Sociologia - neutralizacion
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NEUTRALIZACION
Marza y Sykes señalan cinco grupos de técnicas de neutralización, entendidas como la capacidad del joven de neutralizar o “dar razón” de la represión moral sentida en asociación con el acto criminal, pues al haber interiorizado, hasta cierto grado, la moral convencional han de enfrentarse a la vergüenza que les produce haber transgredido las normas. Estas técnicas son: Negación de la responsabilidad: por la que el joven no admite la culpa de sus acciones atribuyéndola a fuerzas a que están más allá de su control (malos padres, pobreza, etc.).
Negación del daño: el joven no niega el acto, pero mantiene que nadie fue dañado física ni económicamente.
Negación de la víctima: “se lo merecía”. Condena de los juzgadores: desaprobación de los demás como hipócritas y desviados ocultos.
Apelar a lealtades superiores: las demandas inmediatas del grupo están por encima de los demás. Como ellos se dan cuenta de que las leyes tienen excepciones legítimas, ellos extienden, modifican y distorsionan las justificaciones legales que sólo sirven para casos especiales y las adaptan a sí mismos.
Estas técnicas de neutralización les permiten autoafirmarse en la creencia de que son miembros convencionales de la sociedad que, en este caso concreto tenían una razón para no comportarse convencionalmente. Aunque estos autores no explicaron los factores que contribuyen a as técnicas de neutralización, trabajos posteriores apoyan la existencia de un sistema de valores adultos subterráneos que, tácitamente, inducen a conseguir el riesgo y la irresponsabilidad ente los jóvenes. El último trabajo de Matza, implicaba la falta de supervisión familiar en el desarrollo de técnicas de neutralización, pero más empáticamente sugiere el rol de iguales y las operaciones del sistema de justicia juvenil en la emergencia de tales justificaciones. Las situaciones del grupo de iguales por el concepto de “situación de compañía” en el que el delincuente está constantemente expuesto a pruebas diseñadas para desafiar su masculinidad y la lealtad del grupo. Irónicamente Matza sostiene que cada miembro del grupo adopta posteriormente los valores adultos del grupo, valores que después son neutralizados a su conveniencia.
Marza y Sykes señalan cinco grupos de técnicas de neutralización, entendidas como la capacidad del joven de neutralizar o “dar razón” de la represión moral sentida en asociación con el acto criminal, pues al haber interiorizado, hasta cierto grado, la moral convencional han de enfrentarse a la vergüenza que les produce haber transgredido las normas. Estas técnicas son: Negación de la responsabilidad: por la que el joven no admite la culpa de sus acciones atribuyéndola a fuerzas a que están más allá de su control (malos padres, pobreza, etc.).
Negación del daño: el joven no niega el acto, pero mantiene que nadie fue dañado física ni económicamente.
Negación de la víctima: “se lo merecía”. Condena de los juzgadores: desaprobación de los demás como hipócritas y desviados ocultos.
Apelar a lealtades superiores: las demandas inmediatas del grupo están por encima de los demás. Como ellos se dan cuenta de que las leyes tienen excepciones legítimas, ellos extienden, modifican y distorsionan las justificaciones legales que sólo sirven para casos especiales y las adaptan a sí mismos.
Estas técnicas de neutralización les permiten autoafirmarse en la creencia de que son miembros convencionales de la sociedad que, en este caso concreto tenían una razón para no comportarse convencionalmente. Aunque estos autores no explicaron los factores que contribuyen a as técnicas de neutralización, trabajos posteriores apoyan la existencia de un sistema de valores adultos subterráneos que, tácitamente, inducen a conseguir el riesgo y la irresponsabilidad ente los jóvenes. El último trabajo de Matza, implicaba la falta de supervisión familiar en el desarrollo de técnicas de neutralización, pero más empáticamente sugiere el rol de iguales y las operaciones del sistema de justicia juvenil en la emergencia de tales justificaciones. Las situaciones del grupo de iguales por el concepto de “situación de compañía” en el que el delincuente está constantemente expuesto a pruebas diseñadas para desafiar su masculinidad y la lealtad del grupo. Irónicamente Matza sostiene que cada miembro del grupo adopta posteriormente los valores adultos del grupo, valores que después son neutralizados a su conveniencia.