Simbolismo y Personajes en la Obra de Edith Wharton: Ethan Frome

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Simbolismo en Ethan Frome

El Color Rojo

El desarrollo de los acontecimientos en Ethan Frome está marcado por una serie de dispositivos simbólicos evidentes, cada uno de los cuales sirve para ilustrar el desarrollo de las relaciones entre Ethan, Mattie y Zeena. En primer lugar, encontramos la conexión entre Mattie y el color rojo: lleva un pañuelo rojo al baile y una cinta roja en el pelo para la cena a solas con Ethan. En ambos casos, el color simboliza la vitalidad y el atractivo en contraste con el comportamiento frío de Zeena. También simboliza la tentación de Ethan hacia la transgresión sexual.

El Gato y el Plato Roto

El gato que interrumpe a Ethan y Mattie y rompe el plato favorito de Zeena simboliza la presencia espiritual dominante de la mujer en el hogar Frome, y cómo ella se interpone entre su marido y su prima en su romance.

El Viaje en Trineo

Por último, el viaje en trineo culminante de Ethan y Mattie simboliza la trayectoria fuera de control que abarca Ethan cuando deja a un lado la prudencia y cede al deseo impulsivo de muerte de Mattie. El viaje en trineo es también simbólico de su enfoque más general de la vida: renuncia a la responsabilidad y a la agencia, y se rinde al impulso.

Así, cada una de las tres escenas críticas de Ethan y Mattie juntos (fuera de la iglesia, solos en casa y en la colina de trineo) está marcada por el simbolismo patente de Wharton. Debido a que, al interpretar los símbolos, damos sentido a la interacción de Ethan y Mattie que ninguno de los personajes percibe, el uso del simbolismo de Wharton crea ironía dramática. Junto con el uso del narrador de la anticipación, la ironía dramática creada a través del simbolismo se suma a la sensación de fatalidad inevitable que rodea a los acontecimientos de la novela.

La Fortaleza de Ethan Frome

Cuando el narrador llega por primera vez a Starkfield, le llama la atención la "mirada poderosa descuidada" que Ethan Frome posee, a pesar de su cuerpo paralizado. Evidentemente, Ethan posee una gran fuerza física, que coexiste con una fuerte conciencia bien formada; es, sin duda, una buena persona. Sin embargo, parece carecer de fuerza interior. Su historia se presenta como una ilustración de la manera en que una persona puede ser dominada por las circunstancias, en lugar de ser dueña de ellas. No se da cuenta de ninguno de sus deseos, y aunque difícilmente se le puede culpar por ello, uno siente que Ethan, no obstante, debe asumir alguna responsabilidad por permitir que la enfermedad de Zeena aplaste su deseo de dejar Starkfield, y por no atreverse a romper con las convenciones y con su esposa en nombre de sus pasiones románticas. La única acción proactiva que emprende es el viaje en trineo final. Sin embargo, incluso a esto le ha llevado Mattie, y el suicidio representa lo que es, en última instancia, solo una pasividad continua. Incapaz de enfrentarse a las consecuencias de cualquier decisión real, Ethan permite que Mattie haga una elección por él, y aunque es él quien sella esa elección, es una opción para poner fin a todas las opciones.

Starkfield y el Estado Interior de los Personajes

El paisaje físico de Starkfield no solo es triste y opresivo, sino que también penetra en los paisajes psíquicos de los personajes. Al principio, el narrador utiliza la metáfora de una ciudad en estado de sitio para describir Starkfield en invierno, comparando el tiempo helado y cubierto de nieve con un ejército sitiador, y a los habitantes de Starkfield con una guarnición "muerta de hambre". Esta metáfora establece el tema de cómo el clima helado de Starkfield oprime las vidas humanas. Así como el espíritu del pueblo es aplastado por los seis meses de hielo y nieve, también lo es el espíritu personal de Ethan. Un viejo Ethan describe como si hubiera "estado en los inviernos de Starkfield demasiado tiempo". La casa de Ethan se convierte en una prisión que lo constriñe.

Wharton destaca que Ethan anhela escapar de Starkfield. Antes de la enfermedad de Zeena, había planeado vender su granja, mudarse a una ciudad más grande y encontrar trabajo como ingeniero. Pero nunca escapa, y el lector tiene la sensación de que el espíritu opresivo de los inviernos interminables, junto con su pobreza y la enfermedad de Zeena, parecen haberse asentado en su corazón, aplastándolo en un solo lugar. Mattie, con su ánimo alto y sus adornos rojos que contrastan con la blancura mortal de Starkfield, parece ofrecer a Ethan una salida, pero al final ella también sucumbe al aura del paisaje. Al final de la novela, la vemos sentada en la granja Frome durante una tormenta de nieve, quejándose amargamente por el frío.

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