Sociedad ilustrada

Hobbes

Thomas Hobbes parte de una concepción pesimista del ser humano y entiende que es un ser dominado por las pasiones y el egoísmo que busca exclusivamente satisfacer sus propios intereses.

Como en el estado de naturaleza no existía ley ni autoridad que pusiera límite a

ese egoísmo, y como todos son libres (todos tienen derecho a todo), se generaba una situación de rivalidad e inseguridad. La vida así es breve e insoportable. En su obra Leviatán, Hobbes utiliza la expresión latina “homo homini lupus est” (el hombre es un lobo para el hombre).

La teoría política de Hobbes supone, claramente, un respaldo al absolutismo monárquico que estaba empezando a implantarse en buena parte de los Estados europeos de la época.

John Locke

Para John Locke, en el estado de naturaleza los seres humanos viven sin estar organizados socialmente, pero en paz, y gozan de tres derechos naturales: el derecho a la vida, a la libertad y a la propiedad de los productos que obtienen con su trabajo. Sin embargo, cada uno debe ocuparse de la protección de sus propios derechos, y esto puede ocasionar conflictos. Para garantizar una vida digna y pacífica, se establece un pacto por el cual los individuos conservan sus derechos, pero crean una instancia superior que resuelva los conflictos. Es decir, los individuos no renuncian a sus derechos, sólo otorgan al gobernante el poder necesario para protegerlos. Ahora bien, este pacto no es irrevocable, pues Locke reconoce el derecho de rebelión si el gobernante no cumple con lo pactado. El resultado de este pacto es un estado civil en el que el poder político está dividido (separación de poderes) para evitar los abusos de poder, y en el cual los individuos eligen a sus gobernantes periódicamente para garantizar el orden social y los derechos y libertades de los ciudadanos, lo cual caracteriza al modelo moderno de Estado liberal.

Rousseau

Rousseau imagina al ser humano en estado de naturaleza como un ser bueno y feliz. Los seres humanos eran libres, iguales e independientes, y eran capaces de sentir compasión por el prójimo, lo cual lleva a rechazar el sufrimiento de nuestros semejantes.

No obstante, poco a poco surgíó la sociedad, porque los seres humanos necesitaban asociarse entre sí para protegerse de los peligros que les acechaban en la vida natural. Es la sociedad la que convierte en malo al ser humano. La propiedad privada es la causante de las desigualdades económicas que existen en la sociedad y, por tanto, de la injusticia.

Ante esta situación de desigualdad, Rousseau piensa que es necesario un pacto para transformar la sociedad. Mediante este pacto cada individuo acuerda con los demás buscar el bien común compartido por todos los miembros de la comunidad. El resultado de este pacto es un estado civil en el que es el pueblo el soberano y todos participan directamente en el gobierno para alcanzar el bien común.