Símbolos de Juan Ramón Jiménez

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Esta SEGUNDA ETAPA O INTELECTUAL está marcada por la BÚSQUEDA DEL CONOCIMIENTO. Se propone buscar algo más duradero y profundo que la belleza exterior
. Ese algo es la esencia de las cosas, formada por la belleza interior y el bien que hay en ellas. Pero la esencia es algo abstracto y no se puede percibir por los sentidos sino por la inteligencia.

El mar es el eje vertebrador de la obra, y su dinamismo y ritmo cambiante generan el verso libre. También es el símbolo de la plenitud que supone haber interiorizado la esencia del mundo.

El viaje interior consiste en su introducción en la madurez afectiva, en la plenitud del hombre adulto recién casado, transición que le produce angustia frente a lo desconocido.

LA TERCERA

ETAPA O “SUFICIENTE”, “VERDADERA” O DE CONCIENCIA DE LA ETERNIDAD


: La extrema sensibilidad poética de Juan Ramón le ha permitido construirse un yo nuevo, pero muy abstracto y el poeta siente la soledad e incomunicación, además de saberse un hombre de carne y hueso sujeto a la muerte. Para superar esta soledad y alcanzar la ansiada eternidad, el poeta se funde en la conciencia con el Todo o Conciencia Universal (influencia de la mística cristiana y del Budismo Zen)

Obras: Dios deseado y deseanteAnimal de fondoLa estación total.

La suya es una poesía de la vivencia y de la experiencia. Su credo poético es “Piensa en el sentimiento, siente el pensamiento”.

En su poesía se distinguen tres grandes temas: la familia, la patria y la religión, además del paisajístico (en especial de Castilla y Vizcaya) con el que se incorpora a la corriente noventayochista.

Poesías (1907), compuesto de textos polimétricos. Manifiesta rechazo por la musicalidad (predomina la asonancia). Para Unamuno, la poesía debía poseer esencialmente ritmo y robustez.

Rosario de sonetos líricos (1911)

El Cristo de Velázquez (1920), organizado en cuatro partes que glosan los símbolos asociados a Cristo, los tiempos de su muerte, las partes de su cuerpo.

Rimas de dentro (1923), de carácter intimista; incluye consideraciones acerca de la poesía en general y de la suya en particular.

Teresa (1924), deliberadamente becqueriano, ensaya formas sujetas a la rima consonante.

De Fuerteventura a París (1925), vuelve al soneto para presentar lugares y realizar crítica política.

Romancero del destierro (1928), predomina la rima consonante.

Su última obra fue el Cancionero, publicado póstumamente en 1953. Sus textos presentan calidad desigual y carácter heterogéneo, debido a que muchos fueron compuestos como apuntes. De esta obra destaca la brevedad esencialista que lo aproxima a Antonio Machado y a Juan Ramón Jiménez.

PROSA: Miguel de Unamuno (1864-1936)

Unamuno concebía la vida como una lucha, como una agonía en busca de una paz que nunca se encuentra, lo que plasmaba en sus novelas. A muchas las denominó nivolas, cambio de nombre que obedece a su afán renovador, que buscaba alejarse de la novela realista y cuyos rasgos son los siguientes:

•Personajes. Se denominan agonistas, ya que viven y sufren una búsqueda incansable de Dios que es siempre amenazada con la muerte como fin de todo. Este enfrentamiento entre la lucha por encontrar lo eterno y la amenaza de que no exista nada después de la muerte. Esta angustia vital es lo que Unamuno denomina sentimiento trágico de la vida.

•Escaso interés hacia el marco espacial y temporal. Casi sin descripciones, se convierten en obras abstractas.

•Importancia de los diálogos. Destacándolos por encima de la propia narración.

•Estilo. Su lucha con la expresión y  con las ideas se manifiesta en paradojas y antítesis, o en sus esfuerzos por revitalizar el sentido o las resonancias de ciertas palabras. Es también máximo exponente del gusto por las palabras terruñeras.

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