La teoría del conocimiento de Kant y su ética deontológica

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KANT: CONOCIMIENTO

Kant fue un escritor del siglo XVIII y el principal representante de las ilustraciones alemanas. Elaboró ​​su teoría del conocimiento en una obra titulada La crítica de la razón pura (1781). Kant notó los triunfos de la ciencia, como las matemáticas y la física; en cambio, demostró el fracaso de la metafísica. Por lo tanto, Kant estudió la aplicación teórica de la razón, cuyo propósito es responder a la pregunta "¿qué podemos saber?". Kant lo llama "giro Copérnico", un método que se centra en el análisis de la capacidad intelectual en lugar del análisis de objetos conocidos.

Tipos de juicios

Kant cree que el conocimiento se expresa en forma de juicio: hay dos tipos: analítico e integral. Los juicios analíticos son juicios que no aplican nuestro conocimiento, porque se limitan a la calidad de explicar los conceptos del sujeto en sí. El juicio integral, por otro lado, extiende nuestro concepto del sujeto al agregar nuevas características al predicado. Kant cree que los juicios analíticos son a priori porque no requieren su propia verificación empírica porque la "lógica pura" los conoce de antemano. Por otro lado, Kant cree que los juicios más completos son posteriores porque es imposible saber de antemano si son correctos, pero debemos recurrir a la experiencia.

Conocimiento trascendental

Sin embargo, Kant se dio cuenta de la capacidad a priori de hacer juicios integrales. Kant analizó la posibilidad del conocimiento trascendental en diferentes sistemas de conocimiento y, según él, hay tres tipos de conocimiento trascendental: sensibilidad, comprensión y racionalidad. Primero, estudió el conocimiento sensible de la estética trascendental. Allí confirmó que hay dos elementos a priori en el conocimiento sensible: espacio y tiempo, formas puramente intuitivas (para Kant, el conocimiento sensible es conocimiento intuitivo, conocimiento inmediato). Según Kant, las matemáticas son un juicio integral a priori basado en estas formas puras: la aritmética se basa en la forma pura del tiempo y la geometría se basa en la forma pura del espacio.

Dialéctica trascendental

Finalmente, en la dialéctica trascendental, Kant analiza la posibilidad del conocimiento mediante el uso de la razón, sin depender de la experiencia. Esto es lo que hace la metafísica: hacer afirmaciones sobre toda la experiencia, ir más allá. Para hacer esto, la razón hace un uso ilegítimo de las categorías de comprensión cuando se aplica en el vacío, sin una base empírica. Con esto, pretende saber algo sobre tres ideas que expresan la totalidad de los fenómenos: el mundo, el ser sustancial y Dios. Estas son las tres ideas metafísicas principales. Sin embargo, según Kant, la metafísica no es posible como ciencia yendo más allá de la experiencia. Sin embargo, aunque las ideas metafísicas no dan lugar al conocimiento científico, según Kant es irremediable y hacen preguntas de naturaleza metafísica. Sin embargo, la única respuesta posible no tiene lugar mediante el uso teórico de la razón, sino mediante el uso práctico.

ÉTICA

Kant analiza la razón en su vertiente práctica principalmente en dos obras: Crítica de la razón práctica y Fundamentación de la metafísica de las costumbres. La razón práctica se ocupa de las acciones humanas y es el ámbito de la moral. La ética kantiana es deontológica porque hacer reposar el valor moral de las acciones en la noción de deber y se diferencia de las éticas teleológicas (como la aristotélica) en que el valor moral de la acción residía en la finalidad, identificada con alcanzar la felicidad.

La buena voluntad y el imperativo categórico

Según Kant, para saber si un acto es bueno no hay que atender a sus consecuencias, sino a la intención que le guía. Tener buena voluntad implica utilizar todos los medios que estén al alcance de uno mismo para lograr un fin determinado. La buena voluntad es lo que determina que una acción haya sido buena, y no sus consecuencias. Para Kant, actuar según la buena voluntad o actuar por deber son conceptos equivalentes, y supone actuar de forma desinteresada conforme a la ley moral, aunque esta acción le pueda acarrear consecuencias negativas. Se pueden establecer una infinidad de normas de conducta, pero todas ellas se pueden sintetizar en una única que denomina imperativo categórico. Es imperativo porque el deber constriñe la voluntad; y categórico, lo que significa que la acción, para que sea moral, no puede considerarse como un medio, sino como un fin en sí misma. En caso contrario sería un imperativo hipotético (en los que se basan las éticas teleológicas o materiales) y que determina a la voluntad como medio para lograr un fin, es decir, actuar conforme al deber (no son acciones morales porque cuando cambien los motivos se dejará de actuar por deber).

El imperativo categórico

Obrar por deber, obrar moralmente u obrar según la buena voluntad significa seguir el dictado del imperativo categórico. Kant afirma que hay un único imperativo que se puede formular de diferentes maneras: 1. “Obra sólo según aquella máxima por la cual puedas querer que al mismo tiempo se convierta en ley universal”, indica la forma que han de tener los principios morales, han de ser universales y desvinculados del contenido material; la bondad depende de la forma de dicha acción, un acto bueno es aquel que puede universalizarse. 2. “Obra de tal modo que uses a la humanidad, tanto en tu persona como en la persona de cualquier otro, siempre al mismo tiempo como fin y nunca simplemente como medio, resalta la diferencia fundamental del ser humano con el resto de la naturaleza: la dignidad. Es entendida como la cualidad fundamental de toda persona como un fin en sí misma (el reino de los fines) y que no puede ser utilizada como medio. De esta formulación se desprende que las guerras, esclavitud y otras desigualdades son actos inmorales (buena fundamentación de los derechos humanos). El ser humano al ser un fin en sí mismo, no puede estar sometido a una legislación universal, lo que supone que la ley moral (imperativo categórico) se origina en el interior del ser humano. El deber que implica toda acción moral es autoimpuesto y determinado por la propia voluntad.

Realidades metafísicas

Kant finalmente concluye que para que la vida moral sea posible, es necesario postular las mismas realidades metafísicas que habían sido objeto de crítica al analizar la razón teórica. Tales realidades son la libertad (sin la que no habría autonomía ni acción moral), la inmortalidad del alma (los actos morales tienen una aspiración que trasciende la propia existencia) y Dios (que permite que se identifique el ser y el deber, la naturaleza y la ley moral).

Destino último del hombre

Kant formula su tercera pregunta: “¿qué puedo esperar?”. Este “qué” guarda relación con el destino último del hombre, con la finalidad a la que apuntan todas las acciones morales. La religión es la respuesta, aunque no se agote en la mera dimensión religiosa. El fin al que apunta la religión implica y exige la acción social y política para hacerse realidad en la historia, a través del tiempo.

CONTEXTOS

KANT:

Kant no conoce el genuino movimiento ilustrado francés, sino que se desarrolla en el movimiento ilustrado alemán, concretamente el que acompañó a Prusia en su ascenso como potencia europea. Kant recibe influencias de Leibniz a través de Wolff, de Hume con el problema relativo a la causalidad que desemboca en el escepticismo y de Newton (el conocimiento de la naturaleza es posible). La filosofía kantiana se puede considerar como una síntesis ente el racionalismo (no todo el conocimiento proviene de la experiencia) y del empirismo (sin experiencia no hay conocimiento humano).

HUME

Culturalmente se va a dar el Siglo de las Luces que, se enmarca en el movimiento de la Ilustración, la fe en el progreso, el afán por alcanzar una visión científica del mundo (Newton). Filosóficamente encontramos dos corrientes: el Racionalismo (Descartes, Spinoza, Leibniz), que acepta el innatismo de los principios esenciales del conocimiento y despreciando el conocimiento sensorial como fuente fiable; y el Empirismo (Locke, Hume) rechaza la existencia de ideas innatas y pone en la información sensorial, la fuente y el límite del conocimiento humano. ----[En los casos particulares, en toda naturaleza un suceso sigue a otro, pero nunc podemos observar un vínculo entre ellos][Cuando un suceso está siempre y en todos los casos unido a otro, a uno lo llamamos causa y al otro efecto][La idea de conexión necesaria entre causa y efecto surge en la imaginación por la costumbre o rutina][Podemos decir por la costumbre que a toda causa le sigue un efecto. Pero no tenemos idea alguna sobre esta conexión]

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