Transformación Económica de España en el Siglo XIX: Desamortizaciones e Industrialización
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La situación de la economía en España a principios del siglo XIX era crítica debido a las continuas guerras, la pérdida de los mercados americanos tras la emancipación de las colonias y la incertidumbre política. Sin embargo, a lo largo del siglo, la economía experimentó cambios que impulsaron la creación y consolidación de un sistema capitalista. Estos cambios incluyeron la transición de una agricultura de subsistencia a una de tipo comercial y capitalista, transformaciones en la estructura de la propiedad agraria a través de la desvinculación y desamortización, el desarrollo de los medios de transporte y las vías de comunicación, la aparición de las primeras líneas ferroviarias, el surgimiento de la banca moderna, la inversión de capitales extranjeros en sectores clave y el inicio de la era industrial con el desarrollo de la minería.
Las Desamortizaciones
Un elemento clave en la reestructuración de la propiedad agraria fue la desamortización, un proceso jurídico-político que consistió en la liberalización de bienes que durante el Antiguo Régimen eran inalienables, especialmente los de la Iglesia. El objetivo inicial era crear un campesinado libre que explotara las tierras con una mentalidad capitalista, lo que aumentaría la producción y la riqueza nacional. Sin embargo, los compradores de las tierras desamortizadas fueron principalmente banqueros, comerciantes, industriales y nobles, lo que impidió la formación de una clase de campesinos de propiedades medianas, como ocurrió en Francia durante la Revolución. En cambio, se acentuó el latifundismo de baja productividad.
La Hacienda española, para financiarse, recurrió a la expropiación de bienes de manos muertas, que luego se vendieron en subasta pública. El Partido Moderado se opuso a estos procesos, aunque algunos de sus miembros se beneficiaron de ellos. La desvinculación de los bienes nobiliarios transformó a los antiguos señores en propietarios libres, suprimiendo sus derechos jurisdiccionales sobre sus siervos. También se eliminó la ley del mayorazgo de 1820, que obligaba a los nobles a no vender sus bienes.
Tipos de Desamortizaciones
- Desamortización de Mendizábal (1836-1851): Juan Álvarez Mendizábal disolvió las órdenes religiosas en 1836, incautando y subastando sus bienes, y extendió este proceso a los bienes del clero secular. Los objetivos eran obtener fondos para la guerra carlista, eliminar la deuda pública, castigar a la Iglesia por su apoyo al bando carlista, romper relaciones diplomáticas con Roma y atraer a la burguesía al gobierno liberal.
- Desamortización de Madoz (1855-1924): El ministro Pascual Madoz sacó a la venta los bienes eclesiásticos no vendidos anteriormente, los del Estado, las Órdenes Militares y los bienes de propios y comunes. Se privatizaron todas las tierras de propiedad colectiva, y el dinero obtenido se destinó a la compra de deuda pública por los ayuntamientos y a la construcción del ferrocarril.
El balance de las desamortizaciones muestra que pocos campesinos sin tierra pudieron acceder a la propiedad, la burguesía compradora a veces imitó el modelo de explotación de la nobleza, se agravó la situación de los campesinos por la privatización de tierras municipales, lo que provocó una emigración masiva. Aunque aliviaron los problemas de la Hacienda Pública, el dinero obtenido fue inferior al valor real de las fincas y se perdieron tesoros artísticos.
Revolución Industrial
El desarrollo económico español durante el siglo XIX estuvo condicionado por la falta de recursos energéticos y financieros, el proteccionismo arancelario, la ausencia de una política económica continuada, la debilidad del mercado interior, la dependencia tecnológica del exterior y la insuficiencia de la red viaria. La Revolución Industrial en España fue tardía, incompleta y desequilibrada.
Características de la Revolución Industrial Española
- Tardía: Debido a las circunstancias negativas de las primeras décadas del siglo.
- Incompleta: Por la dependencia de una agricultura estancada, la falta de integración geográfica, la escasez de materias primas y carbón, el atraso tecnológico y la escasez de capitales nacionales.
- Desequilibrada: No afectó a todo el territorio, concentrándose en la periferia (Cataluña, País Vasco y Asturias) y dejando un interior atrasado.
Sectores Industriales Clave
- Textil: Se desarrolló en Cataluña gracias a la acumulación de capital mercantil y agrícola del siglo XVIII, la repatriación de capitales tras la pérdida de las colonias y las medidas proteccionistas. La introducción de la máquina de vapor y la creación de fábricas modernas aumentaron la producción. Los Güell y los Muntadas destacaron en la producción algodonera. Las malas cosechas y la supresión de aranceles afectaban a la industria textil. La Guerra de Secesión estadounidense impulsó el desarrollo de la industria lanera y sedera.
- Siderúrgica: La demanda de hierro creció para la fabricación de máquinas, utillaje, ferrocarriles y barcos. La primera siderurgia se localizó en Andalucía, pero fracasó por la dependencia de materias primas y carbón foráneos. La ría de Bilbao se convirtió en el gran centro siderúrgico español, aprovechando el hierro vizcaíno y el capital obtenido por la venta de este mineral a Inglaterra. En 1882 se introdujo el convertidor de Bessemer en Bilbao. En 1902 nació la empresa Altos Hornos de Vizcaya.
- Químico: La producción de ácido sulfúrico se concentró en Barcelona, debido a la necesidad de detergentes y colorantes para la industria textil.
- Alimentario: La producción de vino, aceite, harina y azúcar se extendió por todo el territorio.
- Minería: España se convirtió en el mayor exportador europeo de minerales en el siglo XIX, pero esta riqueza no se tradujo en una industrialización sólida. La escasez de carbón de calidad fue un factor decisivo. En 1849 y 1859 se produjo una desamortización del subsuelo, adjudicando las explotaciones al mejor postor.
Comercio e Infraestructuras
En el comercio exterior, España importaba algodón, productos siderúrgicos, tejidos, carbón, madera, cereales y maquinaria, y exportaba vinos, derivados minerales, lana, aceite y corcho. El comercio ilegal fue importante, especialmente el de tabaco norteamericano y tejidos británicos. La infraestructura financiera tuvo que afrontar la deuda exterior y la reforma tributaria. Se crearon el Código de Comercio, la Bolsa de Valores de Madrid y un sistema de Cajas de Ahorros. La infraestructura viaria se modernizó con la construcción de carreteras, ferrocarriles y canales. La primera línea férrea se concedió en 1829, pero no funcionó hasta 1837 en Cuba y 1848 en Barcelona-Mataró. El diseño radial de la red y el ancho de vía mayor que el europeo fueron errores en la construcción de los ferrocarriles. La construcción de carreteras la realizó el Estado, mientras que las líneas de ferrocarril se adjudicaron a compañías privadas mediante subasta.