Vida y obra del padre Donostia

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Comienzos musicales

Comenzó sus estudios musicales en 1896 en la población de Lecároz, valle de Baztán (Navarra), y a la edad de 11 años compuso su primera obra, Diana (1897), para orquesta. En 1908, tras hacerse sacerdote, amplió su formación musical en Barcelona, y entre 1912 y 1918 compuso su obra Preludios vascos, un conjunto de obras populares arregladas para piano. Llegó en 1932 a ser euskaltzain, es decir, miembro de la Real Academia de la Lengua Vasca (Euskaltzaindia).

Formación musical

Su primer profesor de violín fue Toribio Mugica en el colegio de Marianistas y continuó estudiando con el violinista ciego Eleuterio Ibarguren. A los diez años ingresó como alumno en el seminario de Lecároz, donde hizo el bachillerato, el noviciado y los estudios eclesiásticos —fue ordenado sacerdote en 1908— y allí ejerció de profesor hasta 1918. Estudió con el profesor Ismael Etxezarra piano, armonía y composición. Más tarde, entre 1908 y 1911, estudió contrapunto con Adrián Esquerrá en Barcelona; composición con Bernando Gabiola en San Sebastián, y en los años 1920 y 1921 perfeccionó estudios con Eugenio Cools en París. Maduró además su formación gregoriana en varias abadías benedictinas: Silos (1909), Besalú (1915) y Solesmes (después de 1920). Cuando salió de Lecároz en 1918, ya había descollado como compositor, folclorista, articulista, conferenciante y profesor.

Trayectoria internacional

A partir de 1918, cuando quedó liberado de las tareas de profesor, la vida del padre Donostia adquirió una enorme movilidad, con permanencias prolongadas en capitales de varias naciones y viajes circunstanciales, singularmente en España, por motivos de conferencias, congresos y reuniones. Madrid fue el primer lugar de permanencia estable durante varios meses, a partir de noviembre de 1918: se familiarizó con la música sinfónica, habitualmente a través de las orquestas Pérez Casas y Arbós, y se acercó a grandes intérpretes del momento: Pau Casals, Risler, Sauer y Wanda Landowska. Un año después fue a París, y buscando el mundo impresionista se acercó a Ravel, quien le recomendó a Eugenio Cools, «profesor de quien guardo el mejor recuerdo, ya por sus cualidades pedagógicas, ya por la amistad que me unió a él». Desde entonces también existió relación entre Ravel y el padre Donostia, que volverían a encontrarse años más tarde en Lecároz.

Exilio y labor en Francia

Durante la guerra civil española, se exilió a Francia, viviendo en Toulouse, París, Mont-de-Marsan, e instalándose finalmente en Bayona. Desde otoño de 1936 a la primavera de 1943 residió en Francia, dedicándose a labores benéficas. Siguió cultivando la música: compuso, dio conferencias y organizó conciertos; éstos en especial durante los dos años de residencia en Bayona, donde ejerció la organistía de Saint Charles en Biarritz y fundó la coral Sine Nomine.

Últimos años y legado

En 1943 estaba de nuevo en Lecároz, pero ese mismo año se creó en Barcelona el Instituto Español de Musicología, centro integrado en el Consejo Superior de Investigaciones Científicas, y desde 1944 hasta 1953 trabajó en él, primero en la sección de musicología y luego en la de folclore. En esta última realizó una ingente labor, atestiguada por las seis mil fichas recogidas, estudiadas y comentadas por él, relativas en gran parte a la canción popular. Representó al Instituto en los congresos internacionales de folclore de Londres (1947) y de Basilea (Suiza, 1948). A estos años pertenecen algunas piezas para piano y para órgano, canciones con texto catalán, muchas melodías originales en estilo gregoriano, obras polifónicas, como el Tríptico franciscano, y sobre todo la Missa pro defunctis. Esta labor personal continuó en Lecároz desde el verano de 1953. Compuso algunas partituras profanas vascas, pero predominan las composiciones religiosas: antífonas y plegarias al Señor, a la Virgen María y a varios santos, algún número navideño y principalmente la serie de responsorios de Navidad para voces blancas y los de Semana Santa para voces graves. A comienzos de 1956 se apreciaron ya los primeros síntomas de su enfermedad.

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