Unión dinástica de los Reyes Católicos definición

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Define el concepto de unión dinástica aplicado a Castilla y Aragón en tiempos de los Reyes Católicos y describe las características del nuevo Estado. 

“Unión dinástica” es la unión de varios reinos, Estados, dominios, etc, bajo un mismo soberano o gobernante por derecho dinástico. Como consecuencia de tal tipo de unión, estos reinos o Estados que han sido fusionados, no han sido integrados, sino que la misma persona posee cada uno de ellos de forma independiente, y, por lo general cada territorio mantiene sus propias instituciones y legislación (particularismo).

La unidad dinástica no supuso la unión política, ni la unidad de los pueblos. Fue un vínculo personal entre los soberanos, entre los representantes de dos dinastías. Cada reino conservó su organización institucional, sus antiguas leyes, sus propias formas de recaudar impuestos, y sus monedas, pesos y medidas. Así también, cada reino continuó teniendo su particular estructura económica y social, dentro del ordenamiento feudal. Incluso, en el plano legal, los súbditos de una Corona eran considerados extranjeros en la otra. Las aduanas entre unos y otros territorios certificaban esta situación de independencia.

En la Corona de Aragón continuaron vigentes las Cortes de cada reino y sus instituciones. El nuevo reinado, no obstante, impuso dos instituciones nuevas de gran importancia: el virrey, verdadero delegado real con poderes ejecutivos y judiciales, y el Consejo de Aragón (1494), que tenía funciones de carácter consultivo y de asesor de los monarcas en las cuestiones que se refirieran a la Corona catalana-aragonesa.

Por su parte, en Castilla también continuaron las Cortes, que en este caso estaban constituidas por los nobles, los eclesiásticos y los representantes de las principales ciudades castellanas. Pero su vida fue poco activa. De hecho, el fortalecimiento financiero de la propia Monarquía llevó a que las Cortes fueran convocadas en muy pocas ocasiones.

 Características del nuevo Estado. El objetivo principal de los Reyes Católicos fue el reforzamiento del poder real y uno de sus mejores medios fue la política religiosa, concretada en las dos siguientes actuaciones:

 a.- Con permiso papal crearon el Santo Oficio o Inquisición (1478) para controlar la uniformidad religiosa.

b.- Fomentaron las regalías, que suponían, entre otras cosas, un control en el nombramiento de los obispos (Patronato Regio).

La uniformidad religiosa se concretó en la expulsión de los judíos decretada en 1492 (70.000 sefardíes abandonaron Sefarad (España); y 50.000 se convirtieron al cristianismo). También se persiguió a los mudéjares, que tuvieron que convertirse al cristianismo (moriscos).

Los Reyes Católicos crearon otros instrumentos para aumentar su poder: entre ellos un ejército permanente pagado por la monarquía, y un cuerpo de funcionarios reales.

La política institucional también se orientó para lograr una monarquía autoritaria y fuerte. Pretendían socavar los privilegios políticos de la nobleza, la Iglesia y las ciudades y reforzar el poder central. Para ello reformaron instituciones ya existentes, especialmente en Castilla:

Se reorganizó el Consejo Real de Castilla (1480), principal órgano de gobierno. Su función era asesorar a los monarcas sobre los aspectos más importantes de la gobernación del reino, estaba formado por juristas de la absoluta confianza política de los reyes. Se redujo la influencia de la nobleza. Junto a este Consejo se establecieron también el Consejo de Aragón, el Consejo de las Órdenes Militares, Consejo de las Indias, Consejo de Hacienda y Consejo de la Inquisición.

La Administración de Justicia:  correspondía al rey y se hacía en su nombre. La impartían las Chancillerías que eran la máxima autoridad judicial tras el Consejo Real y tenían por debajo las Audiencias. La Chancillería tenía su sede en Valladolid, más tarde se creó la de Granada y dos Audiencias la de Santiago de Compostela y la de Sevilla.

Se redujo el papel de las Cortes de Castilla.

En los municipios se revitalizó el cargo de corregidor. Nombrados por el rey eran sus delegados en las villas y ciudades, presidían los ayuntamientos y tenían funciones judiciales y policiales.

Se creó la Santa Hermandad. Se trataba de una institución para conservar el orden. Perseguía y condenaba los delitos cometidos en despoblado. A la Santa Hermandad pertenecía un grupo de hombres que recorrían todos los caminos persiguiendo y castigando la gente que había cometido delitos y actuado fuera de la ley. Tenían poder para juzgar y castigar, y eran temidos y respetados.

A partir de los Reyes Católicos, aparecerá la diplomacia. El renacentista Maquiavelo, en su obra “El Príncipe” reconoció en la persona del rey Fernando el Católico al paradigma de príncipe renacentista para el que la Razón de Estado supeditaba todos los demás principios. Las relaciones internacionales hicieron necesaria la figura del embajador permanente en las principales ciudades, como Roma. 

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