El sufrimiento y la redención de Cristo

Enviado por Chuletator online y clasificado en Religión

Escrito el en español con un tamaño de 6,76 KB

Sufrimientos de Cristo

La flagelación ordinaria se realizaba con varas espinosas y garfios de hierro, era dolorosísima; la piel se entumecía al principio, después se desgarraba y por último los azotes caían sobre la carne viva y despedazada. La corona de espinas era fuerte y aguda, y penetró hondamente en su santa cabeza. El nuevo desgarro de su carne suponía quitar los vestidos para la crucifixión; como estaban adheridos a la carne, al separarlos se abrían cruelmente todas las llagas; así permaneció a la intemperie de los elementos durante las 3 horas de crucifixión. El enclavamiento en la cruz fue suplicio de inconcebible dolor: los clavos al penetrar sus manos y sus pies desgarraron sus nervios y tendones y separaron sus huesos. La crucifixión: permaneció varias horas en cruz, posición de suyo muy dolorosa; soportó todo el peso de su cuerpo en sus manos y pies taladrados, sin poderse mover, ni valer en ninguna forma, pues tenía impedida de movimientos hasta sus manos. La sed: causada por todo el desgaste físico y por sus muchas heridas y pérdidas de sangre. Para el que tiene heridas el mayor de sus tormentos es el de la sed; también lo fue para Cristo.

Padeció de todo tipo de dolores

STA apoyándose en el texto de Isaías que dice: 'mirad y ved si hay dolor como mi dolor' (Isaías 1,12) explica por qué el dolor físico y moral de Cristo ha sido el mayor de todos.

Causas de los dolores

El dolor corporal fue acerbísimo, tanto por la generalidad de sus sufrimientos, como por la muerte en la cruz. El dolor interno fue intensísimo, pues lo causaban todos los pecados de los hombres, el abandono de sus discípulos, la ruina de los que causaban su muerte, y por último, la pérdida de la vida corporal, que naturalmente es horrible para la vida humana.

Causa de la sensibilidad del paciente

El cuerpo de Cristo era perfecto, óptimamente sensible, como conviene al cuerpo formado por obra del Espíritu Santo. De ahí que, al tener finísimo sentido del tacto, era mayor el dolor. Lo mismo puede decirse de su alma: al ser perfecta, aprehendía eficacísimamente todas las causas de la tristeza.

Pureza misma del dolor

Porque otros que sufren pueden mitigar la tristeza interior y también el dolor exterior, con alguna consideración de la mente; Cristo en cambio no quiso hacerlo.

...

La muerte de Cristo

Estando en la cruz pronunció siete palabras: 1°: fue en favor de sus verdugos y de los pecadores: 'Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen' (Lucas 23,34) 2°: una palabra de salvación para el buen ladrón. Este, arrepentido le dijo: 'Señor, acuérdate de mí cuando estés en tu reino' (Lucas 23,43) y el Señor le contestó: 'En verdad te digo que hoy estarás conmigo en el paraíso'. 3°: para dejarnos a María como nuestra madre. 'Mujer', dijo Jesús a María, señalándole a Juan, y en la persona de Juan a todos nosotros: 'Ahí tienes a tu hijo', y luego a San Juan: 'Ahí tienes a tu madre' (Juan 19, 27). 4°: fue un hondo clamor hacia su Padre: 'Dios mío, Dios mío ¿por qué me has desamparado?' (Mateo 27,46). 5°: una manifestación de la sed que lo devoraba: 'Tengo sed' (Juan 19,28). 6°: anuncio de que la redención estaba consumada: 'Todo está consumado' (Juan 19,30). 7°: para encomendar su espíritu al Padre: 'Padre mío, en tus manos encomiendo mi espíritu' (Lucas 23,46)

...

Efectos de la redención

En el pecado: 1° la ofensa a Dios que mancha el alma y la hace merecedora de una pena; la satisfacción de Cristo que, en la redención: a-reparó la ofensa, b-borró la culpa, c-y remitió la pena. En el pecado: 2°la degradación del hombre. Se ve privado de la gracia y la gloria; el mérito de Cristo que, en la redención: restauró al hombre mereciéndole de nuevo la gracia y la gloria; en el pecado: 3°la sujeción al demonio; el rescate de Cristo que, en la redención: nos libró del poder del demonio.

...

La satisfacción de Cristo

'Creemos que nuestro Señor Jesucristo nos redimió, por el sacrificio de la cruz, del pecado original y de todos los pecados personales cometidos por cada uno de nosotros, de modo que mantenga verdadera la afirmación del Apóstol: 'donde abundó el delito sobreabundó la gracia' (Romanos 5,20) (Pablo VI, el credo del pueblo de Dios, n 17)

...

Sus cualidades voluntaria y completa

'Fue ofrecido porque el mismo lo quiso' dice Isaías( 53,7). Y el mismo Jesucristo exclama: 'nadie me arranca la vida, sino que la doy por propia voluntad' (Juan 10,18). / Fue completa, porque ella tiene la virtud suficiente para reconciliarnos con Dios y borrar nuestros pecados. 'La sangre de Cristo nos purifica de todo pecado' (I Juan 1, 7)

...

¿Qué beneficios mereció Cristo?

-La gracia: 'si por el pecado de uno solo murieron todos los hombres, mucho más copiosamente la gracia de Dios se derramó sobre todos' (Romanos 5, 10). -La gloria: 'tenemos la firme esperanza de entrar en el santuario del cielo por la sangre de Cristo' (Hebreos 10,19). -Toda clase de bienes espirituales: 'nos bendijo con toda suerte de bienes espirituales en Jesucristo' (Efesios 1,3). 'El que no perdonó a su propio Hijo, sino que lo entregó, ¿cómo será posible que no nos dé con él todos los bienes?'(Romanos 8, 32).

...

¿Por qué pudo Cristo merecer por nosotros?

STA: 'la cabeza y los miembros pertenecen a la misma persona; siendo, pues, Cristo nuestra cabeza, sus méritos no nos son extraños, sino que llegan hasta nosotros en virtud de la unidad del cuerpo místico' (Sentencias 3, capítulo 18, artículo 3). San Pablo: 'como todos mueren en Adán, todos en Cristo han de recobrar la vida' (I Corintios 15,22)

...

Su universalidad y nuestra cooperación

San Juan: 'Cristo es propiciación por nuestros pecados, y no solo por los nuestros, sino por los del mundo entero' (I Juan 2,2). San Pablo: 'Cristo se dio a sí mismo en rescate por todos' (I Timoteo 2,6)/ Aunque Cristo murió por todos los hombres, no podemos salvarnos sin la cooperación de nuestra parte. Es el mismo Cristo quien nos enseña: 'si quieres entrar en la vida eterna, guarda los mandamientos' (Mateo 19,17) y San Agustín: 'el que te creó sin ti, no te salvará sin ti'./ Este hombre es el camino de la Iglesia, camino que conduce en cierto modo al origen de todos aquellos caminos por los que debe caminar la Iglesia, porque el hombre, ha sido redimido por Cristo, porque con el hombre, se ha unido Cristo de algún modo, incluso cuando ese hombre no es consciente de ello. Cristo, muerto y resucitado por todos, da siempre al hombre su luz y su fuerza para que puedan responder a su máxima vocación' (Juan Pablo II, Encíclica Redemptor Hominis, n. 14) (cfr Prueba n. 1310)

Entradas relacionadas: