La transmisión de los textos antiguos: El Renacimiento y la Edad Contemporánea

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La transmisión de los textos antiguos: El Renacimiento:

En la transmisión textual aparecieron 2 elementos que cambiaron la historia: el empleo del papel y la invención y aparición de la imprenta. Aproximadamente en 1440, Johannes Gutenberg (alemán 1397-1468) inventó la prensa de imprenta, que supondría una revolución cultural. Ya no era necesario copiar textos a mano, sino que se podían reproducir varias copias con un menor esfuerzo. En 1440 imprimió la biblia, desde entonces la imprenta ha sido una herramienta eficaz e indispensable. La producción de copias de códices no se abandonó. La caída de Constantinopla en 1453 supuso un parón en la act filológica pero no en la transmisión. Los eruditos que salieron de Constantinopla trasladaron a Italia sus conocimientos y manuscritos, donde encontraron estudiosos que dominaban en latín pero no en griego. Los refugiados bizantinos se dedicaron a la filología y docencia del griego, y los eruditos empezaron a traducir del griego al latín a autores. Aldo Manuncio lo editó con su imprenta, 27 ediciones de los autores más importantes de la literatura griega. Sus ediciones fueron fundadas cuando fueron editadas en Europa.



La Edad Contemporánea:

Fijadas las traducciones impresas, las pérdidas de antiguos textos han sido mínimas. Al margen de la tradición manuscrita, algunos papiros que fueron encontrados han permitido la acción a obras de autores desconocidos (Cómico Menandro). Cuando leemos un libro con texto griego o latino, somos deudores de un sinfín de personas anónimas que dedicaron su vida a salvar y transmitir la literatura antigua.



Latinismos vivos:

Ex aequo: 'con igual mérito'; suele emplearse en concursos y competiciones deportivas para calificar a los concursantes que han alcanzado la misma puntuación. Honoris causa: 'por causa del honor'; se dice de la concesión de títulos o grados universitarios a título honorífico, en reconocimiento a grandes méritos.



Hipatía de Alejandría:

Nació en Alejandría en mitad del siglo IV d.C, en Egipto. Hipatía fue la hija del matemático Teón. Ella llevó a cabo una vida importante de investigadora y docente en Alejandría (foco principal de la cultura helenística). Hipatía se rodeó de un grupo de alumnos que la valoraban; no tuvo una vida fácil. Su defensa a la filosofía neoplatónica supuso duros enfrentamientos para ella con otros pensadores, y acabó por acarrearle la muerte de un modo cruel a manos de una turba de seguidores del cristianismo, en 415 d.C. Con ella como símbolo muere, de modo que más tarde se denominó 'cultura pagana'.



Eteocles y Polinices:

Ambos personajes eran hijos del rey Tebas y Yocasta (Edipo). Cosas de destino hicieron que Edipo matase a su padre y se casase con su madre. Cuando lo descubrió, se arrancó los ojos y se exilió de su patria. La leyenda cuenta que un día Edipo enfurecido lanzó una maldición a sus hijos; terminarían matándose en un enfrentamiento armado. Tras la muerte de Edipo, sus hijos heredaron el reino, y para que la maldición no se cumpliese, ambos tuvieron una idea: alternarse el gobierno de la ciudad uno cada año. Empezó Eteocles y cuando le tocaba a Polinices, Eteocles se negó a cumplir su palabra. Polinices pidió una expedición hacia su ciudad. Ambos terminaron encontrándose cara a cara y matándose. Tras el trágico final, su tío Creonte ordenó que Eteocles recibiera los honores fúnebres y Polinices fuese enterrado. Antígona, la hermana de ambos, transgredió esta prohibición, por lo que fue condenada a muerte.



Transmisión de textos antiguos:

En el mundo antiguo, hacer llegar las obras al público era muy difícil, ya que algunas se transmitían por vía oral. Muy pocas obras griegas y latinas han llegado a nosotros debido a que desde que el escritor las creaba hasta que llegaban al lector moderno, esas obras habían sufrido muchos incidentes. A día de hoy, con las imprentas e internet, esto ha ocurrido menos.

La Antigüedad:

(s.III a.C.): Es posible que en Atenas existieran archivos públicos para recopilar, archivar y difundir volúmenes literarios; pero la mayor misión fue llevada a cabo por Ptolomeo, que creó la biblioteca y el museo de Alejandría. Las principales básicas eran copiar y conservar textos, pero empezaron a ser analizados, depurados y reeditados; de ahí nació la filología. Algunos eruditos más importantes fueron: Zenódoto, Aristarco y Aristófanes de Bizancio. Las obras que se copiaron en los códices han logrado resistir.

(s.II a VI d.C.): Se siguió llevando a cabo la copia, pero de selección, los textos que no importaban no se copiaban (trágicos menores), y (trágicos mayores) se hizo una selección bastante drástica. A partir del siglo VI, ya dividido el Imperio Romano, Bizancio fue el transmisor de la escritura.

La Edad Media:

La actividad cultural fue casi nula hasta mediados del siglo IX, cuando la cultura bizantina despertó el segundo helenismo. En 850 se fundó la Universidad de Constantinopla y destacó la figura de Focio (impulsor de la lexicografía y autor de la obra Myriobiblion, que era una recopilación de libros leídos por él y con reseñas y juicios literarios). La aparición de Focio y el empleo de una nueva escritura (minúscula) fue determinante; ahorraba tiempo y espacio. Los textos ya presentaban puntuación, separación y acentuación. Con este proceso, Constantinopla dio lugar a textos técnicos, teológicos y retóricos. En una segunda fase se copiaron obras de historiadores y filósofos y más tarde de poetas. Contó con importantes figuras como Miguel Pselo, Eustacio y Juan Tzetzes. En 1204, entraron en Constantinopla la Cuarta Cruzada. La biblioteca, como consecuencia, tuvo pérdidas. Su cultura fue desplazada a Salónica (Macedonia), pero a finales del siglo XIII volvió a ser el foco más importante de cultura y transmisión de la cultura griega.

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