Transformaciones Sociales y Políticas en el Siglo XX: Fascismos y Gran Depresión
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La Sociedad de Masas y los Cambios en la Vida Cotidiana
En la gran ciudad, donde los gustos y costumbres de los diferentes sectores sociales tendían a ser semejantes, comenzaron a surgir grandes espectáculos de masas. Lo mismo ocurrió con los medios de comunicación de masas. La aristocracia tradicional perdió su antigua influencia, como demostró la decadencia del servicio doméstico, que solo lo mantuvieron los más ricos. En el campo político, la mujer logró el derecho al voto y surgieron los movimientos nacionalistas o de liberación en las colonias.
El Cambio de la Mujer
En 1920 se produjo una gran liberalización de costumbres que buscaba acercar a los dos sexos. Surgió la mujer deportiva, emancipada, independiente y dueña de sí misma. Este tipo de mujer, perteneciente a las clases medias o altas, era minoritario en esta época, sin embargo, cada vez fue más conocido y difundido por la literatura, el cine, la prensa y la moda.
La nueva sociedad originó nuevas necesidades: en la gran ciudad las masas se aglomeraban, surgía el tráfico de vehículos y el transporte colectivo, proliferaban los carteles y las señales luminosas, el ruido, las prisas. Como consecuencia, los más ricos empezaron a abandonar los núcleos urbanos en busca de un entorno más cómodo. El país pionero de estos cambios fue Estados Unidos. Al mismo tiempo, aparecieron en EEUU individuos como el gánster, un pistolero que se amparaba en mafias y se enriquecía comerciando con artículos y fenómenos prohibidos como la prostitución, el juego o las drogas.
En las décadas de 1920 y 1930 también se difundieron inventos que habían aparecido antes de la Gran Guerra. Despegó la producción de automóviles y la aviación; esta última se convirtió en un espectáculo protagonizado por grandes pilotos. También se generalizó el uso de la electricidad en el hogar. Con la electricidad llegó la radio. En EEUU el comercio también se vio favorecido por la venta a plazos o a crédito.
La Sociedad de la Gran Depresión
La sociedad nacida tras la Primera Guerra Mundial sufrió en los años 30 el durísimo golpe de la Gran Depresión. En EEUU y Europa disminuyeron los recursos económicos de muchas personas y la difusión de los nuevos modos de vida se frenó. Emigrantes y parados en busca de empleo, colas en los comedores de beneficencia. En EEUU fue muy dramático el éxodo de granjeros arruinados por la caída de los precios agrarios; los más afortunados malvendían su coche.
La crisis tuvo consecuencias políticas: por una parte, porque favoreció a la intervención del Estado, que adquirió mayor poder en detrimento de las libertades individuales; por otra, porque generó un ejército de individuos desesperados y favorables a los cambios radicales. Las transformaciones que trajo la crisis del 29 anunciaban la democracia de masas, la supresión de barreras sociales y la emancipación de obreros y mujeres.
Estos fenómenos también provocaban incertidumbre y el miedo a la revolución y a los cambios sociales. La sociedad del siglo XIX estaba acostumbrada a unas jerarquías sociales definidas, a una economía que funcionaba, a un poder político que actuaba sin apenas debate, a un pueblo obediente y a una mujer más sumisa y ligada a la familia. El fin de esta situación tras una cruenta guerra fue un cataclismo para muchas personas. Determinados grupos sociales decidieron fomentar proyectos políticos autoritarios. La reacción ante los cambios fue respaldada generalmente por la derecha y provocó una durísima represión política en muchos países.
Los Fascismos y su Contexto
Las Derechas Autoritarias
La sociedad europea sufrió a comienzos del siglo XX auténticas catástrofes: una larga y cruenta guerra, una revolución social en Rusia y, finalmente, una depresión económica sin precedentes. Muchas personas acusaban al viejo sistema liberal del siglo XIX de haber causado tales catástrofes. Los valores de la razón, el progreso, la educación y la ciencia no habían impedido la guerra. Instituciones como los parlamentos, los gobiernos representativos y las constituciones que garantizaban los derechos y libertades fundamentales, en lugar de detener la revolución, animaban a las masas a exigir cada vez más derechos y más democracia. Las medidas económicas liberales perdieron vigencia tras la crisis del 29. Durante los años 20 y 30, movimientos políticos y sociales de derechas eran de carácter autoritario, ya que exigían la desaparición del régimen liberal.