La Segunda República y la Guerra Civil Española: Un Periodo de Transformaciones y Conflictos (1931-1939)
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La Segunda República Española (1931-1936)
Tras la dimisión de Primo de Rivera el 30 de enero de 1930, se convocaron elecciones municipales y, posteriormente, elecciones a Cortes con el fin de llegar a un consenso sobre la monarquía.
Aunque los monárquicos obtuvieron más concejales, la victoria de los republicanos en los medios urbanos fue arrolladora. Inmediatamente se formó un gobierno provisional que, presidido por Alcalá-Zamora, proclamó la Segunda República el 14 de abril de 1931. La tarea principal de este nuevo gobierno fue la elaboración de una nueva constitución que respondiese a la nueva realidad política del país.
El texto fue aprobado el 9 de diciembre de 1931. España se convertía en un estado laico, democrático, con una cámara y un gobierno responsable ante ella; con un presidente de la República cuyo mandato duraba 6 años. Se proclamó el sufragio universal y se determinó el derecho a la expropiación forzosa, por causa de utilidad pública, lo que daba la posibilidad de una reforma agraria. También se resolvía el problema de los nacionalismos mediante estatutos de autonomía.
El 10 de diciembre de 1931, Alcalá-Zamora fue elegido presidente de la República y Manuel Azaña fue nombrado jefe de gobierno. El gobierno dirigido por Azaña llevó a cabo, durante sus dos años de existencia, unas reformas sociales y económicas cuyo objetivo era la modernización del país.
Reformas del Gobierno de Azaña
- Reforma militar: Había necesidad de modernizar el ejército. Para ello, Azaña jubiló a más de 7000 oficiales y cerró temporalmente la Academia Militar de Zaragoza. Además, se creó la Guardia de Asalto, leal a la República.
- Reforma agraria y transformaciones laborales: En cuanto a la reforma agraria, la decisión del gobierno fue la expropiación de aquellas fincas que no cumpliesen un fin social. Pero fue lenta y no respondió a las expectativas del campesinado, que esperaba una distribución de la propiedad más justa. Creó un fuerte rechazo a la República entre los latifundistas y los partidarios de la derecha. En el ámbito laboral se crearon los jurados mixtos de empresarios y obreros para lograr el consenso entre ambos. Con esto se logró mejorar las condiciones de los trabajadores.
- Reforma educativa: El gobierno puso en marcha un proyecto de construcción de centros escolares, y se mejoraron las condiciones salariales de los maestros, además de dotarlos de una mejor preparación. La política del gobierno de una educación laica llevó a un enfrentamiento con la Iglesia.
Los Estatutos de Autonomía
El problema de los nacionalismos se resolvió concediendo estatutos de autonomía a las regiones cuyos electores lo decidiesen con una mayoría de dos tercios y la posterior aprobación en el Parlamento.
El Bienio Conservador (1933-1935)
Las movilizaciones de derechas y las continuas alteraciones del orden público provocaron que Azaña perdiera las elecciones municipales de 1933. En 1934, el presidente de la República destituyó a Azaña, haciéndose necesarias nuevas elecciones, que se convocaron para noviembre.
Los anarquistas se abstuvieron, las fuerzas de izquierdas acudían divididas a las elecciones; y las de derechas se agruparon en torno a la CEDA, bajo la dirección de Gil Robles.
El resultado fue un importante vuelco electoral que llevó a la derecha al poder, dando lugar al bienio conservador, caracterizado por la paralización política de las reformas emprendidas en la etapa anterior. Dentro de la derecha se encontraban:
- Los monárquicos que no aceptaban la República. También aparecieron grupos totalitarios emparentados ideológicamente con el nacionalsocialismo y con el fascismo. Estos grupos eran las JONS, creadas por Onésimo Redondo, y la FE, de José Antonio Primo de Rivera.
- Por otra parte, estaban los que aceptaban la República y pretendían darle un tinte conservador. En el centro estaba la CEDA, partidaria de reformar la constitución en lo referente a la religión y la educación.
A pesar de que la CEDA fue el grupo con mayor número de diputados, el presidente de la República llamó a Lerroux, del Partido Republicano Radical, a formar gobierno, para evitar el desplazamiento del gobierno hacia la extrema derecha y la reacción de las izquierdas.
Los sucesivos gobiernos anularon las reformas de Azaña. Se produjeron numerosas revueltas callejeras, pero más grave que estas era la radicalización de los líderes del PSOE y de la UGT y la actitud de revancha de los empresarios. La CNT declaró una huelga general en Zaragoza y protagonizó movilizaciones en el campo. También en el País Vasco se desataron enfrentamientos. Allí los problemas surgieron con el Estatuto del Vino.
Por otra parte, el ascenso del nazismo en Alemania y Austria aumentaba los temores de quienes comparaban estos movimientos políticos con la CEDA. Convencido de que Gil Robles pretendía destruir la República, el PSOE, en 1934, estaba decidido a tomar el poder por la fuerza.
El 1 de octubre, la CEDA se negó a colaborar con el gobierno y exigió colocar a tres ministros en el gobierno de Lerroux, esto provocó que el PSOE y la UGT convocaran una huelga general revolucionaria.
Las consecuencias de la revolución de octubre fueron miles de muertos y heridos y provocó una crisis en el gobierno.
El Frente Popular y el Camino a la Guerra Civil (1936)
A lo largo de 1935 los gobiernos de la CEDA intentaron una política tranquilizadora. Con el fantasma de una revolución marxista, la extrema derecha hostigaba a la CEDA. Mientras, en Europa seguían creciendo los fascismos.
El desprestigio del gobierno iba en aumento, acusado de sobornos y escándalos financieros. Esto provocó la dimisión de Lerroux, y la convocatoria de unas elecciones anticipadas, el 16 de febrero de 1936.
La disyuntiva estaba ahora entre fascismo y democracia. La solución pasaba por el establecimiento de Frentes Populares. En las elecciones, el Frente Popular obtuvo una mayoría en el Congreso. Su programa era socialdemócrata reformista. Era un acuerdo sobre unos principios mínimos. Después del gobierno de la derecha y de la revolución de octubre, habían radicalizado sus posturas. Ese radicalismo se trasladó a la calle. Menudearon los enfrentamientos entre la izquierda radical y la derecha totalitaria. La violencia callejera se cobró un gran número de víctimas. Además, desde marzo corría el rumor de que se preparaba un golpe militar.
El deterioro del orden público podía justificar una intervención militar. En realidad, las motivaciones eran más profundas. En un amplio sector del ejército había un profundo malestar por las reformas de Azaña. También había rechazo de la Iglesia a la reforma educativa y a la reforma agraria, considerada como un atentado contra la propiedad.
En mayo se produjo la salida de Alcalá-Zamora y Azaña asumió la presidencia de la República. Casares Quiroga se hacía cargo del gobierno.
El 17 de julio de 1936, la guarnición de Melilla, al frente de la cual estaba Franco, se sublevó. Mientras, en la península el gobierno de Casares Quiroga no tomó medida alguna. Así, el enfrentamiento entre las fuerzas sublevadas y las leales al gobierno se convirtió en una Guerra Civil en la que el general Franco adquirió un protagonismo decisivo.
La Guerra Civil Española (1936-1939)
En 1936 tuvo lugar la Guerra Civil Española, el acontecimiento histórico más relevante de la historia de España. Fue la expresión del enfrentamiento entre el fascismo y la democracia. Su dimensión internacional fue enorme, y la victoria de los sectores más retrógrados de la sociedad acarreó el establecimiento de una dictadura militar que mantuvo a España alejada de la libertad y del progreso social durante cuarenta años.
El levantamiento militar tuvo lugar el 18 de julio de 1936, y fracasó en su intento de apoderarse de España entera sin resistencia. En Castilla, Galicia, Baleares o Navarra el golpe no encontró inconvenientes. No obstante, la República consiguió mantener la fidelidad de la mayor parte del territorio nacional y del ejército.
La República contaba con las reservas de oro del Banco de España, las siderometalúrgicas vascas, asturianas y de Sagunto, las industrias catalanas, la agricultura mediterránea y los recursos mineros del norte. Los sublevados disponían de los trigales castellanos, del carbón leonés, el ganado gallego y los vinos de mesa.
Tanto los sublevados como los que les hicieron frente eran un conglomerado de oficiales, soldados, guardias civiles, carabineros, guardias de asalto y, sobre todo, civiles movilizados por sus organizaciones políticas y sindicales.
El gobierno no supo aprovechar su ventaja inicial en el conflicto. Las fuerzas republicanas, llenas de divisiones internas, desperdiciaron tiempo para frenar a los rebeldes. Mientras, Franco consiguió cruzar el estrecho con ayuda de aviones alemanes e italianos aliados.
Un puente aéreo trasladó a la península a más de 12000 soldados y abundante material de guerra. El ejército franquista sometió con facilidad a los republicanos, adueñándose de toda Andalucía occidental. Únicamente Badajoz encontró una feroz resistencia, aunque Franco consiguió tomar esta ciudad y unir su ejército con el del norte, que avanzaba desde Navarra orientado hacia Madrid.
Las tropas de Franco, tras la liberación del Alcázar de Toledo, se encontraron frente a Madrid con una defensa organizada por el general Miaja, que contó con la ayuda de las primeras Brigadas Internacionales, bajo el grito de "¡No pasarán!".
La estabilización del frente desembocó en una larga acción militar de desgaste. Esto llevó a ambos bandos a buscar ayuda en el exterior. Franco recibía ayuda de Hitler y Mussolini, y la República comenzaba a recibir material suministrado por la URSS. En el bando franquista todas las unidades estaban militarizadas y encuadradas en unidades regulares; en el bando republicano se acometió la reorganización del ejército, estructurándose en Brigadas Mixtas en las que destacaron dirigentes como Pozas, Llano de la Encomienda o el comandante Vicente Rojo.
Fracasada la toma de Madrid, los rebeldes tomaron Málaga en febrero y todavía hubo intentos por tomar la capital que fueron frenados por los republicanos en la batalla del Jarama y supuso la derrota de Franco y de los italianos en la batalla de Guadalajara. En marzo de 1937 el general Mola inicia el asalto de Vizcaya, con 40000 soldados españoles y marroquíes en la vanguardia e italianos en la retaguardia. Aviones alemanes, a las órdenes de Franco, bombardearon la ciudad de Guernica. En junio cayó Bilbao con toda su industria. Los batallones vascos se negaron a seguir luchando por la República y en pocos días Cantabria y las minas asturianas quedaron bajo el control franquista.
La República había intentado atraer el interés de Franco hacia el centro, para debilitar los ataques franquistas en el norte, así se sucedieron las batallas de Brunete y Belchite. Tras la caída del frente norte, el suministro de los republicanos va a depender únicamente de la Unión Soviética.
En las primeras semanas de 1938 Franco orientó los ataques hacia el Mediterráneo. Tras la batalla de Teruel los franquistas llegan a Castellón, dejando el territorio republicano dividido.
La amenaza se cernía ahora sobre Valencia, por lo que la República contraatacó en la batalla del Ebro, al frente de la cual estaba el general Rojo. Fue la más larga y sangrienta de la guerra y se saldó con la victoria del bando sublevado.
Tras la pérdida de Cataluña, la España republicana quedó reducida a Madrid, una parte de Castilla-La Mancha, la zona costera levantina hasta Almería y la parte norte de Granada. El presidente del gobierno Negrín quiso resistir hasta enlazar con una posible guerra mundial, con el fin de gestionar una rendición honrosa. Las tropas de Franco entraron en Madrid el 28 de marzo y fueron cayendo el resto de los territorios todavía republicanos. El día 1 de abril de 1939, Franco anunciaba el final de la guerra.
Consecuencias de la Guerra Civil
Los años de la guerra civil dejaron una terrible huella de destrucción humana y material muy difícil de recuperar. Las pérdidas humanas fueron cuantiosas. A esta pérdida demográfica hay que añadir los exiliados y heridos. En cuanto a las pérdidas materiales, conviene destacar que fueron muy cuantiosas las habidas en la agricultura y la ganadería. Se redujo la superficie de sembrada y la producción agrícola disminuyó por falta de mano de obra, de maquinaria, de ganado de labor y de abonos. Algo semejante ocurrió en la ganadería. Las instalaciones industriales quedaron muy dañadas y la red de comunicaciones sufrió grandes daños.
A las anteriores hay que añadir las pérdidas de divisas, motivadas por el pago de las deudas de guerra.
Finalmente, más importantes fueron las secuelas y heridas morales, debidas a las represiones que se produjeron durante la guerra, por parte de ambos bandos, y las que, acabada la guerra, llevó a cabo el sistema franquista.
La Vida Política Durante la Guerra
La Guerra fue vivida por los españoles intensa y dramáticamente. El 19 de julio de 1936, el gobierno de José Giral sustituyó al de Casares Quiroga, y se vio obligado a entregar armas al pueblo.
Posteriormente, llegó al gobierno Largo Caballero, que se afanó en restablecer la autoridad. Para ello incluyó en su gobierno a anarquistas y trasladó el gobierno a Valencia. En este periodo fueron frecuentes los enfrentamientos entre comunistas, anarquistas y los trotskistas del POUM, encabezados por Andrés Nin, así que se declaró una pequeña guerra civil en Barcelona. Esto provocó la dimisión de Largo Caballero, que fue sustituido por Juan Negrín. Este logró restablecer la autoridad con el apoyo de los comunistas. Tras la caída de Barcelona volvió a Madrid para organizar la resistencia, pero se vio desbordado por una Junta de Defensa que, presidida por el coronel Casado, apoyado por el socialista Julián Besteiro, se encargaría de gestionar la rendición. En la zona franquista, se impuso pronto un férreo control que desató una dura represión contra los sospechosos de izquierdismo y separatismo.
Por razones de eficacia militar y política, la Junta de Defensa decidió concentrar el poder en un único mando, por lo que el general Franco fue nombrado jefe de gobierno del Estado español y generalísimo de los ejércitos. Pronto acabó con la rivalidad entre tradicionalistas y falangistas mediante el Decreto de Unificación de 1937, y creó un partido único, la Falange Española Tradicionalista y de las JONS. En esta línea de acumulación de poder fue nombrado Caudillo el 30 de enero de 1938.
Inmediatamente se inició un proceso de reacción que paralizó todas las medidas reformistas de la República. Los sindicatos fueron suprimidos y sustituidos por los sindicatos verticales. La reforma agraria republicana también fue abolida y se devolvió a sus propietarios las fincas intervenidas. Y, por último, quedó derogada toda la legislación laica y surgió otra de acuerdo con los principios de la religión católica.
La Dimensión Internacional del Conflicto
En la Guerra Civil Española, Alemania, Italia y Portugal apoyaron con hombres, recursos y financiación a Franco. Alemania envió a la Legión Cóndor, que con un número armamento prestó gran apoyo a Franco. Su marina hostigó costas republicanas y colaboró en la ocupación de Málaga. Italia envió aviones y el Cuerpo de Tropas Voluntarias.
Las Brigadas Internacionales ayudaron a la República, que tuvo grandes problemas para obtener suministros debido a la política de no intervención de las potencias democráticas europeas.
La República pagó los suministros llegados de Francia y de Rusia con los fondos de oro del Banco de España.