El teatro desde los setenta hasta la actualidad: Jose Luis Alonso de Santos

TEMA 10: El teatro desde la decada de los setenta a la actualidad.

Jose Luis Alonso de Santos.

Jose Luis Alonso de Santos- nació en Valladolid en 1942. Es licenciado en Ciencias de la Información y Filosofía y Letras en la rama de Psicología. Ha sido director de la Compañía Nacional de Teatro Clásico y director de la Real Escuela Superior de Arte Dramático (RESAD), de la que es catedrático de Escritura Dramática, y en 2014 fue nombrado primer presidente de la Academia de las Artes Escénicas de España.

Es autor de varios libros de investigación teatral, director de escena y uno de los autores de teatro españoles más conocidos y traducidos a nivel internacional.

Durante su prolongada carrera, ha sido galardonado con innumerables premios, entre otros, el Premio Nacional de Teatro, Tirso de Molina, Premio Max, y Premio Castilla y León de las Letras. Jose Luis Alonso de Santos comenzó su carrera en el teatro en los años 60 en grupos de teatro independientes

como el Teatro Estudio de Madrid, Tabano (del que fue cofundador) o Teatro Libre, en los que trabajó como actor, director y dramaturgo. En 1968 fundó con otros alumnos del TEM el Teatro Experimental Independiente (TEI). Debutó como actor en 1966 en Madrid, con la obra Proceso a la sombra de un burro de Dürrenmatt. En estos años recibió clases de figuras tan importantes como William Layton, Maruja Lopez y Miguel Narros, y ganó experiencia en todos los aspectos de la puesta en escena. Todo este bagaje le sirvió posteriormente en la escritura de sus textos, que destacan por su gran teatralidad, en los que crea sus personajes pensando cómo se podrían interpretar en escena.

Su primera pieza teatral apareció en 1975 Viva el Duque, nuestro dueño. Desde entonces ha escrito más de 50 obras de teatro, la mayor parte de ellas estrenadas y publicadas en numerosos idiomas. Es autor también de múltiples versiones (de Plauto, Moliere, Shakespeare, Calderón ... ), de guiones de cine y de series de televisión, así como de varios libros sobre teoría teatral.

En cuanto a su producción dramática podemos incluirla dentro de la corriente que algunos críticos denominan neonealista. Son autores que escriben después de los años 70 y su temática se centra en temas de actualidad, sobre todo, problemas sociales; creando lo que algunos críticos llaman un nuevo costumbrismo.

La profesora Marga Piñero, autora de numerosos estudios sobre Alonso de Santos, distingue varios géneros teatrales en la producción del autor y en función de ellos hace la siguiente clasificación:

Tragicomedia. Teatro dentro del teatro (metateatro)

Viva el Duque, nuestro dueño, El combate de don Carnal y doña Cuaresma, La sombra del Tenorio y Un hombre de suerte.

Obras en las que utiliza la fórmula del metateatro y se inspira en nuestros clásicos,

En 2013, se estrenó Los conserjes de San Felipe, que el propio autor definió como una tragicomedia de carnaval, obra llena de humor, aunque finaliza con los fusilamientos -históricos- de los conserjes, que los franceses llevaron a cabo en Cádiz pocos días antes de que se proclamara la Constitución de 1812. Cuidadosamente ambientada durante el asedio de los franceses, parte de unos hechos reales, y nos traslada a las calles de Cádiz, para contarnos las pequeñas historias que se desarrollan a la sombra de los grandes acontecimientos del momento. Consigue transmitir, mediante las coplas, los bailes, la forma de hablar ..., la sensación de estar saboreando el Cádiz de 1812 que no se puede ver en los libros de historia.

Dramas simbólicos y poéticos

Pertenecen a este género sus obras: El álbum familiar (1982) y La última pirueta (1986).

Teatro de la experiencia: lo cotidiano y lo contemporáneo

En este género están incluidas las obras más conocidas del autor tanto en España como en el extranjero. Han sido llevadas al cine con gran éxito de taquilla: Bajarse al moro (1981) y La estanquera de Vallecas (1985). Son obras protagonizadas por personajes marginados que retratan una época, los años 80, con un lenguaje cuidado, un fino sentido del humor y de la ironía, y un enorme sentido de la teatralidad