Transición a la Segunda República: Elecciones de 1931 y Primeras Reformas
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Antecedentes: El Fin de la Monarquía y las Elecciones Municipales de 1931
El último gobierno de la monarquía, presidido por el almirante Aznar, convocó elecciones municipales como parte del programa de retorno a la normalidad constitucional tras la dictadura de Primo de Rivera. El 12 de abril de 1931 se celebraron los comicios locales para la elección de concejales de los ayuntamientos. Sin embargo, estas elecciones significaban también, al menos para la oposición republicana, un plebiscito a favor o en contra de la monarquía, que tan comprometida había estado con la dictadura.
La campaña electoral fue intensa y la participación alcanzó el 65% de los varones censados. El resultado electoral fue desigual: aunque el número global de concejales monárquicos superó al de la Conjunción Republicano-Socialista, en las capitales de provincia los monárquicos fueron derrotados. En Madrid, los republicanos consiguieron el triple de votos que los monárquicos y en Barcelona, el cuádruple.
Proclamación de la Segunda República
Pese a los resultados del escrutinio, el 14 de abril la marea popular fue proclamando la República en los núcleos urbanos más importantes del país. El comité republicano, integrado por los firmantes del Pacto de San Sebastián, anunció en el Ministerio de la Gobernación el establecimiento del nuevo régimen republicano en medio del entusiasmo popular y la pasividad de los sectores monárquicos. Ante esta situación, Alfonso XIII, consciente de que contaba con escasos apoyos, suspendió el ejercicio del poder real sin renunciar a sus derechos, según se expresa en el Manifiesto de despedida, para evitar una fratricida guerra civil. El rey abandonó Madrid camino del exilio. De manera pacífica se produjo un cambio político revolucionario.
El Gobierno Provisional y las Primeras Reformas
Para preparar el nuevo marco político se constituyó un Gobierno Provisional, integrado, casi en su totalidad, por los miembros del Comité Revolucionario creado un año antes en el Pacto de San Sebastián. El nuevo gobierno fue presidido por Niceto Alcalá Zamora y en él participaron republicanos de izquierda, radicales, socialistas, nacionalistas catalanes y gallegos. Fuera del Gobierno quedaban la derecha monárquica, los nacionalistas vascos y las fuerzas obreras (comunistas y anarquistas).
Siguiendo lo acordado en el Pacto de San Sebastián, el Gobierno Provisional convocó elecciones a Cortes Constituyentes (elegidas por sufragio universal de los varones mayores de 23 años) para redactar una nueva constitución y otorgar legitimidad al régimen republicano. La fecha de las elecciones quedó fijada para el 28 de junio.
Hasta la proclamación de la nueva Constitución, el Gobierno Provisional actuó gracias a un Estatuto Jurídico que le confería plenos poderes. En virtud de ello, durante los dos meses que faltaban para los comicios, puso en marcha una serie de decretos ministeriales con los que iniciaba las reformas consideradas más urgentes.
Reformas Agrarias y Laborales de Largo Caballero
El ministro de Trabajo, Largo Caballero, adoptó las primeras medidas de reforma agraria y laboral:
- Decreto de Términos Municipales: obligaba a los propietarios a contratar a los jornaleros locales antes que a los forasteros.
- Decreto de Prohibición de Desahucios: prohibía al propietario expulsar de las tierras al arrendatario por falta de pago.
- Decreto sobre Laboreo Forzoso: exigía a los propietarios realizar las labores imprescindibles para el cultivo de las tierras, garantizando así trabajo a los jornaleros.
- Caja Nacional contra el Paro.
- Seguro Obligatorio de Accidentes de Trabajo.
- Jornada laboral de ocho horas en el campo.