Transformación Económica de España en el Primer Tercio del Siglo XX

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ESPAÑA EN EL PRIMER TERCIO DEL SIGLO XX

Segunda Revolución Industrial y Contexto Global

La 2RI trajo cambios en la importancia relativa de las naciones industrializadas, la extensión del proceso de industrialización, la introducción de nuevas tecnologías (energía y nuevos materiales) y cambios en la organización del trabajo y del capital. Estados Unidos aumentó su papel económico, elevando barreras arancelarias y el gasto público. La Gran Depresión, causada por el descenso del precio del transporte, provocó la caída de los precios de los productos agrarios en Europa debido a la llegada de productos de otras zonas, especialmente cereales desde Estados Unidos.

Transformación de la Economía Española

Desde finales de la Gran Depresión hasta la crisis de 1929, la economía española experimentó una transformación relevante en su estructura productiva, con un aumento del sector industrial. Esto se debió a que el peso del sector agrario era elevado y su competitividad internacional modesta.

Cambio Estructural

  • Alteración de la estructura de la población activa: El sector primario perdió predominio, a diferencia del siglo XIX donde los activos agrarios eran mayoritarios. Esto se observa en la distribución del PIB.
  • Diversificación industrial.
  • Crecimiento sostenido del PIB a partir de 1869.

Causas del Crecimiento

  • Cambio tecnológico en la obtención de energía: El incremento de la oferta de electricidad y petróleo permitió superar la carencia de carbón de calidad y de saltos de agua utilizables. La electricidad posibilitó la mecanización de actividades industriales con menores costes, redujo las restricciones en la localización de empresas y disminuyó el tamaño mínimo de los fabricantes. La alta elasticidad precio de la electricidad incrementó su demanda y productividad, junto con la innovación del automóvil.
  • Ligero avance de convergencia real.
  • Desequilibrios territoriales: Cataluña, País Vasco y Madrid, donde residía una quinta parte de la población y se concentraba la industria, tenían un PIB superior a la media. El resto de las zonas presentaban un PIB inferior.
  • Diferencias en la distribución personal de la renta: Alza de salarios en actividades especializadas y subsistencia para trabajadores agrarios.
  • Transición demográfica: Descenso de las tasas de mortalidad y natalidad, aumento de la esperanza de vida, mejoras en condiciones higiénicas, estructuras urbanas (emigración campo-ciudad), alimentación, control de planificación familiar y mejora educativa (aumento del porcentaje de alfabetos, tasa de escolarización y creación de centros técnicos).

España avanzó en términos absolutos, pero no en relativos.

Agricultura

España sufrió las repercusiones de la depresión agraria de fines del siglo XIX, causada por la aparición de competidores ultramarinos con ventajas comparativas que redujeron los precios. Esto coincidió con una liberalización del comercio en España. Se sustituyeron granos por viñedos aprovechando la epidemia de filoxera francesa, pero desde 1885 la entrada de granos más baratos hundió los precios y la filoxera se transmitió a España, provocando una crisis.

Rasgos

  • Mala calidad del suelo y clima poco lluvioso.
  • Rendimientos por unidad de superficie bajos en comparación con otras economías.
  • El atraso del sector agrario condicionaba la modernización de los métodos de cultivo y el uso de instrumentos y abonos avanzados.

Respuestas a la Crisis

A partir de 1886, para enfrentar la crisis de precios, se cerraron fronteras y se protegió el mercado nacional mediante barreras proteccionistas. Esto incentivó la producción ineficiente, elevó los precios y profundizó la pérdida de ventajas comparativas. El objetivo era asegurar las rentas de los agricultores, pero resultó en una asignación ineficiente de recursos que perjudicó a los consumidores. Se implementaron aranceles como el de Cánovas en 1891, la Ley de Bases Arancelarias de Villaverde en 1907, el arancel Cambó en 1922 y el Real Decreto de Primo de Rivera en 1926.

Consecuencias

  • Bajos rendimientos.
  • Aumento de los costes de producción.
  • Reducción del margen bruto de explotación.
  • Incremento del endeudamiento.
  • Disminución del pago de la renta por el esfuerzo de los arrendatarios.
  • Dificultad de los propietarios para encontrar arrendatarios y aumento de la explotación directa.
  • Salarios estancados o reducidos.
  • No afectó al precio de la tierra.

Consecuencias Sociales

  • Desigual estructura de la propiedad de la tierra (minifundio y latifundio).
  • Ausencia de ahorro para innovar en capital.
  • Transformaciones basadas en la ampliación del regadío y el uso de abonos.
  • Absentismo de propietarios y abundancia de oferta de trabajo, desincentivando mejoras en los métodos de cultivo.
  • Desempleo agrícola y trabajo a tiempo parcial.
  • Oleadas de emigración.
  • Conflictividad y tensión social (paro, endeudamiento, bajos salarios, malas condiciones de trabajo).

La agricultura seguía siendo un sector importante, aunque su peso disminuía. El reducido tamaño del sector industrial se debía a la inelasticidad de su demanda y a que los precios agrarios frenaban la diversificación de la demanda de bienes industriales, debido a la escasa capacidad de compra una vez adquiridos los bienes necesarios para alimentarse.

Industria

La Reasignación de Recursos y la Crisis de Posguerra (Primera Guerra Mundial)

España se mantuvo neutral en la Primera Guerra Mundial, pero esto tuvo un impacto desigual en su comercio. Abasteció a países en guerra y a terceros, exportando materiales a cambio de importaciones como carbón, productos químicos y maquinaria. El encarecimiento del carbón nacional impulsó la sustitución por electricidad, permitiendo el desarrollo de grandes centrales hidráulicas. La exportación a países beligerantes y el aumento de la producción generaron una acumulación de reservas de oro en España. La guerra favoreció la diversificación industrial y el desarrollo de nuevos sectores. Los beneficios extraordinarios durante la guerra llevaron a una redistribución de la renta, con mayores beneficios empresariales y estancamiento de salarios nominales, provocando inflación, pérdida de poder adquisitivo, crispación social y combatividad sindical. Tras la guerra, desaparecieron proyectos empresariales, disminuyeron las exportaciones, aumentaron las importaciones, hubo deflación, cierre de empresas, quiebra de bancos y aumento del paro, generando activismo sindical y crisis política, que culminó con el golpe de estado de Primo de Rivera.

El Crecimiento de los Años Veinte y la Dictadura de Primo de Rivera

La crisis y sobreproducción forzaron una estrategia de control de la producción con ayuda del Estado, reforzando la producción nacional y el intervencionismo administrativo. Se regularon diversos productos y se limitó la competencia. La política industrial contribuyó al desarrollo de industrias básicas y a la inversión en obras públicas, resultando en un reducido aumento de la productividad y la aparición de oligopolios. Esto llevó a un boom industrial debido a la inversión privada aplazada, la urbanización acelerada, la electrificación, la inversión pública (a costa del déficit público), el aumento del tamaño de los mercados industriales y la entrada de capital extranjero con nueva tecnología. La financiación se basó en el endeudamiento debido a un régimen fiscal injusto.

Efectos de la Crisis Internacional y del Cambio de Política Económica (1929)

La crisis de 1929 se difundió desde Estados Unidos al resto del mundo a través del canal financiero, que no afectó a España por su falta de problemas de liquidez internacional, y del canal comercial, que afectó a los sectores de exportación. España sufrió menos la crisis debido a su menor integración en la economía mundial, la protección y el atraso relativo. Sin embargo, el empresariado español miraba con recelo a la República, contrayendo la inversión y la producción de bienes de equipo. Los salarios tuvieron un comportamiento contracíclico por causas políticas, y la expansión de la industria de bienes de consumo compensó parcialmente la caída de las exportaciones y la inversión.

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