El Teatro Español del Siglo XX: De la Posguerra a la Transición

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TEATRO DEL 39

Antecedentes: el teatro de la década de los 30

Muchos de los hombres del 27 quisieron reformar el teatro (Lorca, Alberti...). Durante la Guerra Civil nace un "teatro de circunstancias", es decir, propaganda política. En el bando republicano destacan autores como Max Aub, Miguel Hernández o Rafael Alberti. En el bando nacional, sobresalen figuras como José María Pemán o Joaquín Calvo Sotelo.

Tendencias teatrales de los años 40

El panorama teatral de la posguerra española es desolador. Lorca y Valle-Inclán han muerto, y muchos otros intelectuales están en el exilio (Aub, hombres del 27). El panorama de la escena española es continuista respecto a lo que triunfaba antes de la guerra: por un lado, la "alta comedia" con Benavente, Marquina, Paso, Pemán. Por otro, un teatro humorístico con Jardiel Poncela o Miguel Mihura del que puede venir cierta renovación teatral. El teatro está condicionado por la censura, los empresarios y el público. Se caracteriza por ser un teatro fácil, bien hecho y escapista, además de descontextualizado.

AÑOS 50

El teatro cambia por distintos motivos, entre los que destacan una menor censura y un público diferente. Destaca la figura de Antonio Buero Vallejo (1916-2000) que en 1949 estrena Historia de una escalera, obra que marca un hito en la historia del teatro español. La obra aparece en un ambiente de teatro escapista, que no plantea problemas, condicionado por una férrea censura y un empresario que no arriesga. Se trata de un teatro grave y existencial, en el que Buero lleva a escena un problema y hace que el espectador tenga que reflexionar. También es un teatro simbólico. Buero tiene dos tipos de obras: un teatro de temática actual, de la España real, y un teatro histórico, por ejemplo, Un soñador para un pueblo, en el que Buero elige un personaje o un tema de nuestra historia del cual sacar una enseñanza moral.

Alfonso Sastre (1926) es otro dramaturgo de gran importancia. Crea un teatro social, pues piensa que el teatro es un arma para transformar la realidad. Polemiza con Buero porque este hace un teatro "posibilista". La temática de sus obras es social más que individual; aparece la política y la opresión. En 1953 aparece Escuadrón hacia la muerte; otros títulos significativos de este autor son: La mordaza y Guillermo Tell tiene los ojos tristes. A finales de los años 50 y en los sesenta continúa haciéndose un teatro crítico. Aparece una nueva generación entre los que destacan Lauro Olmo y José María Martín Recuerda.

AÑOS 60

A finales de los años 50 surgieron orientaciones dramáticas innovadoras tanto en lo formal como en lo temático. Influidos por las innovaciones teatrales europeas (teatro del absurdo de Samuel Beckett o Eugène Ionesco), surge un teatro vanguardista con Fernando Arrabal y Francisco Nieva, y un teatro simbolista en la década de los 60.

Fernando Arrabal

Apartado del realismo, sus obras se caracterizan por la elementalidad escénica, personajes primitivos y temas que expresan la imposibilidad de comunicación. Es el creador del teatro pánico.

Francisco Nieva

Sus obras no tenían un mensaje directo de denuncia social, por eso tuvo dificultades para representarlas. El tema básico de sus obras es la represión de la sociedad que degrada al ser humano. En sus obras, además del erotismo, se destaca la España negra y la crítica a la religión.

TEATRO A PARTIR DEL 75

Contexto socio-cultural

Franco muere el 20 de noviembre de 1975, lo que acelera un proceso de apertura iniciado años antes debido a las crecientes demandas sociales. El 6 de diciembre de 1978 se aprueba la nueva Constitución, en la que España se define como una monarquía parlamentaria con una estructura basada en un sistema de comunidades autónomas.

En cuanto a la cultura, esta época se caracteriza por la diversidad de expresiones artísticas y el empleo de todo tipo de materiales. La búsqueda de la originalidad y el culto a la personalidad del artista es otra de las características de este periodo. Pero uno de los factores más significativos es el valor de mercado; así, el arte pasa a ser algo que puede ser vendido como tal.

La profunda transformación de la escena europea tras la Segunda Guerra Mundial se percibe en el teatro español a partir de los 70. A partir del 75, las innovaciones dramáticas se perciben con pleno vigor. Las principales características son: la creación de la Compañía Nacional de Teatro Clásico, la consolidación de los teatros independientes, la recuperación de los clásicos censurados como Lorca o Valle-Inclán, Alberti, Arrabal…

En las salas españolas se empiezan a representar obras de los dramaturgos más importantes del siglo XX español que habían sido olvidados durante la dictadura (Valle-Inclán, Lorca, Alberti…). Los autores realistas como Buero Vallejo o Sastre siguen escribiendo y representando. Los autores vanguardistas ocupan un lugar muy importante en la escena española, así como algunos grupos procedentes del teatro independiente.

Teatro realista

En estos años empieza a crearse un teatro neorrealista con una promoción de dramaturgos denominada "Generación del 82" o "de la transición", entre los que destaca Sanchís Sinisterra (1940). Las obras se caracterizan por su realismo y porque entroncan con la tradición teatral española que muestra personajes no integrados, generalmente fracasados, además de por utilizar el humor y la ironía. José Luis Alonso de Santos (1942), autor de comedia costumbrista como La estanquera de Vallecas. Continuadores de este teatro son Juan Mayorga (1965) o Rodrigo García.

Teatro independiente

Fruto de un rechazo al espectáculo conservador. En Barcelona destacan grupos como Els Comediants, Dagoll Dagom, El Tricicle o La Fura dels Baus. Estos grupos defienden un teatro espectáculo, además de sacar el teatro a la calle. Todas estas compañías ponen en práctica una serie de técnicas que caracterizan a la escena contemporánea: interacción con el público, reinvención de lo clásico que pone el acento en la palabra más que en la escenografía y el empleo de otros lenguajes de comunicación como el cine o la televisión, es decir, la incorporación de la imagen y las nuevas tecnologías a la representación.

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