Transformaciones Políticas y el Positivismo en la Argentina del Centenario
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El Impacto del Positivismo
La élite dirigente permite identificar que una de las creencias colectivas más arraigadas entre sus miembros era aquella que adjudicaba una gran importancia a la ciencia como panacea universal y veía en los conocimientos científicos los instrumentos que abrían nuevos horizontes a la humanidad. Esta creencia se correspondía efectivamente con la realidad, ya que Argentina estaba experimentando profundas transformaciones originadas por la aplicación de las nuevas técnicas y tecnologías, resultado de las investigaciones y descubrimientos científicos. El frío artificial para la congelación de las carnes, los molinos de viento, los teléfonos, la luz eléctrica y los servicios sanitarios eran algunos ejemplos.
Los avances en el conocimiento científico y el desarrollo de las nuevas tecnologías, que permitían el control de la naturaleza y el sostenido incremento de la producción industrial, indicaban que el orden capitalista había abierto a la humanidad las puertas del "progreso continuo". Las élites dirigentes de los países periféricos latinoamericanos, proveedores de materias primas y alimentos a los centros industriales, adoptaron los ideales positivistas de "orden y progreso", convencidos de que por ese camino acercarían sus países al "mundo civilizado".
En la República Argentina, la difusión del positivismo se manifestó en un notable desarrollo de las investigaciones científicas, sobre todo en el campo de las ciencias naturales y las ciencias médicas, y en la aplicación de numerosos principios de la "nueva ciencia positiva" en la organización de la economía, la educación y otros aspectos de la vida social.
La Reforma Electoral de 1902
En 1902, Roca impulsó la sanción de una nueva ley electoral que buscaba ampliar la participación política, pero sin poner en riesgo el mantenimiento del sistema de gobierno oligárquico. Fijó los 18 años como límite de edad para ejercer el voto, creó el padrón cívico permanente y estableció el control de los actos de emisión de los sufragios. No concedió el voto secreto y mantuvo la restricción del derecho al voto para los extranjeros.
La modificación fundamental que estableció la nueva ley electoral fue en relación con los distritos electorales. La modificación consistió en dividir cada uno de esos distritos en tantas regiones (circunscripciones) como diputados por elegir.
La Ley Sáenz Peña
A principios de 1912 fueron sancionadas las leyes que establecieron la reforma: una ordenaba la confección de un nuevo padrón electoral y la otra instituía el voto secreto y obligatorio, y el sistema de "lista incompleta". Los radicales y socialistas comenzaron a participar en las elecciones, y la fuerza del movimiento anarquista se debilitó. El radicalismo se convirtió en el movimiento político más poderoso del país.
Debates sobre la Ampliación de la Participación Política
Frente a las amenazas de la Unión Cívica Radical y las protestas de los sectores populares, la élite gobernante se dividió en dos grupos con opiniones diferentes sobre cuál debía ser la respuesta del gobierno. El grupo liderado por Roca era partidario de mantener el orden y la represión. Figueroa Alcorta y un número cada vez mayor de dirigentes sostuvieron la necesidad de una reforma política y de lograr un gobierno representativo; el gobierno no podía seguir en una política cerrada sostenida por la represión. Triunfó la posición reformista y el 12 de octubre de 1910 asumió Roque Sáenz Peña.