Transformaciones Sociales en España: Demografía y Movimiento Obrero en el Siglo XIX

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Crecimiento Demográfico y Cambio Social

La población española experimentó un crecimiento a lo largo del siglo XIX, pasando de 11 millones en 1797 a 18,6 millones en 1900. Sin embargo, este crecimiento fue lento en comparación con otros países europeos, debido a una alta tasa de mortalidad (28% al finalizar el siglo) y una natalidad propia de una sociedad de Antiguo Régimen.

Factores que influyeron en la demografía

  • Guerras: Continuas guerras dentro y fuera de las fronteras españolas.
  • Enfermedades infecciosas: Cólera y tuberculosis eran epidemias frecuentes, afectando a una población mal alimentada y con deficiencias sanitarias. Se implementaron medidas como la inspección de aguas y la recogida de basuras en la segunda mitad del siglo XIX.
  • Crisis de subsistencias: Las malas cosechas provocaban un aumento de precios y hambrunas.

A pesar de estos factores, la elevada tasa de natalidad contribuyó al crecimiento demográfico. Desde mediados de siglo, se observó una corriente migratoria hacia el norte de África y América, que se intensificó en las últimas décadas del siglo. Entre 1880 y 1914, cientos de miles de españoles emigraron a Argentina. En el interior, el éxodo rural impulsó el crecimiento de ciudades como Valencia, Bilbao, Barcelona y Madrid, debido al auge industrial y la demanda de servicios.

De la Sociedad Estamental a la Sociedad de Clases

La revolución liberal transformó la sociedad estamental en una sociedad de clases capitalista, donde la propiedad definía al grupo dirigente.

Grupos dirigentes

  • Nobleza: Perdió privilegios estamentales, pero conservó el poder en la Corte, el Ejército y la política. Invirtió en Deuda, Bolsa, Banca y ferrocarril. Su estilo de vida era el modelo a seguir por la burguesía.
  • Generales y jerarquía eclesiástica: Contribuyeron al sostenimiento de la élite en el poder.
  • Alta burguesía: Terratenientes, negociantes, armadores, banqueros, financieros, dueños de fábricas y profesionales de alto nivel. Eran conservadores y defensores del “orden”.

Clases medias

Las clases medias eran un grupo heterogéneo: campesinos propietarios, mandos intermedios del Ejército, funcionarios, profesionales liberales, pequeños comerciantes y empresarios. Su ideología era conservadora y católica, apoyando un gobierno fuerte, el orden y la propiedad. Una minoría de estudiantes, profesores, periodistas y profesionales tenía una actitud política activa y crítica, impulsando el partido demócrata y el movimiento republicano.

Clases populares

  • Campesinos: Grupo más numeroso (80% de la población). La desamortización los perjudicó, convirtiéndolos en jornaleros, especialmente en Andalucía y Extremadura. En Castilla, se elevaron las rentas a los arrendatarios. Eran analfabetos, tradicionales y religiosos, viviendo al margen de los movimientos políticos. Las autoridades locales ejercían un control caciquil o los reprimían con la Guardia Civil. Muchos emigraron a las ciudades o al exterior.
  • Artesanos: La eliminación de los gremios deterioró su situación, trasladándose hacia la industria.
  • Trabajadores del sector servicios: Funcionarios, empleados públicos y trabajadores “de cuello blanco” (oficinistas), especialmente en Madrid.
  • Servicio doméstico: Trabajaban para la nobleza y la alta burguesía.

Condiciones de Vida de la Clase Obrera

La clase obrera industrial se concentró en la industria del algodón en Cataluña, zonas siderúrgicas y talleres madrileños. Esto generó barrios obreros hacinados, insalubres y sin servicios. Las fábricas implicaban largas jornadas, sin seguridad, con accidentes frecuentes y sin descanso, excepto los domingos. Los salarios eran bajos, apenas para una alimentación básica. El analfabetismo afectaba al 80%. Las crisis provocaban paro, hambre, enfermedades y delincuencia.

Desarrollo del Movimiento Obrero

En la década de 1830, la incorporación del vapor a las fábricas provocó despidos y episodios de destrucción de maquinaria, como el incendio de la fábrica Bonaplata en Barcelona. El ludismo tuvo poca repercusión en España. Las primeras organizaciones fueron sociedades de ayuda mutua, como la Sociedad de Protección Mutua de Tejedores de Algodón (1840). Los moderados las prohibieron en 1844.

Durante el Bienio Progresista, tras participar en la revolución, en julio de 1855 estalló en Barcelona una huelga general en defensa del derecho de asociación. La Ley del Trabajo de Espartero favorecía a los patronos, llevando a los obreros a alinearse con demócratas y republicanos.

Durante el gobierno de la Unión Liberal, el movimiento obrero estuvo aletargado por la prosperidad económica y la represión. Destacó la labor de academias obreras como el Fomento de las Artes de Madrid o el Ateneo de la Clase Obrera de Barcelona.

Principales corrientes ideológicas

El Sexenio Democrático fue una etapa de toma de conciencia política y organizativa. La decepción por las quintas y los consumos provocó la separación del movimiento obrero de los partidos demócrata y republicano. Se asimilaron las corrientes ideológicas europeas.

  • Anarquismo: En 1868, Giuseppe Fanelli organizó la Asociación Internacional de Trabajadores (AIT) según la línea anarquista. En 1870 se celebró en Barcelona el Primer Congreso de la sección española de la Internacional. La insurrección de la Comuna de París en 1871 llevó a medidas represivas contra la AIT.
  • Marxismo: A finales de 1871, Paul Lafargue impulsó la corriente marxista. Tras el Congreso de Zaragoza en 1872, se fundó la Nueva Federación Madrileña. En 1873, la Internacional estaba implantada entre obreros textiles, de la construcción, artes gráficas y parte del campesinado andaluz.

Con la proclamación de la República, se lograron mejoras en jornada y salarios. Pero la participación en la huelga de Alcoy y el movimiento cantonal llevó a la disolución de la Internacional en 1874, pasando sus dirigentes a la clandestinidad.

Durante la Restauración, las condiciones de vida eran brutales. En 1883, se creó la Comisión de Reformas Sociales, pero sus informes no condujeron a reformas. El movimiento obrero, con Cánovas, pasó a la clandestinidad, dividido en socialismo y anarquismo.

  • Anarquismo: Se reorganizó lentamente y desde 1881 actuó legalmente con la Federación de Trabajadores de la Región Española, con implantación en Cataluña, Aragón, Valencia y Andalucía. Su actividad era sindical y reivindicativa, aunque una minoría optó por la acción directa, con una oleada de atentados en la última década del siglo.
  • Socialismo: En mayo de 1879 se fundó el Partido Socialista Obrero Español (PSOE). En 1888, se fundó la Unión General de Trabajadores (UGT), liderada por Pablo Iglesias. En 1891, el PSOE obtuvo cuatro concejales en grandes ciudades. Su oposición a la guerra de Cuba aumentó su popularidad.

A finales del siglo XIX, surgieron organizaciones obreras de inspiración católica, impulsadas por la encíclica Rerum Novarum de León XIII, que denunció el socialismo y animó a mejorar la vida obrera a través del Evangelio. Sin embargo, estas organizaciones tuvieron poco arraigo.

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