esta constitución es la segunda de la historia de España, y sobre ella trata el documento 1 que es una fuente primaria que contiene una imagen de la jura de la constitución de 1837 en la que Isabel II solo tiene 7 años.
Esta constitución significa también un gran paso ya que fue hecha entre progresitas y moderados que discutieron sobre la soberanía nacional. reconoció el poder legislativo a las Cortes -en un sistema bicameral con el Congreso de los Diputados y el Senado- junto al Rey, a quien correspondía la disolución y la mayoría de las prerrogativas propias del Jefe del Estado y del poder ejecutivo, y que delegó más tarde en la Presidencia del Consejo de ministros, pero reservándose gran capacidad de maniobra, como la disolución de las Cámaras.
El texto amparaba la libertad de imprenta, ampliaba el sufragio censitario y recogía un conjunto de derechos individuales, aún lejos de la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano, pero con claros signos de apertura frente al Estatuto Real. Esta constitución constaba de 13 títulos y 77 artículos, tratando temas del senado, rey, sucesión a la corona, De las Diputaciones provinciales y de los Ayuntamientos, todo esto demuestra que se estaba dejando muy atrás el absolutismo. Aunque todo esto no significo una mejoría completa, ya que La Regente era consciente de que el sistema se encontraba en una grave crisis. Los liberales moderados no tenían intención de ir más allá de las reformas concluidas con la Constitución de 1837 y los progresistas controlaban buena parte de España mientras la guerra con los carlistas continuaba en el norte. Así las cosas, María Cristina se trasladó a Barcelona en 1840, en unas pretendidas vacaciones con Isabel para aliviar las dolencias dermatológicas de la niña, y se entrevistó con Espartero, a quien la población veía como el gobernante más adecuado. Para aceptar la Presidencia del Consejo, el general pidió a la Regente la disolución de las Cortes y el veto a la legislación que pretendía intervenir en los ayuntamientos. María Cristina ofreció libertad a Espartero para nombrar un nuevo gobierno, pero terminó sancionando la Ley de Ayuntamientos, en la convicción de que el general aceptaría los hechos consumados con tal de presidir el gabinete. Sin embargo, el 15 de junio Espartero presentó su dimisión a la Regente.
En Barcelona y Madrid se sucedieron altercados entre moderados y progresistas, entre partidarios de la Regente y de Espartero. En esta situación María Cristina no consideró conveniente permanecer en una Barcelona regida por los progresistas y donde no había encontrado el apoyo que esperaba de la burguesía catalana, y se trasladó a Valencia. Espartero trató de aparentar que defendía a la Regente, con lo que el 22 de julio dictó un bando en el que declaraba el estado de sitio en Barcelona. Pero la excepcional medida fue levantada el 26 de agosto, cuando el general consideró que ya disponía de los apoyos suficientes entre los militares para alcanzar la Regencia.
El 1 de septiembre estalló la revolución liberal en Madrid. El alcalde de esta ciudad hizo una proclama buscando el apoyo de todos los municipios de España. Espartero, lejos de obedecer las peticiones de la Regente para que acallase la revolución en la capital, le pidió que respetase la Constitución e insistió en la disolución de las Cortes, maniobrando para conseguir que los altos funcionarios de los ministerios le fueran afines. La simpatía popular y la presión de las Juntas Provinciales y locales hicieron el resto: Espartero obtuvo la Regencia al abdicar María Cristina el 12 de octubre de 1840.
El gobierno del general Espartero tuvo como enemigos a los moderados, los cuales estaban encabezados por O'Donnell y Narváez. También el gobierno de Espartero significa la primera vez que un militar gobierna España, el principal fallo de Espartero fue el arancel de 1842 por el que se abrió el mercado al el algodón ingles lo que afecto negativamente a la industria catalana, entonces Cataluña se movilizo y Espartero respondió con un bombardeo en Cataluña, Tras el bombardeo de Barcelona, la oposición al regente fue a más, incluso dentro de sus propias filas, se opusieron a lo que representaba una clara dictadura. En Andalucía los progresistas y moderados se alzaron con Narváez al centro y cuando llego a Torrejón de Ardoz, Espartero había huido a Inglaterra. Entonces Joaquín María López regresó al gobierno el 23 de julio y reconoció la mayoría de edad anticipada de Isabel II. Procuró una alianza entre moderados y progresistas que finalmente se hizo imposible. Narváez accedió al poder el 3 de mayo de 1844, inaugurando el período moderado. Sustituyó a González Bravo como Presidente del Consejo de Ministros. Una de sus primeras actuaciones fue la reforma de la Constitución de 1837, de la que sale una nueva Constitución, la de 1845. aquí entramos en el documento 2 este es una fuente primaria y contiene el titulo III y el titulo IV de esta constitución. Esta constitución consta de 80 artículos y 13 títulos. Esta constitución es moderada y se hizo en el gobierno de Narváez en la llamada década moderada. Estos intentaron también mejorar sus relaciones con la Iglesia, que en gran parte se había mostrado proclive al carlismo ante las reformas progresistas y muy especialmente a causa de la desamortización y la abolición del diezmo. En el año 1851 se firmó un Concordato con la Santa Sede, en el que se establecía la suspensión de la veta de los bienes eclesiásticos desamortizados, el retorno de los no vendidos y la financiación pública del culto y el clero. A partir de ese momento, aun cuando ciertos sectores continuaron viendo en la opción carlista la única garantía de recuperar la situación privilegiada del Antiguo Régimen, la postura oficial de la jerarquía de la Iglesia católica fue la de respaldar el trono de Isabel II.
La constitución de 1845 representa la 3 constitución Española y recoge las ideas básicas del moderantismo: rechazo de la soberanía nacional y sustitución por la soberanía conjunta del Rey y las Cortes, ampliación de los poderes del ejecutivo y disminución de las atribuciones de las Cortes, Exclusividad de la religión católica y compromiso de mantenimiento del culto y clero, Ayuntamientos y Diputaciones sometidos a la Administración central, supresión de la Milicia Nacional, restricción del derecho de voto, que se remite a una nueva ley electoral posterior y Senado no electivo sino nombrado por la reina entre personalidades relevantes y de su confianza. SE mantenía gran parte del articulado de la Constitución de 1837, sobre todo en la declaración de derechos, pero se remitía su regulación a leyes posteriores que fueron enormemente restrictivas con las libertades. Por último, confería enormes atribuciones a la Corona, ya que, además de la facultad de nombrar ministros y disolver las Cortes, le otorgaba la facultad de nombrar el Senado.

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