Sociedad ilustrada

ALTA COMEDIA: teatro dirigido a la burguésía Trata con amabilidad problemas sociales, rurales o urbanos. Se caracteriza por presentar temas de actualidad con una leve crítica y una suave ironía y que tiene una forma de expresión elegante y distinguida. Destaca sobretodo por la naturalidad de sus diálogos, totalmente alejada de los grandilocuentes y exagerados dramas de Echegaray. El autor más representativo fue Jacinto Benavente, que escribíó La Malquerida.

Este género teatral estaba protagonizado por personajes de clase alta. Plantea conflictos de esta clase social: infidelidades conyugales esporàdicas, desamor, hijos juerguistas e inconscientes, hipocresía y murmuración. Nunca llega a cuestionarse el divagante ordenamiento social, a pesar que muchas veces aparezca la ironía dentro de un estilo lingüístico hábil, agudo e inteligente.

TEATRO POÉTICO: teatro en verso Supuso la irrupción del Modernismo en la escena; versos variados y de gran musicalidad, lenguaje sonoro, ambientes exóticos (la Edad Media, hispanoamèrica...). Personajes de una pieza con ademanes retóricos y efectistas, y escenografía que trata de reproducir fielmente los ambientes históricos en los que se desarrolla la acción. Desde le punto de vista ideológico, este teatro supone una reacción contra el espíritu del 98 y su visión crítica de la historia española. Es un teatro que intenta exaltar valores nacionales, evoca un pasado glorioso o lo peculiar de una regíón. Miran con nostalgia el pasado imperial en obras protagonizadas por personajes históricos como el Cid o el Gran Capitán. De E.Marquina: Las Hijas del Cid.

TEATRO CÓMICO: teatro escrito como divertimento y evasión de los problemas cotidianos, aunque a veces está teñido de una visión crítica y amarga de la realidad en la llamada tragedia grotesca.
es una variente de este género cómico cuyo principal exponente fue el madrileño Carlos Arniches, que plantea con crudeza aspectos de la sociedad española: la cerrada mentalidad de provincias, el caciquismo, la inmoralidad de las clases dirigentes o la injusticia social. Destaca su obra La Señorita de Trevélez. 

El astracán es un subgénero cómico basado en burdos juegos de palabras, equívocos fáciles y parodia de diversos recursos teatrales. Su representante máximo fue Pedro Muñoz Seca, autor de La Venganza de don Mendo Una ridiculización de los dramas históricos. Este teatro era la modalidad preferida de las clases populares; también había espectáculos diversos como la zarzuela, el café-teatro o el Sainete. Carlos Arniches recuperó la tradición de las piezas breves del Siglo de Oro (entremeses) para presentar una galería de tipos pintorescos madrileños con sus problemas cotidianos y su forma de hablar carácterística.