Virtud y felicidad en la ética de Aristóteles

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Tema: Virtud y felicidad.

Virtud y felicidad forman parte de la ética de Aristóteles y se basan en su concepción del ser humano, es decir, en su antropología. Por eso, para entender bien la relación entre virtud y felicidad, es necesario hacer referencia a su antropología.

Aunque Aristóteles fue discípulo de Platón, desarrolló sus propias teorías filosóficas, de manera que su concepción del ser humano es monista. Para Aristóteles, el cuerpo y el alma están unidos por naturaleza, constituyen una sola sustancia natural, aunque esté formada por dos principios: cuerpo y alma. Pues, según su teoría hilemórfica, toda sustancia natural está constituida por dos principios: la materia y la forma, en el ser humano, el cuerpo es la materia y el alma la forma de una misma sustancia en la que materia y forma son inseparables. De hecho, para él, en todos los seres vivos, el alma es “lo que da vida al cuerpo”

Aristóteles distingue tres tipos de alma: vegetativa, sensitiva y racional o intelectiva, que hacen que el alma humana tenga cuatro facultades: la vegetativa, la sensitiva, la apetitiva o desiderativa, y la intelectiva. Lo que nos distingue de los animales, lo más propio y específico del ser humano, son los deseos racionales y el ejercicio de la facultad intelectiva. Y, por eso, las actividades humanas son racionales y pueden dividirse en tres clases: teóricas, prácticas y productivas.


Aristóteles se pregunta, en su ética, cuál es la principal finalidad, que persigue el ser humano mediante todos sus actos, y considera la felicidad como ese fin último de toda acción humana. Los seres humanos deseamos llegar a ser felices; todos nuestros actos tienen como finalidad obtener la felicidad. De modo que todos los demás fines que nos proponemos son sólo medios para llegar a ese fin. Y la ética de Aristóteles es teleológica


¿En qué consiste la felicidad? Para Aristóteles, todas las sustancias naturales cambian, de acuerdo con su propia naturaleza, con el fin de alcanzar su perfección. Del mismo modo, los seres humanos buscamos, mediante nuestros actos, nuestra propia perfección, de acuerdo con nuestra naturaleza. Así que uno será feliz cuando se perfeccione como ser humano, al realizar la actividad más humana: la práctica, guiada por la razón


La virtud que es una “fuerza del alma”, un “modo de ser” del alma humana, es decir, un hábito “acompañado de razón verdadera”. Además, las virtudes son hábitos buenos que se adquieren mediante la repetición habitual de actos buenos. Por eso, cuanto más virtuosa es una persona más fácil es para ella la realización de actos propios de esa virtud. Mientras que un vicio es un hábito contrario a la virtud: un hábito malo. Aristóteles distingue dos usos de la razón o inteligencia: la razón teórica, que ejerce la teoría, y la razón práctica, que orienta la práctica, la vida moral. Distingue dos clases de virtudes: las intelectuales y las éticas o morales:


1) Las virtudes intelectuales perfeccionan la inteligencia. Son hábitos relacionados con la teoría, con la práctica y con la producción:

a) tres virtudes teóricas: el saber o ciencia, la intelección o inteligencia intuitiva y la sabiduría.

b) una virtud práctica: la prudencia. Consiste en saber actuar bien y es la virtud conductora de todas las demás virtudes. Prudente es quien delibera correctamente

c) una virtud productiva: el arte. Es un hábito productivo acompañado de razón verdadera, es decir, una virtud productiva: relativa a la producción

2) Las virtudes éticas son las que perfeccionan la voluntad o el carácter. Son hábitos relacionados con la práctica, la acción libre: la justicia, que consiste en “dar a cada uno lo suyo”, lo que merece o le corresponde; la fortaleza de ánimo; y la templanza o moderación.

Según Aristóteles, una virtud ética o moral siempre es el término medio entre dos extremos opuestos: entre la cobardía y la temeridad.

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