La vida como experiencia consciente y cambiante

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La vida es evidencial

4. La vida es evidencial.

El primer aspecto más exterior de mi acontecer vital consiste en que me pertenece: es mío y yo dispongo de él. La vida es mía, porque me doy cuenta en mayor o menor medida de cada uno de sus acontecimientos. La visión de un color, el recuerdo de unas frases, la imagen de un centauro, el pensamiento de un teorema, suponen alguien que ve, o que recuerda, o que imagina, o que piensa. La conciencia sería imposible sin esa representación de sus contenidos ante alguien consciente, que, de esta manera, está omnipresente y es el verdadero soporte de toda la actividad consciente. Pero este ser consciente es una forma representativa y derivada, enraizada en el más original darse cuenta del yo viviente.

El hecho inmediato y evidente para cada hombre es su vivir. El pensamiento del sujeto pensante es una forma representativa y derivada del darse cuenta de sus actos, propio del yo viviente en el mundo.

Tu yo interactúa con las cosas. Como al recordar, tu yo recuerda lo recordado, interactúa con los recuerdos; al teorizar, tu yo teoriza lo teorizado, interactúa con el objeto teórico. Tu mismo yo interactúa con la misma realidad en esas distintas actividades, pero lo hace de distinta manera.

A Ortega le interesa resaltar que jugar, ver, recordar, teorizar, etc. son actos del vivir, que componen tu vida, y que en ellos tu yo interactúa realmente con las cosas, aunque sea de distinta manera, como jugador, como espectador, como nostálgico, o como científico.

La vida es mudana

5. La vida es mudana.

En todos los acontecimientos que componen mi vivir yo me doy cuenta de estar interactuando realmente con las cosas o relacionándome con las personas en el mundo. El mundo de la vida no es el mundo físico de los científicos ni la naturaleza de los animales sino el mundo histórico de la cultura y la sociedad humana.

El mundo de la vida horizonte histórico cultural del vivir humano, está constituido por el sistema de creencias con las que la vida cuenta en todo lo que hace y en todo lo que pasa. La sensibilidad humana inventa el mundo de la vida, que la técnica hace real transformando el entorno natural. Por eso nuestra sensibilidad es nuestro vínculo fundamental con el mundo y el indicador verdadero de cómo nos va en él.

La metáfora es el modo original de conocer, de hacer presente las cosas, que está a la base de la creación y del saber filosófico. La sensibilidad no es incompatible con la razón, que es una zona de claridad intelectual al servicio de la vida, donde se ponen las cosas a la luz de la definición y el análisis.

Nos vemos inmersos desde el nacimiento en unas circunstancias concretas del mundo, que son fatalmente las nuestras, y de las que no podemos librarnos fácilmente. El ser mundano de la vida es circunstancial. En este sentido, la vida es fatalidad, una fatalidad que no es paraíso, es decir que lejos de favorecer nuestro vivir, tiende a presentar resistencia a su desarrollo. O, para ser más exactos, es un sistema combinado de facilidades y dificultades.

La vida es histórica

6. La vida es histórica

La vida es quehacer. La vida es porvenir, una continua e imparable sucesión de acontecimientos, unas veces tumultuosa y frenética, otras lenta y apacible, que nos vemos obligados a afrontar. La vida es en el fondo tiempo y está lanzada hacia el futuro, pero no está determinada por el pasado, ni por la fatalidad, de destinos sobrenaturales. Nuestras decisiones libres proyectan nuestra vida hacia el futuro, la vida humana es histórica y con ella las circunstancias del mundo y el mismo mundo que la orienta y sostiene, cada cultura o civilización tiene su propio modo y mundo de la vida, que puede evolucionar e incluso cambiar. La cultura occidental de las naciones europeas puede estar interactuando con culturas de pueblos africanos, que no están a su nivel, porque pertenecen al pasado, el relativismo cultural, que considera inconmensurables las culturas e igualmente verdaderas las distintas creencias que componen sus visiones del mundo.

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