Análisis de Personajes Femeninos en "La Casa de los Espíritus"

Análisis de Personajes Femeninos en La Casa de los Espíritus

Las Mujeres

Las críticas son unánimes al dictaminar el papel primordial de las mujeres en la novela. Cuatro generaciones de mujeres cuyos amores y desamores se entretejen en el contexto histórico de un país (Chile) aunque ese término jamás se mencione. Las cuatro generaciones son luminosas, cada una a su modo y manera, sus nombres no hacen sino refrendarlo: la blancura de Nivea, Clara, Blanca y Alba es símbolo de su aura interior.

• Nivea (cuyo personaje reaparecerá años más tarde en Retrato en Sepia) es la matriarca que, mientras da a luz a sus quince hijos, tiene tiempo para reivindicar el voto femenino.
• Rosa pasa fugazmente por la historia, marcada por su físico excepcional -pelo verde- y rara belleza. Será la primera novia del patriarca, quien llegará hasta raptarla del cementerio para unir en un mausoleo a sus dos amores.
• Clara es el eje escondido del retrato: su imaginación clarividente rige la vida de cuantos la rodean. Mujer etérea, pero también ejemplo de matriarca tradicional en cuanto mujer de Esteban, se mueve sin complejos, espontánea, rompedora, guiada por su instinto y lo que cree justo. Tiene corazón para los humildes y educa y repite consignas a los campesinos para mejorar su vida y capacidad de entender y perdonar a quienes obran movidas por el amor, como su hija Blanca; sus dotes telepáticas se intensifican con el tiempo y se canalizan a través de prácticas espiritistas con las hermanas Mora.
• Blanca, aparentemente la más gris, destaca por su férrea voluntad, muy centrada en su profundo amor por Pedro Tercero, revolucionario y de una clase social inferior, que no se doblega ante la autoridad paterna. Madre soltera y cuentacuentos, será el sostén de la casa y vivirá una vida oscura pero digna, condicionada por distintas circunstancias hasta huir con su amante al exilio.
• Alba, la más joven, sale de casa y en la universidad se relaciona con grupos políticos; su militancia y el apoyo a los perseguidos le costará caro: la cárcel y el campo de concentración. Pero estará dispuesta a luchar por la vida y olvidar el odio.
• Tránsito y Amanda juegan un rol, cada una el suyo. La segunda es la típica hippy revolucionaria de los sesenta. Tránsito sabe jugar sus cartas, estar en su papel y agradecer los favores recibidos; su ayuda en la liberación de Alba es indudable.
• Nana y Férula son personajes secundarios, pero nunca marginales. Compiten por el amor de Clara, en cuanto que ambas se vuelcan a su servicio. Férula es la solterona, de fuerte y atormentada personalidad con rasgos que la harán desgraciada. Nunca recibió ternura y queda fascinada con la que le prodiga Clara, por ello la crítica ha especulado con un posible lesbianismo.

La relación madres-hijos es profunda y desde el útero se espiritualiza en el caso de Clara y Alba que mantienen una conexión sólida. La maternidad es valorada, aunque no falta un aborto, el de Amanda. Blanca y Alba ejercen una sexualidad fuera de toda convención; el amor entra por los ojos y justifica la entrega de los cuerpos. Son mujeres que se guían por la intuición y desafían al despotismo patriarcal.

Los Hombres

Esteban Trueba

Esteban Trueba encarna el discurso del poder. Su palabra es sinónimo de abolengo, cargo político, conservadurismo y machismo. Perteneciente por el lado materno a una familia ilustre pero arruinada, se hace a sí mismo a base de trabajo (minero y agricultor). Una vez convertido en el típico terrateniente hispanoamericano, se cree buen patrón y buen padre, no obstante, viola a campesinas como Pancha García, sin reconocer que su violencia le pierde. Aunque el amor a Clara es el sentimiento más poderoso de su vida, es incapaz de darle el afecto que Férula, de modo explícito, y Pedro Segundo García, desde su timidez, le prodigan. Su castigo será la toma de conciencia de sus errores. Avanzada la novela nos encontramos con la terrible soledad del personaje: ya no tenía a su mujer, el contacto con sus hijos era mínimo, ni siquiera podía contar con Pedro Segundo, que había permanecido a su lado treinta y cinco años… Solo había un único culpable: Pedro Tercero. El patriarcado tiene otros nombres en la novela, por ejemplo, Severo del Valle, liberal cuyo punto flaco es la debilidad por los inventos modernos que le acarreará la muerte.

Otros Personajes Masculinos

En cuanto a los hijos de Clara, los mellizos Jaime y Nicolás son opuestos. Jaime era alto, tímido, estudioso y cándido, y tenía una gran capacidad de ternura que ejercitaba en su profesión de médico. El tío Marcos y su sobrino Nicolás están en la cuota de los personajes estrafalarios, viajeros, cuya vida es la aventura. Tal vez los hombres sean más vulnerables, estén más perdidos que las mujeres. Esta afirmación no es válida para los de clase baja: los administradores de la hacienda Las Tres Marías están sólidamente anclados en la tierra, son honestos y trabajadores.

• El viejo Pedro García abre la saga, con su honradez y sus saberes medicinales y su conexión con el reino animal que le lleva a murmurar “consejos y recomendaciones para las hormigas, oraciones de sabiduría y fórmulas de encantamiento”, para que se vayan de la finca. Su generosidad con el patrón pasa por encima de la afrenta -ha violado a su hija- y le salva la vida componiendo sus huesos tras el terremoto.
• Su hijo Pedro Segundo le servirá con fidelidad y en silencio, debatiéndose entre sus deberes y el amor de padre.
• Su hijo Pedro Tercero García, trasunto del cantautor Víctor Jara, le saldrá socialista y reivindicativo.