Teoría de Niche

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La vida de Nietzsche(1844-1900), autor del s.XIX pero podemos acotar su contexto hasta 1888, tras escribir su obra Crepúsculo d los ídolos , cuando sufre un colapso que le incapacita intelectualmente. En cuanto al contexto histórico, Nietzsche en una época dominada por la burguésía. El periodo revolucionario inaugurado con la revolución francesa y que se extiende a lo largo de la primera mitad del siglo XIX permite a la sociedad burguesa construir una Europa a su imagen en la segunda mitad, la fuerza de los nacionalismos da lugar a nuevos Estados: Alemania e Italia. Las conquistas burguesas se fundamentan en el enriquecimiento causador la Revolución Industrial que distancio a la clase burguesa del proletariado. Además la necesidad de materias primas y de nuevos mercados llevo a la colonización de África y Asía y convirtió a las naciones europeas en grandes imperios. El resultado del domino burgués, del auge industrializador y de la consolidación de los nuevos Estados e imperios , es una Europa impregnada de los ideales burgueses, a los que Nietzsche también dirigirá sus críticas, calificándolas de . Poéticamente, este periodo se define por dos corrientes que justifican los intereses de dos clases enfrentadas. El liberalismo de Adam Smith defiende la libertad política y económica de la burguésía como reacción a las consecuencias negativas del liberalismo para el proletariado, se consolidan en el último tercio del XIX las ideas políticas socialistas y anarquistas, cuyo origen encontramos en las filosofías de Marx y Proudhan. Nietzsche rechazó el Marxismo pero tampoco compónía ninguna de las ideologías que propugnaban un final feliz para la sociedad humana, bien mediante la asociación del orden burgués con el desarrollo científico-técnico o mediante la implantación de la sociedad comunista. Sin embargo, coincide con Marx en la visión materialista del mundo o en la denuncia de la sociedad capitalista y a la religión. La publicación de El origen de las especies de Darwin fue el acontecimiento mas importante en el campo de las ciencias biológicas. La concepción que Nietzsche tiene del ser humano, junto con el tema del superhéroe y la voluntad de poder presentar puntos comunes con el evolucionismo darwinista, basado en la selección natural. En ambos autores el concepto > es decisivo.

A través de lo afirmado por Nietzsche en el texto, hemos visto su oposición a toda la tradición filosófica anterior, la cual, especialmente desde Sócrates y Platón, ha devaluado este mundo mediante la creación de otro mundo más verdadero y perfecto: el mundo de los “conceptos supremos” o últimos. Parece conveniente, pues, que nos acerquemos a la postura de Platón para poder comprender mejor el sentido de la crítica de Nietzsche. Platón afirma que la posibilidad de un conocimiento verdadero apoyado en verdades absolutas hace necesaria la existencia de realidades inmutables, ya que un conocimiento que tenga por objeto algo cambiante no es verdadero conocimiento, si acaso mera opinión, dóxa, tal y como lo denominó Platón. Sobre esta clara premisa o tesis plantea Platón su teoría de las Ideas, que constituirá la base sobre la que asienta toda su filosofía, desde la física hasta la ética y la política pasando por la antropología y la teoría del conocimiento. Platón persigue encontrar, tras las apariencias múltiples y cambiantes de las cosas, una realidad absoluta cuyo conocimiento le parece necesario para dar una base sólida a la moral y a la política y escapar así al relativismo de los sofistas. Esta realidad la situará Platón en un mundo de esencias eternas, invisibles a la vista pero visibles mediante la inteligencia o razón, y dotadas de un modo de existencia completamente diferente al de las cosas concretas. Se trata de un “mundo” de valores y de “modelos ideales”, independientes de la opinión fluctuante de los hombres, a los que llamará “Ideas” o “Formas”, y que se imponen a toda mente razonable, constituyendo el objeto del conocimiento verdadero. Platón parece entender siempre la Idea como la forma única de algo múltiple. Sería el modelo arquetípico de una clase determinada de objetos, como, por ejemplo, la Idea de Árbol lo es de todos los árboles concretos. Cada Idea es única, eterna, inmutable, absoluta. No son de naturaleza material, pero tampoco puros conceptos elaborados por la mente ni cualidades propias de las cosas sensibles. Platón inicia así una problemática que va a tener mucha influencia a lo largo de la historia de la filosofía: la del tipo de realidad que le corresponde a los conceptos que representan y designan a las cosas particulares. No es de extrañar que, con todas estas premisas, la Teoría de las Ideas fuera básicamente abstracta, racionalista, y que Platón relegara del ámbito del verdadero conocimiento (de la episteme) a cualquier consideración de la realidad hecha desde su vertiente múltiple o material, desde la posición de Heráclito a la de los atomistas. Pero lo más sorprendente y original de Platón no reside sola y exclusivamente en su concepción abstracta de las Ideas, sino en su extraña afirmación de que hay dos mundos totalmente diferentes: el mundo de las Ideas y el mundo sensible. El primero es considerado como el ámbito de la verdadera 9 realidad, el de las Ideas, del cual este mundo en el que vivimos, la realidad sensible, no es sino una copia o pálido reflejo, es decir, realidad de segundo orden o realidad dependiente de la anterior. En conclusión, la Teoría de las Ideas es utilizada por Platón para, por una parte, construir una teoría de lo que hoy denominamos valores morales y, por otra, realizar una interpretación del mundo (cosmos) como la realización o ejemplificación de un orden ideal, que tal y como se nos cuenta en el Timeo, resulta imperfecto por la propias limitaciones de la materia sensible que lo conforma, que muestra una dura resistencia a ser moldeada de acuerdo con la perfección de las Ideas. Como acabamos de exponer, esta infravaloración de la realidad sensible llevada a cabo por Platón y, sobre todo, a juicio de Nietzsche, el desdoblamiento de la realidad en dos órdenes radicalmente diferentes, son los claros síntomas de esa “tela de araña” que la filosofía fue tejiendo desde Platón en adelante con el claro objetivo de poner a salvo los “conceptos supremos” de todo cambio o contradicción posibles. Resulta claro pues que, para Nietzsche, esta inversión de la realidad

debe, de nuevo, ser puesta del revés, es decir, es necesario recuperar los predicados atribuidos a lo “último” para lo “primero”, pues sólo así se borrará la ficticia e innecesaria distinción entre lo primero y lo último, entre lo de aquí y lo de más allá. En este empeño Nietzsche se opone, como hemos visto, a la larga tradición metafísica, por no decir puramente escapista, de la filosofía occidental.


Contesto histórico

Federico Guillermo Nietzsche nacíó en Rocken, Turingia, en 1844, pleno Siglo XIX. En este siglo se extiende por Europa la revolución industrial surgida en Inglaterra. Esta revolución se ve propiciada por el desarrollo científico y el auge del colonialismo. Como consecuencia surge el proletariado.

Esta situación económica viene acompañada de una política en la que surgen otras revoluciones de tipo liberal en la primera mitad de siglo y un desarrollo del movimiento obrero y de los nacionalismos en la segunda mitad. Este liberalismo viene propiciado por diferentes revoluciones con intereses independentistas como la revolución francesa, la de las colonias inglesas de Norteamérica o las que se producen en gran parte de Europa.

Estas revoluciones liberales no son suficientes para solucionar los problemas de una gran masa de la población que vive en condiciones miserables. Surgen así organizaciones como la Primera y Segunda Internacional, el socialismo (anarquismo y socialismo utópico) que lucha en contra de las desigualdades económicas surgidas como consecuencia de este liberalismo, y el comunismo.

Por último también surgirá en este siglo el nacionalismo al que se le vinculaba Nietzsche. Surge bajo dos modelos: uno que se fundamenta en la voluntad popular de vivir juntos y otro vinculado al Romanticismo alemán, nacionalidad de Nietzsche. Esto provoca la unidad alemana e italiana. Fue en Alemania donde Nietzsche cuando estaba en la plaza de Turín sufre un colapso y muere un tiempo después en 1900.

Contexto cultural

Los movimientos culturales más importantes en el Siglo XIX son el Romanticismo, en la primera mitad, y el Realismo, en la segunda.

El Romanticismo es un movimiento antiilustrado que tiene como precursores a Rousseau y Goethe en Alemania. Este movimiento se caracteriza por la exaltación de los sentimientos, revalorización del sentimiento religioso y de la tradición. Se exalta el individualismo y se tiene una concepción organicista de la naturaleza. Algunos romanticistas importantes son Bécquer, Goethe, Wagner…

El Realismo por su parte es un movimiento que intenta reflejar la realidad cotidiana con total sinceridad para criticarla y denunciarla, es por tanto todo lo contrario que el Romanticismo.

La ciencia también sufre un desarrollo importante en este siglo. La física de la primera mitad de siglo lleva su apogeo la mecánica clásica, mientras que en la segunda mitad una serie de problemas cuestionan la validez de este modelo y es sustituido por la mecánica cuántica. Las matemáticas también sufren cambios, se echan abajo los principios de Euclides y con esto se corrige a Descartes quien decía que no se podía. Y en tercer lugar la biología desarrolla teorías evolucionistas oponiéndose al fijismo, teoría como la de Darwin o la de Lamarck del que Nietzsche es partidario.

Surgen también otras ciencias como la lingüística, la economía, la psicología experimental...

Contexto filosófico

En el Siglo XIX hubo varias corrientes filosóficas y diversos personajes que influyeron en Nietzsche a la hora de elaborar su crítica y posterior propuesta filosófica.

El primer filósofo que le influye es Hegel, principal representante del Idealismo. Esta corriente filosófica sostiene que el ser de las cosas se establece en la conciencia. Hegel, que vivíó en la primera mitad del siglo, es el idealista más elaborado, de una lista que empieza con Descartes y sigue con filósofos como Locke, Hume, Kant…

Hegel destruye la realidad, para él la realidad es producto de la razón que se exterioriza dando lugar a lo que observamos. La realidad es para él la forma de mostrarse de la razón. Atraviesa tres fases: la tesis (un hecho concreto), la antítesis (negación de la tesis) y la síntesis (recoge las dos anteriores y forma una nueva). La síntesis es para él un cambio a mejor, un progreso que permitirá mejorar.

Mientras en la segunda mitad de siglo surge el positivismo. Esta actitud rompe con esa teoría abstracta del idealismo y pretende recuperar el valor de la realidad tal como se ve. No hay filosofía sino ciencia, no hay teorías solo se observa como se comportan las cosas. Uno de sus más importantes representantes es Comte.

Otro filósofo que influye en Nietzsche es Schopenhauer. Pertenece a la primera mitad de siglo, es de formación kantiana y rival de Hegel. Siguiendo con la teoría de Kant, en la que hace una división de la realidad en noúmeno (parte de la realidad que no vamos a conocer nunca) y fenómeno (la realidad en sí, lo que conocemos), Shopenhauer cambia la interpretación y llama voluntad al noúmeno y representación al fenómeno. La voluntad es un deseo insaciable que quiere serlo todo, quiere cristalizarse en lo que se percibe. Pero la voluntad conlleva una visión pesimista de la vida ya que ese deseo nunca se va a acabar, siempre se va a querer más y nunca se podrá satisfacer.

El músico alemán Wagner le impactó con su música, le transmitía el modo de entender la vida y le inspiró para escribir el Nacimiento de la tragedia. Más tarde se enemista de él.

Los presocráticos con su politeísmo, la multitud de dioses llaman la atención de Nietzsche y se interesa en su forma de vida. También le influyen personajes del Renacimiento como Maquiavelo del cual observa su máxima que expresaba la consecución de un fin en la vida. Conoce además la Italia del Renacimiento, el espíritu clásico por medio del escritor Goethe.

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