La Segunda República Española y la Constitución de 1931: Reformas y Desafíos

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La Segunda República Española y la Constitución de 1931

El Contexto Político y Social

El fin de la dictadura de Primo de Rivera, junto con el fracaso de los gobiernos formados por el general Dámaso Berenguer y el almirante Juan Bautista Aznar, desembocaron en la proclamación de la Segunda República, tras las elecciones de abril de 1931. La Segunda República fue recibida con entusiasmo por un gran número de españoles, esperanzados en que se lograse la regeneración y la modernización de España.

El Comité Revolucionario se convirtió en gobierno provisional, presidido por Alcalá Zamora como representante de la derecha. En él tuvieron cabida casi todas las opciones políticas:

  • El centro lo representaban los radicales de Lerroux.
  • La izquierda estaba ocupada por tres ministros (Indalecio Prieto, Largo Caballero y Fernando de los Ríos), y por la Alianza Republicana de Manuel Azaña.
  • Los regionalismos estaban representados por Luis Nicolás d’Olwer y Santiago Casares Quiroga, catalán y gallego, respectivamente.

Fuera del poder quedaban los comunistas y los anarquistas, además de la derecha monárquica, los tradicionalistas y los regionalistas de la Lliga Catalana y del Partido Nacionalista Vasco.

La alta burguesía mantenía su hegemonía social y se convirtió en una encarnizada enemiga de la joven República. En la pequeña burguesía, los profesionales liberales y los funcionarios adquirieron una gran relevancia. La pequeña burguesía rural nutriría las filas fascistas, antidemocráticas y antirrepublicanas. Los obreros urbanos y el campesinado sufrían el azote del paro y la carestía de los precios, consecuencia de la crisis de los años treinta. Eran en su mayoría fervientes defensores de la República.

Las Elecciones de 1931 y la Formación de las Cortes

El gobierno provisional se planteó reunir unas Cortes que dieran una constitución a la Segunda República. Se celebraron las primeras elecciones democráticas en junio de 1931, que dieron la mayoría a los republicanos y a socialistas, y pusieron de manifiesto el fracaso de Alcalá Zamora en su intento de crear una derecha republicana importante.

La Constitución de 1931: Características y Debates

El texto definitivo fue aprobado el 9 de diciembre de 1931. Se trata de una Constitución de gran extensión, uno de sus grandes problemas. Recibió influencias de otros textos constitucionales de la época, como la constitución alemana. Los rasgos más significativos de la Constitución de 1931 son:

  1. Su carácter socializante.
  2. Su exaltación republicana. Por primera vez en la historia de España se proclamaba el derecho a voto para todos los mayores de 23 años, sin discriminación de sexo. Algunas mujeres llegaron a ocupar cargos políticos importantes. Fueron diputadas Victoria Kent, Clara Campoamor, Dolores Ibárruri y Federica Montseny, que sería ministra de Sanidad.
  3. Su signo liberal.
  4. El derecho de solicitar estatutos de autonomía.
  5. La aprobación del matrimonio civil, del divorcio y de prácticas anticonceptivas.
  6. El carácter reformista y transaccional.

Entre sus principales aportaciones están la consecución de los estatutos de autonomía de gobierno propio (caso de la Generalitat de Cataluña) y la concesión del derecho a voto de las mujeres. Lo más debatido fue el artículo 26, que regulaba las relaciones del Estado con la Iglesia: la definición del Estado como aconfesional o laico. El anticlericalismo republicano se puso de manifiesto en la prohibición de impartir enseñanza a las órdenes religiosas, en la anulación de la ayuda económica al clero y en la expulsión de los jesuitas. Todo ello hizo que Alcalá Zamora abandonara el Gobierno.

Las Reformas de la Segunda República

Los gobiernos republicanos intentaron abordar los problemas de fondo de la sociedad y de la economía, empezando por desterrar las viejas prácticas caciquiles. Se llevó a cabo una política de reformas. La más importante de todas ellas fue la reforma agraria. En 1932 fue aprobada la Ley de Bases de la Reforma Agraria, que perseguía la redistribución de las tierras que sobrepasasen una determinada extensión o estuviesen mal explotadas, y el asentamiento en ellas de los campesinos.

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