Teatro del 27 y postguerra en España

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Teatro del 27 en España

La generación del 27 no solo es un grupo de poetas, también incluiremos a otros escritores que compartían rasgos comunes como edad, actitudes liberales, amistad entre ellos y afán por modernizar la literatura. En el teatro del 27 hay características que los unen como la depuración del teatro poético, la incorporación de las formas de vanguardia y el acercamiento del teatro al pueblo. El teatro de Pedro Salinas en realidad no corresponde a este periodo, teatro escrito casi exclusivamente en el exilio después de la guerra civil. Rafael Alberti se inicia como autor de vanguardia con El hombre deshabitado, obra muy distinta de Fermín Galán con la que inicia un teatro poético a partir de los años 30 que continua tras la GC. Miguel Hernández, tras un auto sacramental en su periodo católico, pasa a cultivar un teatro social con ecos de Lope o de combate (El labrador de más aire, Pastor de la muerte). Alejandro Casona, quien escribió Nuestra Natacha sobre la reforma educativa de la II R. y ya desde el exilio obras como La barca sin pescador. Enrique Jardiel Poncela, cuya producción dramática se caracteriza por la inclusión de lo inverosímil añadiendo locura y misterio. Sus personajes pertenecen a la burguesía y aparece el esquema criado-amo (Eloísa está debajo del almendro). En cuanto a Miguel Miura, destacamos Tres sombreros de copa (1932/20 años después). Federico García Lorca, creador del verdadero teatro poético donde además de la palabra cobran importancia la música, la escenografía, configurando un espectáculo total. Lenguaje con connotaciones. Su temática tenía gran unidad, el deseo por lo imposible, el conflicto entre realidad y deseo, la frustración vital, con destinos trágicos o pasiones condenadas a la soledad o a la muerte. En Lorca se diferencian tres etapas distintas, su trayectoria dramática comienza con un ensayo juvenil en 1920, un fracaso, El maleficio de la mariposa, obra de raíz simbolista. Su primer éxito llega con una obra muy distinta de varias piezas breves anteriores a esta, Mariana Pineda 1927, sobre la heroína que murió ajusticiada en Granada. Tras su viaje a Nueva York, Lorca escribe dos obras marcadas por una crisis personal y una estética surrealista, las llamó comedias imposibles (El público, y Así que pasen 5 años). Consideramos que la plenitud dramática de Lorca llega cuando afianza su teatro como dice el los poetas han de abrirse las venas por los demás. Las obras de su última etapa son Bodas de Sangre (1933), Yerma, mujer, y La casa de Bernarda Alba.

Periodo postguerra (1939-60)

La Guerra Civil marcó un cambio drástico en el teatro de nuestro país. Durante el conflicto se diferenciaron las orientaciones según las zonas y los años de postguerra marcados por el exilio (Alberti, Salinas) y la muerte (Valle-Inclán, Lorca y Miguel Hernández).

El teatro de postguerra fue un teatro ligado a la dictadura, buscando la transmisión de la ideología de los vencedores y exaltando los valores nacionalistas. La iglesia y el Estado ejercieron un enorme control censurando publicaciones. Así pues se desarrollaron diferentes géneros que tenían como rasgo común la evasión de la realidad de la época, entretener al público y transmitir una ideología. Hubo 2 líneas, la comedia burguesa y el teatro de humor que perseguía la evasión de la realidad. Hasta finales de los 40 con Buero Vallejo no irrumpió el teatro realista que criticaba la situación. La comedia burguesa tenía como fin entretener y transmitir una educación a base de la virtud, realzando valores como la familia, el hogar o el matrimonio. El autor más destacado fue Jacinto Benavente (Aves y pájaros, La vida en verso) o autores como José María Pemán, o Joaquín Cal. El teatro de humor buscaba alejar de la realidad inmediata. Autores como Jardiel Poncela (Eloísa está debajo del almendro). Los autores españoles en el exilio continuaron su producción teatral principalmente en México y Argentina con grandes diferencias a España. Se cuidó la tarea escénica, el interés artístico y en definitiva la inclusión en las novedades vanguardistas. Sobresalen Alberti con un teatro político con elementos poéticos, obras contra el poder, alguna de ellas (El adefesio, Noche de guerra en el Museo del Prado). Sin embargo, el teatro que destacó realmente fue el de testimonio social, mostrando la realidad de la postguerra poniendo en escena al pueblo con sus problemas. El objetivo es la búsqueda de la verdad en un clima de desasosiego. Con Historia de una escalera 1949 de Antonio Buero Vallejo se produjo un cambio en la orientación de los autores que comenzaron con los llamados dramas realistas. Alfonso Sastre (Escuadra hacia la muerte) consolidó este género. Buero Vallejo buscó la llamada tragedia española moderna, la cual promovía una crítica hacia el presente entrelazando el realismo con el simbolismo, con referencias más o menos explícitas hacia la difícil situación, así como elementos muy innovadores (Tragaluz, La Fundación). Por otra parte, Miguel Miura fue un autor destacado de postguerra que distorsionaba la realidad mediante la imaginación y la fantasía poética (Tres sombreros de copa). Alfonso Sastre, máximo representante del teatro de agitación social con uso de distorsiones espacio-temporales, como flashbacks (Escuadra hacia la muerte).

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