El Siglo XX: Transformaciones, Ideologías y la Generación del 98 en España
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El Siglo XX: Un Siglo de Transformaciones e Ideologías
El siglo XX se caracterizó por un clima de efervescencia, anarquía espiritual y una notable pérdida de fe en las poblaciones religiosas. Fue un siglo agitado en todos los ámbitos, marcado por las Guerras Mundiales y significativos hechos nacionales e internacionales que generaron crisis y una profunda sensación de inseguridad.
Transformaciones Sociales e Ideológicas
La aceleración de la historia desde el siglo XIX hasta hoy ha traído consigo profundas transformaciones sociales e ideológicas. Podemos destacar dos aspectos fundamentales:
- Transformaciones: Las Guerras Mundiales modificaron mapas y provocaron convulsiones sociales. Se vivió una ebullición de ideologías, un rápido desarrollo de las ciencias y una sucesión de "ismos" artísticos. Todo esto contribuyó a una pérdida del sentido de la vida y la muerte, de la fe y de Dios, instaurando un ambiente de incertidumbre.
- Evolución social e ideológica: Se observa una clara evolución en el ámbito social e ideológico a lo largo del siglo.
Etapas del Siglo XX
Se pueden distinguir tres etapas principales en el siglo XX:
A) Hasta la Primera Guerra Mundial (1895-1918): Europa se encontraba en una encrucijada, en la cima de su expansión económica gracias a la Segunda Revolución Industrial. El capitalismo se afianzaba, la burguesía y las masas obreras crecían, y se intensificaba la disputa entre los credos liberales y socialistas.
B) Período de entreguerras (1918-1939): Tras el colapso económico de la posguerra, la década de 1920 trajo un ambiente de esperanza, los "felices años veinte". Sin embargo, las tensiones ideológicas y sociales persistían. El comunismo se endureció con Stalin, el fascismo italiano se consolidó con Mussolini y la democracia liberal se debilitó. La crisis del sistema capitalista desembocó en los sombríos años 30, marcados por un cuestionamiento de la fe, una crisis religiosa y un emplazamiento a Dios.
C) De 1945 hasta hoy: La posguerra trajo consigo una profunda angustia existencial. Europa occidental se encontraba aprisionada entre dos grandes potencias: Estados Unidos y la Europa comunista. La recuperación europea se impulsó con el Plan Marshall (1947), el Consejo de Europa (1949) y el Mercado Común (1957).
En el ámbito ideológico, la década de 1960 presenció enfrentamientos entre comunistas rusos, que se volvieron menos agresivos, y los partidos socialistas europeos. En el ámbito social, Europa se convirtió en una sociedad neocapitalista, con concesiones a los trabajadores y el surgimiento de nuevos movimientos de izquierda.
Evolución del Pensamiento Científico y Filosófico
Desde finales del siglo XIX, se produjo un replanteamiento del pensamiento científico:
- La ciencia moderna, influenciada por el movimiento positivista, buscaba un método seguro.
- Nuevos hallazgos en matemáticas, lógica y física cuestionaron la concepción newtoniana del universo.
- La ciencia se concibió como una realidad cambiante, sustituyendo la seguridad positivista por la idea de indeterminación y el dominio del hombre sobre la materia.
La evolución del pensamiento filosófico estuvo marcada por la crisis y la superación del positivismo y el racionalismo. Surgieron nuevos enfoques y métodos para analizar la realidad:
- Fenomenología (Husserl)
- Epistemología (investigación lógico-matemática)
- Estructuralismo (lingüística como modelo metodológico-filosófico)
- Corrientes sociales (psicología, antropología, sociología)
El auge de corrientes irracionales fue sintomático de la época, con figuras como:
- Schopenhauer (1785-1850): voluntad ciega e irracional.
- Kierkegaard (1813-1850): vitalismo angustiado.
- Nietzsche (1844-1900): impulsos vitales sobre la razón.
Las filosofías vitalistas desembocaron en el existencialismo, con figuras clave como Kierkegaard, Heidegger (Ser y Tiempo, 1927) y Jean-Paul Sartre (El Ser y la Nada). El existencialismo, junto con el marxismo y el psicoanálisis, comparten la característica de ser pensamientos que se comprenden en relación con el vivir humano completo.
Heidegger plantea que la "esencia" del hombre es solo existencia, que el ser del hombre es un "estar en el mundo", "arrojado ahí sin razón y abocado a la muerte". Asumir esta condición con autenticidad conlleva a la angustia existencial. Sartre, por su parte, habla de "lo absurdo de la existencia".
España y la Generación del 98
España entró en guerra con Estados Unidos para defender su soberanía en Cuba, en lo que se conoció como el "Desastre del 98". La importancia del mar Caribe radicaba en su conexión con los demás territorios de América. Además, España perdió Filipinas con el Tratado de París e Indochina, que cumplía un papel similar al del Caribe. Este hecho marcó la pérdida del último jirón del imperio español, generando un profundo shock en la sociedad.
En este contexto, surge la Generación del 98, término acuñado por Azorín en 1913. Entre sus integrantes se encuentran Valle-Inclán, Benavente, Rubén Darío, Pío Baroja, Unamuno y Maeztu. Aunque Azorín incluyó a Rubén Darío y Benavente por su profundo amor al arte, algunos miembros, como Baroja y Unamuno, rechazaron el nombre de Generación del 98, argumentando que no existía tal generación. En 1934, Hans Jeschke escribió el primer libro dedicado a la Generación del 98.