Trastornos del lenguaje en centros educativos: prevención e intervención

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Trastornos del lenguaje en los centros educativos

1.2. Los trastornos del lenguaje y la comunicación entre los 6 y 12 años

Lectoescritura y cálculo matemático.

Principales dificultades entre los 6 y 12 años

Hallahan y Kahffman (1982): Rendimiento escolar, Expresión y comprensión oral, habilidad lectora, Aptitud y rendimiento, desarrollo, no discapacidad.

En general, es frecuente encontrar las siguientes dificultades en esta etapa educativa:

  • Dislexia: decodificación.
  • Retraso lectoescritor: retraso lectura y escritura de un niño sin dificultades.
  • Retraso simple del lenguaje (RSL): desfase cronológico habla, sin patología.
  • Trastorno específico del lenguaje (TEL): comprensión y expresión.
  • Afasia infantil adquirida: lesión cerebral.
  • Dislalia: articulación palabras.
  • Disglosias: pronunciación fonemas.
  • Disfemia o tartamudez: fluidez.
  • Taquilalia: aceleración del habla.
  • Disgrafía: incapacidad de escribir de un modo correcto los sonidos percibidos.

Prevención en esta etapa

Incluir actividades para fomentar el debate en clase por parte del alumnado, sobre todo en cuanto a sus vivencias personales.

Ofrecer la posibilidad de llevar a cabo actividades grupales y, posteriormente, proceder a su exposición oral.

Provocar interacciones entre el alumnado de forma habitual, que resulten motivadoras y con carácter variado. Fomentar la comunicación.

Gortázar (1993). Para ello, propone potenciar el uso del lenguaje y la comunicación partiendo de situaciones naturales. Se deben incluir a las personas que convivan con el niño y sean habituales en su entorno más cercano, fomentando conductas de comunicación autoiniciadas.

Valmaseda (1990) propone que se parta de la situación particular de cada niño de forma individual, para ir construyendo el aprendizaje en base a sus propios intereses y experiencias, al mismo tiempo que se tiene en su nivel competencial.

Para ello, se puede utilizar la técnica del modelado y los refuerzos positivos. Asimismo, será bueno recurrir como apoyo al lenguaje no verbal, gestualizaciones, dibujos, etc.

El papel del docente en la intervención

2.1 Intervención en el aula

Modelos de intervención

Enseñat, Sánchez y García (2015)

Modelos de restauración de la función o rehabilitación cognitiva. Tratan de reducir el déficit de la función alterada o dañada. Se centra en la estimulación de los procesos cognitivos.

Modelos de compensación o adaptación funcional. Se centran en enseñar estrategias alternativas para compensar las dificultades, fortaleciendo las funciones preservadas, desarrollando nuevas funciones o habilidades que sustituyan la que está alterada o dañada.

No son excluyentes, pudiéndose combinar a lo largo de la intervención, en función del desarrollo y de la fase en la que se encuentre el alumno.

Además, es importante la modificación del entorno (adaptaciones curriculares o modificaciones de la propuesta educativa) con el fin de que el alumno pueda participar en las experiencias educativas ordinarias de la manera más funcional e inclusiva posible.

Trabajo que desempeñamos con los alumnos que presentan dificultades o trastornos del lenguaje

Informar a todo el profesorado implicado en el proyecto educativo del diagnóstico, características y objetivos educativos del menor.

Recomendar el inicio de un tratamiento logopédico individual lo más intensivo posible.

Llevar a cabo un seguimiento y apoyo a las familias.

Realizar una adaptación curricular en aquellas áreas que lo necesite, normalmente las que mayor contenido verbal tengan.

Dar apoyo pedagógico dentro del aula o en clases de apoyo.

Asegurar la mejora de la integración social en el aula y en la escuela.

Pautas para llevar a cabo dentro del aula

  • Situar al alumno en un lugar donde mantenga contacto ocular continuo con el profesor. De esta manera, conseguiremos que se comunique con nosotros mediante la comunicación no verbal, evitaremos que se gire o se levante para intentar comprender y se distraiga por no entender lo que ocurre a su alrededor.
  • Utilizar apoyos visuales para mejorar la comprensión del lenguaje como, por ejemplo: Marcar la rutina del aula o de la tarea mediante agendas visuales.
  • Usar refuerzos visuales para el aprendizaje de nuevo vocabulario.
  • Usar calendarios con apoyos visuales de colores y fotografías para interiorizar los días de la semana, meses, estaciones, etc.
  • Trabajar nuevos conceptos con esquemas visuales, mapas conceptuales y murales interactivos o manipulativos como método de estimulación, evitando la sobrecarga visual y retirando los que ya no se emplean.
  • Anticipar con apoyos visuales cualquier actividad escolar fuera de la rutina habitual como excursiones, actividades o cumpleaños.
  • Mejorar la expresión emocional o conductual.
  • Reforzar las áreas en las cuales ellos se sientan cómodos y potenciarlas al máximo.
  • Adaptar nuestro lenguaje, por ejemplo, hablando despacio, con un lenguaje familiar, utilizar frases sencillas (no dar más de una instrucción a la vez), apoyar nuestro lenguaje con gestos, no usar lenguaje indirecto, no corregirle de manera directa («así no se dice...») sino dar el modelo correcto, repetir sutilezas o frases confusas, etc.
  • Fomentar el desarrollo del lenguaje en el aula. Para ello, podemos emplear la imitación o modelado, poner en duda, ofrecer alternativas, dar respuestas falsas, etc.
  • Proporcionar el máximo de oportunidades para comunicarse.
  • Actuar con contundencia ante la sospecha de acoso escolar, ya que son un alumnado muy vulnerable.
  • Fomentar la expresión de sentimientos para evitar problemas de conducta (uso de apoyos visuales).
  • Dado que el lenguaje afecta a la interpretación de los mensajes sociales, fomentar las relaciones con iguales y evitar la marginación entre sus compañeros.

2.2 Orientación para padres y familiares

El desarrollo de un alumno, a nivel educativo y comunicativo depende de tres líneas de actuación: la administración educativa, el profesorado y la familia (Tierno, 1989).

Doka y Morgan (1993) encuentro de un profesional y su familia

Ser claros y sencillos.

Tratar de conocerlos antes de informar de las dificultades.

Esperar a ser preguntados.

No cuestionar la negación, darles tiempo.

Anticipar las preguntas que puedan hacer.

No destruir la esperanza, pero tampoco dar falsas expectativas.

No decir nada que no sea verdad.

Si no conoces la evolución, admite la incertidumbre.

Ofrece la posibilidad de un segundo encuentro, no escatimes tiempo.

Algunas de las pautas o recomendaciones que podemos sugerirles son:

  • Uso de apoyos visuales para regular la conducta y el lenguaje.
  • Utilizar un lenguaje simple. Debemos de hablar despacio, manteniendo el contacto ocular, repetir la información si es necesario, pronunciar correctamente sin exagerar ni gritar. Utilizar frases simples y concisas pero correctas, evitar interrupciones en la conversación. No responder por él, dejar que se exprese tranquilamente, aunque tarde.
  • Utilizar gestos naturales para facilitar la comprensión del leguaje.
  • Emplear un lenguaje acorde a su edad. No simplificar los conceptos a onomatopeyas, utilizadas en edades más infantiles.
  • Adoptar una actitud positiva frente al niño, animándole por su esfuerzo y sus progresos.
  • Fomentar situaciones comunicativas donde el niño pueda hablar y relacionarse con otros niños.
  • Evitar la sobreprotección o el rechazo.
  • Fomentar la autonomía personal.
  • Controlar nuestra ansiedad y preocupaciones delante del niño.
  • Eliminar las correcciones directas. En lugar de esto, dar el modelo correcto de la oración.
  • Estimular en todo momento el lenguaje, siempre que nos pregunte por objetos o significados, le responderemos correctamente. Ante el aprendizaje de nuevo vocabulario, tendremos en cuenta el nombre del concepto, el uso o función y la categoría a la que pertenece.
  • Jugar a juegos donde se ponga en práctica el lenguaje: «veo veo», «quién es quién».
  • Emplear canciones, rimas y cuentos.

2.3 Trabajo interdisciplinario en los trastornos del lenguaje con otros profesionales

Según Gutiérrez y Gómez (2017), «un equipo interdisciplinario se conforma por un grupo de profesionales enfocados al estudio de un objeto de conocimiento desde diversas disciplinas formativas». El objetivo de un trabajo interdisciplinario es responder adecuadamente a las diferentes necesidades que son planteadas por la realidad social y cultural, para poder cubrirlas o minimizarlas (Jiménez y Vila, 1999).

Desde el trabajo interdisciplinario se diseñan acciones conjuntas que pretenden conseguir un mismo objetivo, donde «se aprovecha la experiencia y conocimiento de cada uno al compartir tareas y brindarse apoyo mutuo» (Booth y Ainscow, 2000, p. 44, citado en Gutiérrez y Gómez, 2017). Para ello, es importante trabajar la comunicación asertiva, para lo cual es necesario un cambio de actitud, admitiendo las limitaciones profesionales, aprendiendo a escuchar y aceptar otras voces, opiniones o recomendaciones.

Asimismo, se precisa de un ambiente de cordialidad y confianza, superando las barreras de comunicación y el hermetismo de algunos profesionales para compartir su punto de vista.

Profesionales dentro del ámbito educativo

Especialista en Pedagogía Terapéutica (PT): es el profesional especializado en necesidades específicas de apoyo educativo (NEAE) y tiene como objetivo fomentar la integración e inclusión de los alumnos con NEAE. Es un profesional que nos es de gran ayuda cuando tenemos alumnos con NEAE (TEA, TDAH, trastornos motores, dislexia, etc.).

Maestro en Audición y Lenguaje (AL): dentro del centro escolar, es el profesional con quien más necesidad de coordinación existe, ya que es el personal docente especialista en las dificultades y trastornos del lenguaje. Sus funciones se centran en la prevención, diagnóstico e intervención educativa de las dificultades del lenguaje y la comunicación del alumnado.

Profesionales externos al ámbito educativo

Logopeda: es el profesional sanitario; dedicado a la prevención, evaluación, diagnóstico, intervención y seguimiento de las patologías; relacionadas con la comunicación, el lenguaje, la voz y la deglución; desde un punto de vista clínico, no educativo. Asimismo, nos puede aportar información técnica sobre las dificultades del lenguaje que puedan presentar nuestros alumnos.

Psicólogo: es el profesional sanitario especializado en la salud mental y la conducta humana, principalmente, y nos es de gran ayuda en el caso de tener alumnos con problemas de conducta o emocionales, vinculados o asociados a dificultades lingüísticas. Asesora sobre la evolución psicológica del alumno, con el fin de entender mejor su conducta y emociones. Además, nos ayuda a determinar una causa o un efecto en casos específicos (por ejemplo, en caso de disfemia o retrasos del lenguaje, que pueden ser causados por factores psicoafectivos).

Neuropsicólogo infantil: es el profesional sanitario que trabaja sobre la relación entre la conducta y el cerebro en desarrollo. Se encarga de diseñar, aplicar y evaluar programas de intervención sobre las funciones ejecutivas y procesos cognitivos (en los cuales se encuentra el lenguaje). Nos puede asesorar en el proceso de potenciar los aprendizajes, centrar la atención o mejorar la memorización.

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