Sociedad Española del Siglo XIX: Transformaciones y Movimientos Sociales

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Transformaciones Sociales en la España del Siglo XIX

La población española durante el siglo XIX se caracterizó por un lento crecimiento, la pervivencia de un modelo demográfico antiguo con una alta tasa de mortalidad (aunque en descenso), y la existencia de movimientos migratorios hacia el exterior. Cientos de miles de emigrantes, en su mayoría jornaleros, se dirigieron a Latinoamérica, principalmente a Argentina. Además, muchas ciudades derribaron sus cercas y murallas a mediados de siglo para ampliar su perímetro y acomodar a los inmigrantes (ensanches), destacando los de Barcelona, Madrid, Bilbao y Valencia.

Estructura Social

La sociedad del siglo XIX dejó de estructurarse en estamentos para dividirse en clases sociales:

Clase Alta

  • Nobleza: Perdió su posición predominante, pero supo adaptarse y conservar gran influencia. Fueron frecuentes los matrimonios concertados con la burguesía para sanear patrimonios.
  • Burguesía: Favorecida por el crecimiento económico. Se distinguen:
    • Burguesía de negocios: Élite del dinero, formada por banqueros, grandes comerciantes, industriales y terratenientes. Residían en las grandes ciudades, especialmente Madrid.
    • Burguesías regionales y locales: Más modestas, vinculadas a actividades industriales y comerciales (en Cádiz, al comercio ultramarino).
    • Indianos: Burgueses que amasaron su fortuna en las colonias de ultramar.

Clase Media Acomodada

Minoritaria, formada por propietarios de negocios, tierras, casas y rentas modestas. Ejercían profesiones liberales o tenían empleos públicos (cuellos blancos). Controlaban la Administración pública, la cultura, la enseñanza, la información (periodismo), el Ejército, el comercio minorista, las manufacturas de taller y los cargos eclesiásticos.

Clase Baja

  • Campesinos:
    • Propietarios: De pequeños minifundios, abundantes en el norte de España.
    • Arrendatarios y aparceros: Pagaban una renta por cultivar tierras ajenas, a cambio del total o una parte del producto. Contratos de corta duración, salvo en Galicia y Cataluña donde pervivían las rentas fijas.
    • Jornaleros: Vendían su trabajo a cambio de un salario. Grupo más numeroso en la mitad meridional, especialmente Andalucía occidental. Trabajaban en grandes latifundios.
  • Trabajadores de la ciudad: Obreros fabriles (Cataluña y País Vasco), ferroviarios, mineros, de la construcción, comerciantes y de la Administración. Sufrían inseguridad laboral, sin previsión social ni asistencia sanitaria pública. Era frecuente el trabajo infantil y femenino, con deficientes condiciones laborales, cambios en la producción que afectaron a los oficios tradicionales, supresión de gremios, hábitat inadecuado (chabolismo) e inexistencia de vida privada.

Movimientos Obreros

Durante el siglo XIX, los trabajadores manifestaron su malestar mediante protestas que se fueron politizando con la industrialización y la implantación del sistema liberal y posteriormente democrático. Surgieron nuevas formas de lucha y organización, dando lugar a un incipiente movimiento obrero en su doble faceta sindical y política.

Primeras Protestas y Asociaciones

Antes de 1868 aparecieron las primeras protestas, canalizadas a través del ludismo (destrucción de máquinas). Hubo motines en Galicia y Alcoy, y los más graves en Cataluña. A partir de 1840 surgieron agrupaciones como la Asociación de Protección Mutua de Tejedores de Algodón (1840) y sociedades de socorro mutuo. En Cataluña hubo huelgas contra las selfactinas y la huelga general de 1855.

Sexenio Democrático y el Auge del Movimiento Obrero

Durante el Sexenio Democrático, los obreros reivindicaron sus derechos mediante:

  • Acción directa (anarquistas y socialistas): Huelgas y creación de sindicatos o sociedades de resistencia.
  • Acción política (socialistas): Presión a las autoridades mediante elecciones, mítines, manifestaciones y la formación de partidos políticos.

División entre Anarquistas y Socialistas

La división se originó en la Asociación Internacional de Trabajadores (AIT), que llegó a España a través de Fanelli (bakuninista). Surgieron líderes obreros como Anselmo Lorenzo. En 1870, los bakuninistas crearon la Federación Regional Española (FRE). En 1872, un grupo de obreros madrileños (liderados por Pablo Iglesias) creó la Asociación General del Arte de Imprimir, de inspiración marxista. En 1874 se prohibió la FRE. En 1881 resurgió la AIT como Federación de Trabajadores de la Región Española (FTRE). En Andalucía surgió La Mano Negra, que fue duramente reprimida. La FTRE se extinguió en 1888.

El PSOE y la UGT

En 1879 se fundó el PSOE en Madrid, y en 1888 la UGT. Los núcleos de la UGT fueron las sociedades de oficio madrileñas (aglutinadas en la Casa del Pueblo) y las sociedades obreras del norte (Vizcaya y Asturias). El PSOE fundó el periódico El Socialista, participó en la Segunda Internacional y se opuso a la Guerra de Cuba. Organizó manifestaciones pacíficas cada Primero de Mayo desde 1890. La UGT, con tácticas moderadas, se nutrió de obreros cualificados y urbanos. A partir de 1883 surgieron los círculos de obreros católicos, promovidos por el jesuita Vicent, que favorecían la cooperación entre patronos y obreros.

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