Sócrates el concepto del deber ciudadano

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1.- Contexto político de su muerte


Sócrates ciudad próxima a Atenas en el año 469 y muere en 399. Su padre, Sofronisco, ejerce de artesano y su madre, Fenareta, de comadrona. Parece que en su juventud se instruye con gran esmero y conoce la filosofía de algunas escuelas anteriores, especialmente la de Anaxágoras, eleáticos y pitagóricos, y está desde luego en contacto con algunos sofistas. La acusación contra Sócrates es doble: "Sócrates comete delito por no reconocer (o bien, no creer en) los dioses que reconoce (o bien, en los cuales cree) la ciudad y por introducir nuevas divinidades. También comete delito por corromper a los jóvenes. Se solicita la pena de muerte" (Jenofonte, Recuerdos de Sócrates).

2.- Fuentes sobre Sócrates

Aristófanes (Las nubes, 423 a.C.) Busca la comicidad y de ahí que ridiculice a Sócrates, presentando a un personaje cari-caturesco y distorsionado. · Jenofonte (Recuerdos de Sócrates): Nos presenta un personaje nada conflictivo, ciudadano honrado cuya conducta y actividad filosófica no nos permite imaginar cómo un ciudadano semejante podría ser acusado y condenado a muerte. · Platón: (Diálogos socráticos - Apología, Critón, Cármides,Laques, Eutifrón, Gorgias, Ión, Hipias Menor, Lisis, Menéxeno, Protágoras y República I) . Aristóteles: "Dos cosas son, efectivamente, las que hay que atribuir a Sócrates por propio derecho: el principio de la inducción y el de la definición de valor universal. Ambas cosas son el principio de toda ciencia". (Metafísica, XII, 4, 1078).

3.- La filosofía como vocación. 1. Misión de la filosofía

En Sócrates se dan la mano, un compromiso inalterable con la razón y en una profunda religiosidad. Sócrates parece convencido de que las exigencias de la religión y de la razón son perfectamente compatibles. En el Eutifrón, se pide a su interlocutor Eutifrón que presume de ser experto en teología que defina qué es la piedad. Eutifrón propone que "piadoso es lo que agrada a todos los dioses (9d), Sócrates argumenta que una conducta no es piadosa porque agrade a los dioses, sino al revés: agrada a los dioses porque es piadosa (16 a-d). La convicción socrática es la siguiente: también los dioses son racionales. Sócrates moraliza a los dioses. En cuanto a la piedad, virtud que regula la relación de los hombres para con los dioses, Sócrates rechaza el modo tradicional: como ofrecimiento de sacrificios del do ut des: doy y me das. En el segundo cargo que se imputó a Sócrates era el de introducir divinidades nuevas. Reconoce oír una voz divina interior (daimón). Dicha voz le indicaba qué no debía hacer. Para Sócrates, la misión de la filosofía es procurar la virtud, dejando a un lado intereses personales y la búsqueda de las riquezas, que tanto interesaban a los sofistas. Misión profética y de carácter divino, por la que vale la pena morir mil veces. Mas que una cuestión de transmisión de conocimientos, la filosofía es un arte, el arte de vivir en la ciudad. Mas que por hacer filosofía, Sócrates esta preocupado por enseñar a filosofar. La religiosidad socrática expresa el sentir del oráculo de Delfos (Dios Apolo): "Conócete a ti mismo". Sócrates interpretó al Oráculo -Sócrates como el hombre más sabio de Grecia-, como un mandato de "que viva filosofando e investigándome a mí mismo y a los demás". Sócrates concibe su filosofar como servicio al Dios (23 c, 38 e) en beneficio de los atenienses (30 a).

2. Conócete a ti mismo

Sócrates da una nueva interpretación de este oráculo. Así, según él, el primer paso hacia el saber, no es dirigir la atención sobre el mundo externo, sino descubrir la razón presente en mí, mediante una meditación sobre mi propio ser: tener conciencia de uno mismo, porque solo así podrá guiar a sus semejantes al descubrimiento de la propia racionalidad, única facultad que puede organizar los datos proporcionados por los sentidos según leyes universalmente validas.

3. El diálogo socrático: ironía y mayéÚtica

El método socrático adquiere externamente la forma de diálogo. Hace una serie de preguntas o responde a las que su interlocutor se ve obligado a plantearle. No elabora largas demostraciones o argumentaciones complicadas para defender sus tesis. Su labor, misión divina, consiste en tratar de sacar fuera la verdad que ya está en la misma persona, la cual ignora poseerla.

3 .1 . Ironía

El proceso socrático consta de una primera parte, que consiste en mostrar una aparente ignorancia sobre el tema a tratar. Entonces comienza una serie de preguntas sobre el problema en cuestión a las que el interlocutor contesta creyendo que sabe responder. En este momento Sócrates utiliza el diálogo para hacer caer en contradicciones e inexacti-tudes a su oponente, que termina reconociendo no saber apenas nada sobre el tema que creía conocer, tomando así conciencia de su propia ignorancia. Resultado al que Sócrates quiere llegar con su sutil ironía.

3.2. MayéÚtica

La segunda parte del método consiste en la mayéÚtica (que en griego significa "arte de ayudar a dar a luz".) Si por la ironía, Sócrates sitúa en la duda a sus oponentes, por la mayéÚtica, les hace descubrir poco a poco la verdad, como si ellos mismos la sacasen de su interior, es decir, como si diesen a luz la verdad. Sócrates no impone al diálogo fórmulas prefabricadas. Su objetivo es-una vez creado el desconcierto por la ironía-que el interlocutor prosiga por cuenta propia la investigación sobre si mismo y sobre el bien universal.

3.3. El objeto de conocimiento: lo universal

Sócrates aspira a la verdad frente a los sofistas. La ciencia es conocimiento de lo necesario y universal. Lo contrario, es la opinión de los sofistas. La ciencia es conocimiento racional y, por tanto, con voluntad de perdurar en el tiempo y en el alma. Lo sensible, es lo efímero, lo que se lleva el viento del tiempo y la volubilidad de las voluntades. Sócrates aspira a encontrar esa verdad a través de sus definiciones inductivas -como señala Aristóteles-. Seguramente, la búsqueda de esas verdades son conjeturas de Aristóteles, pues, en las obras socráticas de Platón, el resultado de su búsqueda queda siempre frustradas.

3.4. ¿Qué es X?

Al ser Sócrates el primero que tratando de las virtudes morales, intento buscar unas definiciones universales sobre ellas... Intentaba razonar silogísticamente las cosas, y el principio de los silogismos, que es la esencia misma de las cosas... Dos cosas son, efectivamente, las que hay que atribuir a Sócrates por propio derecho: el principio de la inducción y el de la definición de valor universal. Ambas cosas son el principio de toda ciencia." En los diálogos socráticos aparece planteado los problemas del areté: ¿qué es X?, donde X es, en cada caso, una virtud. La pregunta ¿qué es X? Supone, al menos implícitamente, que existe algún rasgo (o conjunto de éstos) objetiva y universalmente presente en todos aquellos objetos o individuos a los que se aplica adecuadamente el predicado en cuestión. Platón al afirmar la existencia de las Ideas o Formas "separadas" de los múltiples casos particulares a los que se aplica el predicado universal correspondientes, dio un paso más allá de Sócrates. Según Aristóteles, a través de la pregunta ¿qué es X? Fue el pionero en la búsqueda de las efiniciones universales y en el uso de razonamientos inductivos. Para definir un concepto, se va subrayando a través del dialogo un conjunto de casos particulares en los que aparece con toda claridad un aspecto común a todos ellos. Esa carácterística común constituye su contenido permanente y esencial, (el concepto universal, que establece el objeto de la ciencia en cuanto verdadero saber). Sócrates limita el principio de inducción y la definición de valor universal al mundo de la ética, que es el único campo tratado por él; no hay más ciencia que la ciencia del bien vivir.

4.- Felicidad, virtud, saber. 1.- Virtud y felicidad

Sócrates exhorta a la virtud convencido de que la reforma de la polis es inseparable de la reforma moral del individuo. Éste es el modo socrático de "hacer política" (Gorgias, 521d). Sócrates está convencido de que la virtud es el bien supremo, bien preferible, incluso, a la propia vida. La ética socrática supone educar al individuo para ejercitarse en la búsqueda de bien que en plano colectivo supone la justicia. Ese ejercicio del bien, es lo que también puede ser llamado virtud. La virtud ya no pertenece a la aristocracia - tradición homérica-, sino que pertenece a todo el mundo. La virtud se construye al margen de las tradiciones, se funda especialmente, a través de la razón. Por ello, la virtud puede ser enseñada.

2.- La idea del bien

La razón es comunicación, si se pudiera enseñar ese bien tendría un efecto beneficioso para los individuos y la sociedad. Un obstáculo para ello son las pasiones y los deseos: Estos sbstáculos requieren de un cierto autocontrol(3) o dominio de nuestro pasiones y deseos. Solamente quien obra sabiendo que obra bien consigue la moralidad y también la felicidad. Así, la ética de Sócrates establece una conexión entre virtud y felicidad.

3.- La felicidad del hacer el bien

La búsqueda de la felicidad puede encontrarse en el placer, la utilidad que se considera un bien que es conveniente y adecuado para el individuo y para la sociedad. Porque ninguno, expresamente, se hace el mal así mismo, el reconocimiento y la práctica de la justicia ofrece al individuo la felicidad máxima. Para Sócrates hacer el bien es también vivir bien. El malvado paga su conducta con la infelicidad. Puede creer que es feliz, pero según Sócrates su alma esta enferma. Para el hombre virtuoso su acción no solamente repercute en él, también la acción desinteresada e inspirada por el amor, encuentran la más alta satisfacción interior y la mayor aproximación a lo divino. En cambio la injusticia representa el mal y la infelicidad mayores, porque no sólo convierte en peor (y por ello peligroso al injusto) a quien recibe, sino más aún porque mancha de la peor manera el alma del que lo comete. Violar las leyes es faltar a una especie de pacto que todo ciudadano ha contraído con las leyes de su ciudad - precisamente porque Sócrates es coherente con su defensa de las leyes, es por lo que rechazará substraerse a la justicia cuando le proponen que escape de la ciudad-.

5. El alma y Dios

Pero la felicidad socrática, ¿puede ir más allá de esta vida terrena? No puede afirmarse rotundamente una respuesta positiva del autor. Lo que si parece cierto es que Sócrates entrevé una cierta vida ultraterrena, a partir de dos verdades admitidas por él: la inmortalidad del alma y el concepto de Dios. La inmortalidad es algo expresado continuamente en sus diálogos. E1 alma sobrevive al cuerpo con capacidad mas perfecta que la que posee en esta vida. Su idea de Dios no llega a la perfección que mas tarde aporta el cristianismo, pero se acerca a esta idea. No admite que los dioses intervengan en todos los asuntos humanos mezclándose con ellos y salpicándose de las mismas pasiones que los mortales. Esta idea es causa de la acusación de impiedad por parte de sus contemporáneos.

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