Vivienda Racionalista: Soluciones Habitacionales del Siglo XX
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Vivienda del Racionalismo
La vivienda del racionalismo nace por el afán de solucionar razonadamente las continuas exigencias socioeconómicas de la civilización industrial de masas. Se crea sin tomar en cuenta la arquitectura preexistente, que representa la lenta acumulación de experiencia producida por la humanidad dentro de una determinada tradición, sino a partir de un proceso analítico, depurado de toda contaminación histórica.
Influencia de la Vanguardia Figurativa
La Vanguardia Figurativa influye en su alejamiento de la naturaleza y su ruptura con el pasado. Presenta configuraciones sin adornos, artificiales, asimétricas, y volúmenes simples. La distribución de sus espacios es libre, diseñados a partir de la función y la economía. Los espacios y las fachadas pierden su jerarquía. El proceso proyectual se genera del interior hacia el exterior. La función se pone de manifiesto y se trata de obtener la imagen a partir de ella.
Impacto de la Segunda Guerra Mundial
Al término de la Segunda Guerra Mundial, la nula voluntad o la incapacidad del capital privado para resolver los déficits de construcción, provocaron que los Estados tuvieran que afrontar dicho problema. La confianza en la “lógica” de sus procedimientos convirtió al racionalismo en el código-estilo más difundido del siglo XX. Se da prioridad a la planificación urbanística sobre el proyecto arquitectónico.
El Alojamiento
El punto de partida será el dimensionamiento de la célula de habitación. Su valor no se refiere a la superficie de la vivienda, sino al número de camas que contiene, donde la cama significa la unidad de medida de todas las necesidades vitales (parte proporcional de espacio de estar y comedor, de cocina, del baño, etc.) de una persona.
Configuración Distributiva
Establecida la relación entre el número de camas y la parte proporcional correspondiente, se estudia una configuración distributiva que garantice los parámetros óptimos de soleamiento, ventilación, etc. La distribución da lugar a diferentes tipologías de edificación:
- Viviendas en hilera: células de uno o dos pisos dispuestas en línea y compartiendo los muros laterales.
- Casa de corredor: donde las filas de viviendas están colocadas en varios pisos y servidas por una galería a la que se accede por una o varias escaleras.
- Casa en altura: en la que cada escalera da servicio a dos viviendas por cada piso. Este tipo será el más utilizado, porque si bien es menos económico que el de corredor, dado el mayor número de escaleras, ofrece la ventaja de que las viviendas disponen de dos lados opuestos completamente libres y orientados, ventilados e iluminados de la mejor manera posible.
Organizando las células en una unidad tipológica, la “técnica” racionalista conforma un edificio. Más edificios, dispuestos de manera que se garantice su buena orientación, su distancia óptima, su correcta relación con las calles de acceso y las otras infraestructuras necesarias, dan lugar a un barrio.
El Existenzminimum
Otro tema típico del racionalismo es el Existenzminimum, al que dedicaron sus esfuerzos Alexander Klein, Walter Gropius y, en general, toda la generación de los mejores arquitectos alemanes que trabajaron entre ambas guerras.