Las cinco vías de Tomás de Aquino para demostrar la existencia de Dios
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Este texto pertenece a la Suma Teológica de Tomás de Aquino, obra en la que expone sus famosas cinco vías (argumentos) para demostrar la existencia de Dios. Aquí se recoge la tercera vía.
La tercera vía
La tercera vía (o argumento para demostrar la existencia de Dios) trata del ser contingente (o posible) y el necesario.
En la naturaleza encontramos seres contingentes, es decir, que existen pero que bien podrían no existir.
Tales seres es imposible que hayan existido siempre, pues lo que puede no existir, por fuerza alguna vez no existió y por tanto hubo un tiempo en que ninguna cosa contingente existió y si nada existía, nada habría ahora, lo cual es absurdo.
Por consiguiente, entre los seres contingentes ha de haber al menos un necesario. Pero este ser necesario tiene la razón de su necesidad en sí mismo o lo tiene en otro. No es posible una serie indefinida de causas eficientes de los seres necesarios.
Ha de haber un ser necesario por sí mismo que sea la causa de todos los demás seres, al cual todos llaman Dios.
Definiciones
Vía: es el razonamiento lógico que utiliza Santo Tomás para demostrar la existencia de Dios. Él propone cinco vías o argumentos para ello: argumento del motor no movido de la causa primera, del ser necesario, del ser perfecto y del ser inteligente.
Contingente: son todas las cosas que existen pero no son necesarias, es decir, existen porque tienen su causa u origen en otra cosa anterior a ellas. Todas las cosas del mundo son contingentes y perecederas. Dios es el ser necesario que causa todas ellas.
Dios: para Santo Tomás, Dios es el primer motor inmóvil que mueve a los demás, el ser necesario, la causa primera incausada que causa a las demás, el ser perfecto y el ser inteligente que dicta el comportamiento de los seres irracionales.
Relación entre Agustín y Tomás de Aquino
Es cierto que ambos autores son responsables de una gran síntesis, uno como representante de la patrística y otro de la escolástica. Los dos tratan de mantener una teoría del conocimiento que aúne las sagradas escrituras del cristianismo con las herramientas conceptuales propias del mundo grecorromano. Gracias a estas herramientas, la razón puede arrojar algo de luz sobre las cuestiones más complejas que defiende el cristianismo.
Sin embargo, en esta comparación nos centraremos en señalar las diferentes influencias que los dos autores tuvieron. Agustín está más cercano a la teoría platónica y neoplatónica, y Tomás de Aquino a la teoría aristotélica.
Su posición respecto al tema de razón y fe es bastante distinta. Mientras que Agustín no ve necesidad de separar ambas formas del conocimiento (los dos caminos conducen a una misma verdad), Tomás dice que ambas están separadas. Tanto la filosofía como la teología tienen distintos objetos, métodos y criterios, las dos son autónomas y autosuficientes, aunque comparten una zona de confluencia (preambulos de la fe).
También es distinta su postura respecto a la existencia de Dios. Agustín no necesita demostrarla, es una verdad accesible por medio de la fe, pero ofrece algunos argumentos (creación divina) aunque no sea con carácter demostrativo. Tomás elabora un análisis para demostrar que la existencia de Dios solo se puede demostrar a posteriori. La existencia de Dios no es evidente, pero sí demostrable por sus efectos, así explica en las cinco vías en las cuales se parte siempre de lo empírico, desde la experiencia.
También se diferencian en la consideración de lo sensible. Agustín lo caracteriza por la inestabilidad, lo que nos llega a través del cuerpo no puede proporcionar conocimiento verdadero y Tomás defiende una continuidad en el proceso que parte de lo sensible.
Teoría
Hay cinco "vías" para demostrar la existencia de Dios. Todas mantienen la misma estructura argumentativa y se fundamentan en la causa eficiente (aunque se hable de causas finales, es para acabar preguntando por la causa eficiente de estos fines). Sus pasos son siempre:
- Se comienza afirmando que consta por los sentidos que algo es movido, causado, contingente, más o menos perfecto, u ordenado a un fin.
- Se enuncia el principio de causalidad mostrando la cadena causal.
- Se afirma la imposibilidad de una regresión infinita en la cadena causal, admitiendo que existe una primera causa incausada.
- Se identifica esa primera causa incausada con Dios.
La primera vía o del movimiento: procede materialmente de Aristóteles. Partiendo de que hay cosas que se mueven, se remonta hasta el motor inmóvil (acto sin mezcla de potencia). El motor inmóvil es acto puro, luego Dios existe.