Valle-Inclán etapas literarias apuntes

3. EL TEATRO A PRINCIPIOS DE SIGLO. VALLE-INCLÁN Y GARCÍA Lorca

 Al inicio del Siglo XX, se siguen representando las formas teatrales heredadas del siglo anterior: los dramas de tema histórico en verso, la “alta comedia” dirigida a la sociedad burguesa y el “género chico”, heredero del sainete y el entremés. Hasta 1920, no se percibe un intento de renovación teatral: autores del 98 (Valle-Inclán)
Y del 27 (García Lorca)
Culminan una tarea innovadora que da lugar a grandes creaciones teatrales que han traspasado nuestras fronteras.

En efecto, un teatro “comercial” triunfa en estas primeras décadas. Se representan con gran éxito las obras de Carlos Arniches y de los hermanos Álvarez Quintero, que idealizan la sociedad madrileña y andaluza, respectivamente.

Entre los autores de éxito, destaca Jacinto Benavente (Premio Nobel de Literatura en 1922). Su teatro inicial - El nido ajeno - participa de la renovación modernista, al romper con la tradición melodramática del Siglo XIX. Pero pronto cede al éxito y a la “alta comedia” burguesa, si bien consigue superar el tono declamatorio grandilocuente con un lenguaje culto y elegante. En su obra maestra - Los intereses creados- introduce personajes de la “comedia del arte” italiana y muestra una sociedad basada en un juego de intereses.

Entre los autores modernistas y del 98 renovadores se encuentran Unamuno, Azorín y, por encima de todos, Valle-Inclán.
En cuanto a Unamuno, sus dramas, al igual que sus novelas y poemas, tratan el conflicto existencial y carecen de ornamentación escénica. Entre su producción destaca Fedra.

Ramón María del Valle-Inclán

Genial innovador del teatro español, Valle rechaza el Realismo burgués del teatro anterior y propone una total renovación de la escena española en todos sus aspectos, experimentando diversos métodos. Su extensa producción se divide en tres ciclos:

Ciclo mítico

Constituido por Comedias bárbaras y Divinas palabras. La primera se sitúa en una Galicia arcaica y supersticiosa, con personajes faltos de moral y un mundo de pasiones donde conviven lo sobrenatural, lo misterioso y la muerte. La segunda es una tragicomedia rural donde se mezclan de nuevo las pasiones en un mundo de miseria y crueldad.

Ciclo de la farsa

Valle contrapone lo sentimental y lo grotesco con un lenguaje cada vez más “esperpéntico”.

Ciclo del esperpento

El esperpento intenta una deformación sistemática de la realidad para ofrecer su imagen grotesca. Es un movimiento estético de protesta contra la sociedad burguesa, ya que muestra sus aspectos más corruptos de forma despiadada, y al mismo tiempo conlleva una intención renovadora de las formas literarias y del lenguaje. El prodigio permanente del esperpento es la “deformación idiomática”: se mezcla la forma discreta, refinada y hasta pedante con las expresiones más vulgares o la jerga más sombría y castiza. Asimismo, es magistral el uso de la ironía y el sarcasmo para revelar lo absurdo de una sociedad grotesca que vive de las apariencias y desenmascarar la corrupción en todos los estamentos sociales, en las instituciones oficiales y académicas y, en definitiva, en la forma de vida de un pueblo.     

El ciclo del esperpento se inicia con

Luces de bohemia, donde el autor expone la teoría sobre este nuevo género. La acción se sitúa en Madrid, y su protagonista, Max Estrella, junto a don Latino de Hispalis, recorren las calles de la ciudad, las tabernas, las librerías y los organismos oficiales, hasta morir Max en el quicio oscuro de su propia casa. A su lado, aparecen gentes a las que la vida ha zarandeado como a muñecos. La obra es una crítica de la situación de España y una denuncia de la falsedad y la hipocresía social. Después escribe Valle Martes de carnaval, que reúne tres esperpentos.

La Generación del 27, conocida principalmente por la obra de sus poetas, ofrece también una nómina de dramaturgos:

Rafael Alberti refleja en su teatro las inquietudes de su poesía. En la etapa anterior a la Guerra Civil, vanguardista, destaca El hombre deshabitado, y en el exilio escribe El adefesio, cercana al esperpento, y Noche de guerra en el Museo del Prado, de tema político.

Max Aub comienza con obras vanguardistas, pero luego, en el exilio, escribe un teatro testimonial comprometido con la realidad: Morir por cerrar los ojos.

Alejandro Casona, ajeno al Vanguardismo, recrea una realidad poética, estilizada y misteriosa. Escribe sus mejores obras en el exilio: La dama del alba y Los árboles mueren de pie.

Federico García Lorca

Es el dramaturgo español más conocido en el extranjero. Cree que el teatro debe servir para elevar la sensibilidad del pueblo y cree también en la fuerza del poeta para transformar la realidad. Por eso, en su obra hay mucha poesía y mucho simbolismo; pero no solo eso: el teatro lorquiano es un espectáculo total al que contribuyen el texto, la escenografía, la música, la danza y todo lo que es capaz de comunicar.

Su producción dramática se puede clasificar en:

Farsas

De guiñol o títeres - Retablillo de don Cristóbal – y para actores - La zapatera prodigiosa -. En ellas funde Lorca lo lírico y lo grotesco.

Comedias “imposibles”

Denominadas así por Lorca; son obras simbólicas, difíciles de interpretar y representar: El público.

Tragedias

Las más representadas del autor. Doña Rosita la soltera o el lenguaje de las flores muestra la melancolía de una solterona que espera inútilmente la llegada del amor. Bodas de sangre recoge la tragedia de una novia raptada el mismo día de la boda por un antiguo amante. Yerma representa la obsesión de una mujer estéril por ser madre. La casa de Bernarda Alba, la cima de su teatro, es el “drama de las mujeres de los pueblos de España”, tal y como dice el subtítulo de la obra. La acción transcurre en el interior de la casa de Bernarda, donde se desarrolla el conflicto de las hijas de la protagonista, que acaban de perder a su padre y a las que se les impone un luto de ocho años. En ese espacio cerrado y opresor, solo hay dos salidas posibles para las mujeres: la locura o la muerte.