Sustantivos ponderativos y denostadores

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Carácterísticas del lenguaje periodístico
Los medios de comunicación En nuestra sociedad es fundamental la información y gracias a los avances técnicos estamos bien informados. Los transmisores de información son los llamados medios de comunicación, entre ellos destacan los medios de comunicación de masas o mass media, es decir, aquellos que se dirigen a una colectividad. Los principales son la radio, el periodismo escrito y la televisión.

Los textos periodísticos

Las funciones esenciales del periodismo son informar, formar y entretener. Los textos periodísticos son el resultado de un proceso de comunicación que presenta unos rasgos carácterísticos: el emisor es la propia empresa periodística; el receptor es anónimo, múltiple y heterogéneo (de cultura variada, de diferente formación); se emplean códigos lingüísticos, tipográficos (diferente tamaño y color de las letras impresas) e icónicos (fotografías, gráficos, mapas…); el mensaje lo forman tanto el contenido concreto de la información como la finalidad buscada; y el contexto situacional es creado por todas aquellas circunstancias relacionadas con el tema (lugar, momento en que ocurre, protagonista afectado, importancia del hecho e impacto que puede producir).   Rasgos lingüísticos de los textos periodísticos Aspectos generales. No se pueden fijar unas carácterísticas comunes, pues los textos periodísticos utilizan la lengua de una forma muy variada según los géneros. El ideal se resume en las tres «ces»: claro, correcto, conciso. Puesto que el receptor es universal, sería también exigible un registro culto, alejado de la vulgarización y la especialización. Sin embargo, se incurre frecuentemente en estos errores: tendencia al lenguaje administrativo y al literario, propensión a las erratas, incorrecciones o expresiones inadecuadas. Recuérdese que los periodistas utilizan los libros de estilo; estos textos recomiendan el empleo de un lenguaje sencillo, claro, preciso y fluido, para que sea accesible a un lector de nivel cultural medio. Además, en el lenguaje periodístico intervienen una serie de factores: el contacto con las novedades y avances técnicos, la influencia de lenguas extranjeras, el contagio de otros tipos de textos (político, judicial, económico…) y, en algunos casos, una ambigüedad intencional del mensaje y cierto descuido en los usos lingüísticos. Por otro lado hay que tener en cuenta que la subordinación a un espacio o a un tiempo determinados y el deseo de captar el interés del lector u oyente hacen necesaria una especial disposición de los contenidos. Carácterísticas morfosintácticas. Los textos periodísticos, en especial los informativos, presentan estos rasgos: Propensión al alargamiento de las oraciones mediante diferentes mecanismos: locuciones verbales y perífrasis; locuciones prepositivas y conjuntivas; expresiones redundantes; aposiciones; incisos, frases explicativas y subordinación variada. Abundancia de voz pasiva. Tendencia a colocar el sujeto al final de la oración. Mezcla de estilos directo e indirecto. Empleo de barbarismos, sobre todo, anglicismos y galicismos: Uso incorrecto de a 1 infinitivo en función de adyacente de un sustantivo: tareas a cumplir. Empleo de la perífrasis estar siendo 1 participio: Están siendo valorados los avances. Uso del condicional de posibilidad: Los votantes habrían demostrado su adhesión al partido. Supresión de preposiciones: Administración Reagan. Carácterísticas léxicas. Los medios de comunicación son la vía principal de introducción de neologismos en la lengua. Algunos de los casos más generales son los siguientes: Extranjerismos, sobre todo anglicismos: top model, compact, light. Neologismos semánticos: ecología, contemplar («considerar, regular»). Calcos semánticos: encuentro, del inglés meeting, en lugar de reuníón. Palabras formadas mediante procedimientos habituales de la lengua:Derivación: faxear, mitinero. Destaca la formación de sustantivos abstractos con los sufijos -izar, -ción y -miento: culpabilizar, precarización, comparecimiento. También se distingue la tendencia al alargamiento de las palabras: obligatoriedad (por obligación), intencionalidad (por intención).
b) Carácterísticas de los principales subgéneros periodísticos La intencionalidad del emisor y los efectos que persigue en el receptor determinan la elección del género periodístico. Según la finalidad que predomina, la clasificación de estos géneros es la siguiente: Informar: géneros informativos. Formar opinión: géneros de opinión. Informar y entretener: géneros híbridos (de información y de opinión). Géneros informativos Los textos informativos transmiten hechos concretos y de interés para los lectores. De ellos deben excluirse las opiniones personales y los juicios de valor. Los géneros periodísticos informativos son la noticia, la entrevista de declaraciones, la documentación y el reportaje informativo.
Noticia. Consiste en una información breve, clara y concisa de un acontecimiento reciente que suscite interés o curiosidad. Es el género más frecuente en los medios. Además de texto puede contener fotografías, dibujos o diagramas. En cuanto a su estructura, la información se organiza siguiendo el principio de relevancia: lo fundamental se sitúa en posición destacada, la información se dispone de arriba abajo, de lo general a lo particular: Titular. Expresa el tema o hecho principal de que trata la noticia. Se sitúa en primera posición y suele destacarse con letras grandes. El titular puede estar compuesto por cintillo (se coloca por encima de los demás), título (refiere lo más importante), antetítulo y subtítulo o sumario (desarrollan, explican o complementan el título). Lead, sumario o entrada. Es el primer párrafo de la noticia y contiene la información más relevante. Puede destacarse tipográficamente. El contenido debe responder a las siguientes preguntas: quién, qué, cuándo, dónde y por qué. El periodismo moderno ha añadido además cómo y cuánto. Fuente. En algunas noticias se menciona la fuente de información. Cuerpo de la noticia. Explica detalladamente la situación, aportando información que no se encuentra en la entrada. Suele venir estructurado en forma de pirámide invertida, de lo más a lo menos importante. Esta estructura cada vez está cambiando más; antes obedecía a la propia forma de composición del periódico. El cuerpo suele incluir los antecedentes de los hechos narrados y las consecuencias de lo ocurrido. Entrevista de declaraciones. Es una conversación cuyo objetivo es informar sobre las opiniones de una persona. Por lo general empieza con la presentación del entrevistado, posteriormente se hace una relación de preguntas con las respuestas respectivas, y luego hay un cierre o final por parte del entrevistador. Suele incluir fotografías. Documentación. Se trata de un texto que contiene datos sobre un hecho o establece relaciones con lo sucedido. Por ejemplo, la concesión de un premio permite ofrecer datos sobre su origen, otros galardonados, repercusiones sociales… Reportaje informativo. Es un trabajo periodístico de carácter informativo y documental. Aborda un hecho reciente y relevante, u ocurrido anteriormente, o que se refiere a un personaje, descubrimiento o cualquier otro tema de interés social. Se desarrolla la noticia, tratando de captar el ambiente en que se ha producido, con declaraciones de testigos o implicados, descripción de ambientes y descripción de testigos o implicados. Según el tema tratado, los reportajes pueden ser: De interés humano: se centra en una persona, o bien en una comunidad. De interés social: versa sobre el origen y las causas de una situación, el funcionamiento de un servicio, el desarrollo y la oferta cultural de una localidad, etcétera. De opinión: diversas personas opinan sobre un hecho. Rasgos estilísticos comunes a los géneros informativos. Aunque cada uno posee sus peculiaridades, existen una serie de rasgos comunes: Predomina la función referencial, puesto que se pretende informar ante todo. La pretensión de objetividad determina la selección de un discurso impersonal que se manifiesta en la ausencia de la primera persona y de alusiones al receptor, en la abundancia de adjetivos especificativos y en la preferencia de nominalizaciones y oraciones pasivas e impersonales.
Su nivel de lengua es culto, si bien resulta accesible a los lectores. Se utiliza un lenguaje especializado según el tema que traten (política, economía, sociedad, cultura, deportes…). Géneros de opinión Son textos que reflejan la opinión del periódico y de los articulistas sobre cuestiones de actualidad. Salvo el editorial, todos aparecen firmados y responden al estilo y a la personalidad de su autor. Los géneros periodísticos de opinión son el editorial, la crítica y el artículo. Editorial. Es un artículo de fondo no firmado, referente a un tema destacado de actualidad, expuesto con una seriedad que invita a la reflexión. Expresa el punto de vista o ideología del periódico, pues la intención es formar opinión sobre un aspecto destacado. En el editorial prevalece el discurso expositivo combinado con el argumentativo: exposición de hechos y su valoración. Critica. Corresponde a un análisis y enjuiciamiento de una obra artística o cultural, y, además, incluye información sobre esta. Artículo. Es una exposición o argumentación que contiene el pensamiento o la opinión de una personalidad reconocida, en relación con un tema concreto (humanístico, científico, literario…), por consiguiente, predomina la subjetividad. Suele estar escrito por un emisor especializado ajeno al periódico y su opinión no tiene que coincidir necesariamente con la del grupo editorial. Pueden aparecer todas las variedades discursivas: narración, descripción, exposición, argumentación, etcétera. Dentro del artículo de opinión se diferencian los siguientes subtipos: Columna. Es un texto breve caracterizado por la falta de profundidad o por su intrascendencia. El autor comparte generalmente la ideología del periódico y la colaboración suele ser fija. Tribuna libre. Expresa la opinión de personas o especialistas en diversos campos (política, economía, cultura, etc.), ajenos a la redacción del periódico y colaboradores habituales del mismo. Comentario. Suele tratar temas de política nacional o internacional y se inserta en las secciones dedicadas a estas cuestiones. Sus autores son colaboradores habituales. Artículo-ensayo. Ofrece una reflexión argumentada sobre temas relacionados con las humanidades, ciencias, situaciones políticas o sociales, si bien no tienen por qué ser temas de candente actualidad. Suelen incorporar citas como criterio de autoridad y contener referencias históricas y culturales. Pertenecen a personalidades reconocidas en ese ámbito. Dentro de esta modalidad se pueden incluir los artículos de costumbres, en los que se critica, de forma irónica a veces, la realidad analizada. Estos artículos, en cuanto a sus carácterísticas textuales, combinan la exposición y la argumentación. Últimamente se aprecian casos de textos narrativos que en lugar de expresar directamente una opinión relatan una historia, referida a situaciones reales, de la que es posible deducir una opinión. Rasgos estilísticos comunes a los géneros de opinión Incluyen referencias al emisor por medio de las formas pronominales de la primera persona o de las desinencias verbales. Predominan adjetivos, adverbios y construcciones valorativas: eficaz, adecuado, impropia… Utilizan sustantivos denostadores o ponderativos: inmadurez, ligereza, solidez… Prefieren determinados verbos declarativos: aventurar, enfatizar… Incluyen recursos expresivos: el nacimiento del euro, una Europa cosida con alfileres. Géneros mixtos (de información e interpretación) Crónica. Es una noticia ampliada, esto es, la información de un suceso, pormenorizado y comentado desde el punto de vista del periodista que lo recoge. Comparte carácterísticas del reportaje, porque exige la presencia del periodista en el lugar de los acontecimientos. Destacan las crónicas de guerra, taurinas, deportivas y cinematográficas. A veces se recurre al lenguaje literario, sobre todo en las crónicas taurinas, por ello exigen al receptor un conocimiento previo del léxico especializado. Reportaje interpretativo. Se distingue de la crónica en que trata hechos sucedidos en distintos momentos y relacionados entre sí. La apreciación del reportero diferencia a este género del reportaje informativo. Se recurre al uso valorativo de la lengua. Entrevista perfil. Se recogen las declaraciones del personaje entrevistado (reproducidas entre comillas o con rayas) junto con la descripción, datos.

La primera peculiaridad que debemos comentar acerca de la novela y el cuento hispanoamericanos del Siglo XX es el estancamiento que experimentaron ambos géneros en las primeras décadas del siglo. Mientras que la poesía no había dejado de evolucionar, la novela y el cuento permanecieron hasta los años cuarenta apegados a las formas decimonónicas. No obstante, cuando se produjo despertar, este supuso una enorme renovación que súperó a la producida en el resto del mundo. 1. LAS PRIMERAS DÉCADAS DE LA NOVELA HISPANOAMERICANA: LA NOVELA REGIONALISTA A comienzos del Siglo XX se percibe la huella del Modernismo y después un progresivo rechazo al cosmopolitismo, una búsqueda de lo americano y una mayor sencillez estilística. La prosa modernista encuentra su mejor vehículo en el cuento. La salida del Modernismo se da de forma paulatina y conduce a la novela de la tierra. Se abandona la prosa de temas fantásticos para ceder el lugar a una narrativa de carácter social que, o se centra en sucesos históricos del momento o en la marginación de los indígenas. De esta manera, hasta los años cuarenta, la novela y el cuento hispanoamericanos discurrieron por el cauce del Realismo costumbrista, sin experimentar una revolución de sus estructuras y su lenguaje, como la que supuso el Modernismo en poesía. Durante estos años de novela de corte realista se dan las siguientes tendencias temáticas: Novela de la tierra. Describe la naturaleza americana en toda su grandiosidad y los relatos se basan en la acción de la naturaleza sobre los hombres que la habitan. Algunos autores son Rómulo Gallegos o Ricardo Güiraldes. Novela indigenista (o novela social). El tema central son las injusticias que provoca el hombre blanco en la sociedad india y las reivindicaciones de una identidad nacional y cultural propias. Novela política. En este grupo destacan las novelas referidas a la revolución mexicana, como. 2. LOS PIONEROS DE LA RENOVACIÓN: LOS INICIOS DEL Realismo MÁGICO Realismo MÁGICO: El Realismo mágico es una corriente literaria caracterizada por la aparición de elementos «mágicos» en un entorno o una narración realista. El termino Realismo mágico fue utilizado por vez primera en 1925 por el crítico alemán Franz Roh, en su libro Nach-expressionismus, magischer Realismus (Post-expresionimo, Realismo mágico), para describir el Realismo extraño e inhabitual de las obras post-expresionistas, impregnadas de Surrealismo y de figuración, de algunos pintores americanos de los años 20 Entre 1945 y 1960 se observa en la narrativa hispanoamericana unas carácterísticas nuevas que la hacen diferente de la novela desarrollada hasta entonces. Estos cambios se deben a una nueva concepción del mundo y de la vida consecuencia de los cambios sociales, políticos y económicos que se estaban produciendo en los diferentes países de Hispanoamérica. A estas novedades se añaden las influencias de la narrativa europea y norteamericana del momento. Los cambios principales fueron: Se abandona el interés prioritario por los espacios rurales y naturales y la denuncia explícita de problemas sociales, y surgen temas nuevos en los que se integra lo urbano y los problemas del hombre contemporáneo. Se introduce en las novelas lo fantástico, lo onírico y lo irracional, dando lugar a lo que se ha denominado Realismo mágico o lo real maravilloso. Formalmente, se produce un gran cambio puesto que se abandona la estética realista decimonónica y se da una renovación en técnicas, lenguaje, estructuras... Se considera que el relato que marca el cambio de rumbo es El pozo (1939) de Juan Carlos Onetti. A esta obra seguirán otras en los años cuarenta, como El túnel de Ernesto Sábato, y los cincuenta, como son Pedro Páramo de Juan Rulfo o La hojarasca de Gabriel García Márquez y La regíón más transparente de Carlos Fuentes. 3. LA NOVELA DE LOS SESENTA: LOS AÑOS DEL BOOM. EL Realismo MÁGICO La definitiva renovación de la novelística hispanoamericana se produce a partir de los años sesenta con un fenómeno que la crítica ha denominado como el boom de la novela


hispanoamericana, que supone el reconocimiento internacional de la narrativa hispanoamericana. Este boom surgíó ligado a un fenómeno extraliterario que facilitó que esta novela fuera conocida en el exterior: el apoyo de las editoriales españolas, especialmente a partir del éxito de La ciudad y los perros (1962) de Mario Vargas Llosa. A lo anterior hay que añadir la coincidencia en un corto espacio de tiempo de una sucesión de novelas (y novelistas) deslumbrantes: Sobre héroes y tumbas del argentino Ernesto Sábato; El astillero del uruguayo Juan Carlos Onetti; La ciudad y los perros del peruano Vargas Llosa; La muerte de Artemio Cruz del mexicano Carlos Fuentes; Rayuela del argentino Julio Cortázar; El siglo de las luces del cubano Alejo Carpentier; Tres tristes tigres del cubano Guillermo Cabrera Infante; Bomarzo del argentino Manuel Mujica Laínez; Paradiso del cubano José Lezama Lima; El obsceno pájaro de la noche del chileno José Donoso. Y sobre todo, el éxito sin precedentes de Cien años de soledad (1967), del colombiano Gabriel García Márquez, que fijó la atención de la crítica y el público internacionales en este grupo de escritores y en algunos de sus antecesores. En cuanto a los temas, aunque no resulta sencillo sintetizarlos, destacan: La crisis existencial del individuo. Son recurrentes los temas de la sexualidad, la muerte, la soledad y la incomunicación. El dictador: la primera irrupción narrativa de esta figura de la historia hispanoamericana se produjo con Tirano Banderas de Valle-Inclán. Con posterioridad ha sido retratado en El señor Presidente de Asturias, El recurso del método de Carpentier, El otoño del patriarca de García Márquez, Yo, el supremo de Roa Bastos… La historia de Hispanoamérica: la historia del continente ha sido pródiga en acontecimientos de sugerentes posibilidades narrativas. De esta manera han surgido númerosísimas novelas históricas de calidad excepcional: Las lanzas coloradas de Arturo Uslar-Pietri; El siglo de las luces de Carpentier; La guerra del fin del mundo de Vargas Llosa; incluso Cien años de soledad puede integrase en este grupo. 4. LA NOVELA MÁS RECIENTE A partir de los años setenta continúan publicando autores ya consagrados, a los que se unen otros que no habían alcanzado la difusión de los autores relacionados con el boom. La consecuencia es una lista enorme de creadores y creaciones, que no podemos abordar. La narrativa de estos años reduce la complejidad técnica iniciada en obras anteriores para crear una novela a la que el lector pueda acceder más fácilmente, aunque esto no suponga un abandono total de la experimentación. Prevalece la narración realista que incluye, además, el habla coloquial, pero también se recurre al Realismo mágico. La lista de títulos fundamentales de este período es larga, así que nombramos algunos de los más conocidos: El amor en los tiempos del cólera de García Márquez; El beso de la mujer araña del argentino Manuel Puig; La casa de los espíritus de la chilena Isabel Allende; El cartero de Neruda del chileno Antonio Skármeta; Como agua para chocolate de la mexicana Laura Esquivel. 5. EL CUENTO HISPANOAMERICANO Junto con la novela, el cuento ha sido un género narrativo ampliamente cultivado en Hispanoamérica desde los años cuarenta hasta la actualidad. Los narradores de los años cuarenta y cincuenta han sido grandes cultivadores del cuento literario. Destaca la aportación extraordinaria de Jorge Luis Borges (con títulos archiconocidos como El Aleph). Asimismo, son importantes las narraciones de Juan Rulfo de El llano en llamas, en los que retrata la dureza de la vida rural mexicana en su primitivismo y su pobreza física y moral, y otros autores como son Alejo Carpentier o Juan Carlos Onetti. Por lo que respecta de los años sesenta hasta la actualidad, los relatos cortos de los narradores del boom hispanoamericano han pasado inadvertidos debido a la importancia de sus novelas, tal es el caso de García Márquez (Doce cuentos peregrinos) o Vargas Llosa (Los jefes, Los cachorros). Sin embargo, uno de los principales renovadores del género es Julio Cortázar,

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