Unción de Saúl como Rey y Encuentro con David

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Unción de Saúl como Rey

Samuel unge a Saúl

1 Entonces Samuel tomó un recipiente con aceite y, derramándolo sobre la cabeza de Saúl, lo besó y le dijo:

--El Señor te consagra hoy gobernante de Israel, su pueblo. Tú lo gobernarás y lo librarás de los enemigos que lo rodean. Y esta será la prueba de que[a] el Señor te ha declarado gobernante de su pueblo:[b]

Señales de la unción

2 Ahora que te separas de mí, encontrarás dos hombres cerca de la tumba de Raquel, en Selsah, en el territorio de Benjamín. Ellos te dirán que ya se han encontrado las asnas que buscabas, y que tu padre ya no está preocupado por ellas sino por ustedes, y se pregunta qué puede hacer por ti. 3 Más adelante, cuando llegues a la encina de Tabor, saldrán a tu encuentro tres hombres que suben a Betel para adorar a Dios. Uno llevará tres chivos, otro tres panes, y el tercero un cuero de vino. 4 Te saludarán y te ofrecerán dos panes. Acéptalos. 5 Después llegarás a Guibeá de Dios, donde hay una guarnición filistea. Al entrar en la ciudad, te encontrarás con un grupo de profetas en trance, que bajan del santuario. Delante de ellos irá gente tocando salterios, panderos, flautas y arpas. 6 Entonces el espíritu del Señor se apoderará de ti, y caerás en trance como ellos, y te transformarás en otro hombre. 7 Cuando te ocurran estas cosas, haz lo que creas conveniente, que Dios te ayudará. 8 Y adelántate a Guilgal, donde yo me reuniré contigo más tarde para ofrecer holocaustos y sacrificios de reconciliación. Espera allí siete días, hasta que yo llegue y te indique lo que tienes que hacer.

El cambio en Saúl

9 Tan pronto como Saúl se despidió de Samuel para irse, Dios le cambió el corazón; y aquel mismo día se cumplieron todas las señales. 10 Después, cuando Saúl y su criado llegaron a Guibeá, el grupo de profetas en trance les salió al encuentro. Entonces el espíritu de Dios se apoderó de Saúl, y este cayó en trance profético, como ellos. 11 Pero todos los que lo conocían de antes, al verlo caer en trance junto con los profetas, se decían unos a otros: "¿Qué le ha pasado al hijo de Quis? ¿También Saúl es uno de los profetas?"

12 Uno de allí añadió: "¿Y quién es el padre de ellos?" De ahí viene el refrán: "¿También Saúl es uno de los profetas?"

13 Pasado el trance profético, Saúl llegó a su casa. 14 Y su tío les preguntó a él y a su criado:

--¿A dónde fueron?

Saúl respondió:

--A buscar las asnas. Pero viendo que no aparecían, fuimos a ver a Samuel.

15 El tío de Saúl contestó:

--¿Y qué les dijo Samuel? Cuéntamelo, por favor.

16 Saúl respondió a su tío:

--Nos dijo claramente que ya habían encontrado las asnas.

Pero Saúl no le mencionó nada del asunto del reino, del cual le había hablado Samuel. 17 Después llamó Samuel a los israelitas, para adorar al Señor en Mispá; 18

David respeta la vida de Saúl

1 Entonces David subió a los refugios de Engadi y se instaló allí. 2 Cuando regresó Saúl de su expedición contra los filisteos, le dijeron: «David está en el desierto de Engadi». 3 Saúl eligió entonces de entre todo el pueblo de Israel a tres mil hombres y salió con ellos en busca de David al este del Cerro de las Gamuzas. 4 Llegó a unos corrales para ovejas que están a la orilla del camino; había allí una caverna donde entró Saúl para hacer sus necesidades. Ahora bien, David y sus hombres estaban sentados en el fondo de la caverna. 5 Los compañeros de David le dijeron: «Ahora Yavé te entrega en tus manos a tu enemigo. Puedes hacerle ahora todo lo que quieras». 7 Les dijo: «¡Oh no! ¡Por la vida de Yavé que no pondré mi mano sobre él. ¡No puedo hacerle a mi señor tal cosa porque es el ungido de Yavé! 8 Y mediante esas palabras David impidió que sus hombres se lanzaran contra Saúl. David se paró y fue a cortar suavemente un trozo del manto de Saúl, Saúl se levantó, salió de la caverna y siguió su camino. 6 pero después de eso le saltaba el corazón por haber cortado un trozo del manto de Saúl. 9 David también se levantó, salió de la caverna y se puso a gritar detrás de Saúl: «¡Señor rey!» Saúl se dio vuelta y David se postró con la cara contra el suelo. 10 Entonces David dijo a Saúl: «¿Por qué les haces caso a los que te dicen que trato de matarte? 11 Míralo tú mismo, hoy Yavé te puso en mis manos en esa caverna, y me dijeron que te matara, pero tuve piedad de ti. Me dije: No pondré mi mano sobre mi señor, porque es el ungido de Yavé. 12 Mira, padre mío, mira el trozo de tu manto que tengo en la mano. Cuando corté ese pedazo del manto, podría haberte matado. Reconoce entonces que no hay en mí ni malicia ni maldad; yo no te he hecho daño, tú en cambio me buscas para matarme. 13 Que Yavé juzgue entre tú y yo. Que Yavé me vengue de ti, pero mi mano no se alzará contra ti. 14 Como bien dice el proverbio de los antiguos: La maldad sale de los malvados. Por eso mi mano no se levantará contra ti. 15 ¿Tras quién salió el rey de Israel? ¿A quién persigue? ¿A un perro muerto, a una pulga? 16 Que Yavé juzgue entre tú y yo. Que él examine y asuma mi defensa, que me haga justicia y me libre de tu mano». 17 Cuando David hubo terminado de pronunciar esas palabras, Saúl dijo: «¿Es realmente tu voz, hijo mío David?» Y Saúl estalló en sollozos. 18 Dijo a David: «Eres más bueno que yo, porque tú me haces el bien y yo te había hecho el mal. 19 Hoy demostraste tu bondad para conmigo, porque Yavé me puso en tus manos pero tú no me mataste. 20 Cuando un hombre encuentra a su enemigo, ¿lo deja proseguir su camino? Yavé te recompensará el bien que me has hecho hoy. 21 Ya lo sé desde ahora: tú reinarás y tu realeza en Israel será inamovible. 22 Júrame pues por Yavé que no suprimirás mi descendencia después de mi muerte ni que harás desaparecer mi nombre de la familia de mi padre». 23 David entonces le juró a Saúl. Y Saúl se volvió a su casa mientras que David y sus compañeros subían a su refugio.

Sansón

Sansón = «pequeño sol». Uno de los jueces israelitas más destacados. Hijo de un danita llamado Manoa, nació en Zora, localidad del territorio meridional de Dan. El ángel de Jehová predijo el nacimiento de Sansón, y anunció que libraría a Israel del yugo filisteo. Nazareo desde su nacimiento, Sansón no debía beber ni vino ni cualquier otro tipo de bebida fermentada, y no debía pasar navaja sobre su cabeza. En tanto que observó el voto de nazareato, Sansón fue victorioso sobre los filisteos (Jue. Judá y Dan, separados de las otras tribus por dificultades geográficas, especialmente por el hecho de que los jebuseos dominaban la ciudad de Jebus (Jerusalén), estaban expuestas a los ataques de los filisteos. Judá, aislada, sólo podía responder con contragolpes guerrilleros. El Espíritu de Dios empezó a manifestarse pronto en Sansón en los campos de Dan (Jue. Sansón, enamorado de una filistea de Timnat, se desposó con ella, pero pronto fue entregada por su padre a otro hombre. Entonces, el hijo de Manoa se apoderó de trescientas zorras, y las ató dos a dos por la cola, atando asimismo una tea encendida entre cada dos colas, soltándolas a continuación por las mieses de los filisteos (Jue. Éstos invadieron la tierra de Judá, y exigieron que Sansón les fuera entregado; él se dejó atar por los hombres de Judá, que no sabían que estaban atando a su futuro libertador. Asiendo una quijada de asno, persiguió a los filisteos, dando muerte a mil de ellos. Sansón, ardiendo de sed, proclamó que esta liberación procedía de Jehová, a quien suplicó que le diera agua. Dios hizo entonces brotar agua de la cavidad de una roca. Los hombres de Judá consideraron desde entonces a Sansón como su liberador (Jue. La gente de la ciudad cerró las puertas para apoderarse de Sansón. A medianoche salió de la ciudad, habiendo arrancado de quicio las puertas de la muralla, con sus dos pilares y cerrojo, dejando todo en la cumbre del monte que se halla frente a Hebrón (Jue. Durante una gran fiesta en el templo de Dagón, dios de los filisteos, llevaron allí a Sansón para mostrarlo como espectáculo a la muchedumbre. El interior del gran edificio estaba lleno de filisteos, y había unas tres mil personas en su terraza.

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