Tradición y vanguardia en la poesía de Miguel Hernández resumen

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La poesía de Miguel Hernández es, como la de todos los grandes Poetas, absolutamente personal. Sin embargo, para llegar a esa Individualización de su estilo personal, pasó nuestro poeta por una serie de Influencias en las que se mezclan la tradición poética castellana con la vanguardia poética propia de los años en que vivió.

Esta mezcla de tradición y vanguardia no es tampoco algo Únicamente hernandiano. Toda la obra de la Generación del 27 se caracteriza por Esta peculiaridad. Los poetas españoles como Federico García Lorca, Rafael Alberti o Gerardo Diego no rechazaron la tradición de nuestra Edad Media, Renacimiento o Barroco. Las lecturas vanguardistas que realizaban se mezclaban Con el estudio de los grandes clásicos como Góngora, Quevedo, San Juan de la Cruz, Garcilaso, el romancero…

De hecho, el nombre que recibe este grupo de escritores Vanguardistas españoles (Generación del 27) procede precisamente de un homenaje Que estos poetas realizaron en 1927 para conmemorar los 300 años de la muerte De Luis de Góngora. Pero este homenaje no tenía solo un sentido “académico”, lo Consideraban cercano a la búsqueda poética que en ese momento era la “vanguardia”. Los poetas españoles de esa generación, especialmente Jorge Guillén y Dámaso Alonso, influidos por Juan Ramón Jiménez, estaban interesados En el concepto de “poesía pura”, con la que se pretendía eliminar lo anecdótico Y sentimental de la poesía. Al homenajear a Góngora, están uniendo tradición y Vanguardia, pues en la radical transformación literaria de la realidad que el Poeta Barroco realiza en las “Soledades” o en la “Fábula de Polifemo y Galatea”, nuestros poetas del 27 encuentran una semejanza con la transformación De la realidad a través de la metáfora intelectual que ellos intentan con su “poesía pura”.

Este es pues el contexto en el que Miguel Hernández comienza su Obra literaria. Cuando realiza su primer viaje a Madrid, encuentra ese ambiente “vanguardista” en el que Luis de Góngora es una referencia de lo más moderno.

Por tanto, no es de extrañar que su primer libro, “Perito en lunas”, consista también en Un ejercicio de estilo gongorino. El libro, además, aparece dedicado a Valéry, Góngora y Jorge Guillén. Es decir, tradición y vanguardia en un mismo plano. El Libro está compuesto por 42 octavas reales, como el Polifemo  de Góngora. Pero no solo la métrica es el Homenaje a la tradición gongorina, también su Concepción del poema como Transformación metafórica de la realidad: el hipérbaton.

En el segundo viaje a Madrid, Miguel Hernández sufre la otra gran Influencia que será determinante para su obra. Pablo Neruda estaba en España y Su magisterio, así como la influencia surrealista, quiere acabar con la “poesía Pura”. El poeta surrealista español Vicente Aleixandre también forma parte de Esta tendencia y será otro de los amigos que conocerá en este segundo viaje con El cual la “vanguardia” deja de ser la poesía pura. Se pretende concentrar  la imagen surrealista y el verso libre y la Influencia de los clásicos españoles con la métrica tradicional.

En “El rayo que no cesa” Podemos observar claramente esa dualidad. La tradición se encuentra en los Maestros del soneto amoroso (Lope, Quevedo), mientras que la vanguardia empieza A aparecer en un sentido nerudiano especialmente en el primer poema “Un Carnívoro cuchillo” y en la “Elegía” a Ramón Sijé, escrita en verso libre.  Se convierte en una vanguardista expresión de Dolor que, aunque recuerde en muchas ocasiones a Quevedo y sus dolorosos Sonetos amorosos, llega a un territorio nuevo marcado por la carne, la tierra, La pasión…elementos que empiezan a inundar la poesía de vanguardia a raíz, Especialmente, del Surrealismo y que llegan a Miguel Hernández especialmente a Través de la poesía de Pablo Neruda y de Vicente Aleixandre.

Con “Viento del pueblo”, Movido por la urgencia de la guerra por la necesidad de una poesía más directa Y que pudiera mover a los soldados y animarlos, esta evolución hacia lo impuro Se confirma de forma radical. La influencia de Neruda se hace totalmente Patente. Con esta obra, Miguel Hernández olvida ya las resonancias clásicas de Quevedo, Góngora o Lope y, por supuesto, olvida la vanguardia de la poesía pura Para adentrarse definitivamente en una Concepción de la poesía directa que Busca el corazón de los hombres más que su inteligencia. No obstante, en la Métrica se combina la tradición castellana (romances, cuartetas octosílabas) Con la renacentista y barroca  (sonetos, alejandrinos). Lo que sí aumenta en esta obra es la imagen visionaria de influencia Surrealista, que ya empezó a aparecer en “El rayo que no cesa”, imágenes Violentas para expresar la violencia de la guerra y la pasión de la lucha.

En “El hombre acecha”, Continúa con la misma línea expresiva de “Viento del pueblo”, con un dolor más Intenso.

Con “Cancionero de Ausencias” llegamos al libro en que es más difícil hablar de influencias. La Torrencialidad surrealista heredada de Neruda y de Aleixandre prácticamente Desaparece aquí, y solo pervive en los poemas amorosos como “Hijo de la luz y De la sombra” u “Orillas de tu vientre”. En estos, encontramos la imagen Telúrica y cosmológica unida al verso libre.

Sin embargo, lo que domina el resto del libro es el poema corto de Verso breve y emoción contenida y reflexiva. Ese tono lo acerca a poetas como Antonio Machado o Gustavo Adolfo Bécquer, pero tampoco pueden considerarse una Influencia directa porque hay aquí un sentido del poema como confesión o murmullo Absolutamente personal. La cercanía de la muerte y las reflexiones sobre la Fugacidad de la vida expresadas de forma sencilla y directa pueden acercar a Veces estos poemas a Jorge Manrique o a Quevedo pero, en definitiva, se puede Afirmar que con este último libro Miguel Hernández supera totalmente la dualidad Entre vanguardia y tradición a través de un estilo absolutamente personal Basado en la sencillez absoluta.

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