Sócrates: Biografía, Filosofía y Legado
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Primeros Años y Familia
Sócrates nació en Atenas, donde vivió durante los dos últimos tercios del siglo V a. C., la época más espléndida en la historia de su ciudad natal y de toda la antigua Grecia. Fue hijo de Sofronisco, cantero, y de Fainarate, comadrona. En su juventud, se le conocía como Sócrates, hijo de Sofronisco.
Según Plutarco, un oráculo aconsejó al padre de Sócrates que dejara crecer a su hijo libremente, sin oponerse a su voluntad ni reprimir sus impulsos. Sin embargo, ni Jenofonte ni Platón mencionan esta intervención del oráculo, lo que sugiere que podría ser una tradición popular posterior.
El Despertar Filosófico
Desde joven, Sócrates destacó por la agudeza de sus razonamientos y su facilidad de palabra, además de la fina ironía que empleaba en sus tertulias con jóvenes aristócratas atenienses. Cuestionaba su confianza en opiniones populares, aunque a menudo no les ofrecía una enseñanza directa.
Sócrates se casó con Xantipa, de familia noble. Contrario a la creencia popular sobre su mala relación, Platón, en el Fedón, describe una relación normal e incluso buena entre ambos.
Su inconformismo lo impulsó a oponerse a la ignorancia popular y al conocimiento superficial de los que se decían sabios. Aunque no se consideraba un sabio, el oráculo de Delfos, consultado por su amigo Querefonte, declaró que no había ningún griego más sabio que Sócrates. Esto llevó a Sócrates a buscar a alguien más sabio, descubriendo que muchos, aunque renombrados, creían saber más de lo que realmente sabían.
Sócrates se dio cuenta de la ignorancia que le rodeaba y de la suya propia. Buscó hacer pensar a la gente y mostrarles su conocimiento real sobre las cosas. Con una postura de ignorancia, interrogaba a la gente para evidenciar la incongruencia de sus afirmaciones, método conocido como «ironía socrática». Su famosa frase «Yo solo sé que no sé nada» (Εν οιδα οτι ουδεν οιδα) resume esta idea. Su mayor mérito fue crear la mayéutica, un método inductivo que guiaba a sus alumnos a la resolución de problemas mediante preguntas lógicas que iluminaban el entendimiento. Creía que el conocimiento y el autodominio restaurarían la relación entre el ser humano y la naturaleza.
La sabiduría de Sócrates no residía en la acumulación de conocimientos, sino en revisarlos y construir a partir de ellos conocimientos más sólidos.
Esto lo convierte en una figura crucial de la historia. Representó la reacción contra el relativismo y subjetivismo sofista, ejemplificando la unidad entre teoría y conducta, pensamiento y acción. Llevó esta unidad al plano del conocimiento, sosteniendo que la virtud es conocimiento y el vicio, ignorancia.
Su oratoria y expresión pública eran su fuerte para captar la atención.
Sócrates no escribió ninguna obra, creyendo que cada uno debía desarrollar sus propias ideas. Conocemos sus ideas a través de los testimonios, a veces divergentes, de sus discípulos: Platón, Jenofonte, Aristipo y Antístenes.
Muerte y Legado
Sócrates murió a los 70 años por intoxicación con cicuta, una condena a muerte común en la antigua Grecia. Fue juzgado y condenado por no reconocer a los dioses atenienses y corromper a la juventud. Según la Apología de Platón, Sócrates pudo haber eludido la condena, pero prefirió acatarla. Se cree que la verdadera razón del juicio fue la asociación de dos de sus discípulos con la tiranía en Atenas.
Tras su muerte, surgieron las escuelas socráticas, incluyendo la Academia Platónica, que buscaban la virtud a través del conocimiento de lo bueno.
Platón no presenció los últimos momentos de Sócrates, los cuales fueron reconstruidos en el Fedón según el relato de varios discípulos.