Según la definición de la organización panamericana de la salud (ops), la participación comunitaria es el “proceso de intervención de la población en la toma de decisiones para satisfacer sus necesidades de salud, el control de los procesos y la asunc

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Los grupos de autoayuda en el contexto de las estrategias de intervención social.
Se analizan las diferencias y posibles bases para la colaboración e integración entre los grupos de autoayuda y los servicios profesionalizados de ayuda.
Información, promoción y formación. El apoyo y la ayuda mutua existen desde los mismos orígenes de la organización social y encarnan una filosofía que, como señaló Hess (1982) reconoce, desarrolla y estimula el poder de las personas no sólo para ayudarse a sí mismas, sino también para ayudar a otras personas a ayudarse a sí mismas. Esta filosofía ha encontrado aplicaciones en numerosos ámbitos de intervención social: la familia, la tercera edad, la enfermedad mental, las adicciones, las discapacidades y


las enfermedades crónicas. El movimiento de la autoayuda representa una contribución fundamental al cambio de paradigmas convencionales de la provisión de servicios sociales y de salud.
Su limitada dependencia de los profesionales y servicios institucionales, su orientación basada en la educación y en el apoyo de los iguales.
Los grupos de autoayuda carácter voluntario que está teniendo lugar en las sociedades occidentales a medida que se acerca el final de siglo. En efecto, la ayuda mutua es una actividad voluntaria, y los grupos de autoayuda son grupos voluntarios que forman parte de la comunidad. La ayuda mutua facilita el desarrollo de la autonomía personal, permite satisfacer necesidades humanas básicas como las necesidades de


seguridad, afecto, sentido de pertenencia y autoestima, y promueve la acción social. Los grupos de autoayuda proporcionan nuevos recursos a los profesionales. El movimiento de la autoayuda no pretende ser una panacea ni ofrecer soluciones a todos los problemas. Lo que sí ofrecen estos grupos es un acercamiento alternativo o complementario a los servicios sociales y de salud existentes, han sido estos grupos quienes han tomado la iniciativa y han ofrecido ayuda y respuestas a los problemas.

Los grupos de autoayuda en el contexto de las estrategias de intervención social. Se analizan las diferencias y posibles bases para la colaboración e integración entre los grupos de autoayuda y los servicios profesionalizados de


ayuda. Información, promoción y formación. El apoyo y la ayuda mutua existen desde los mismos orígenes de la organización social y encarnan una filosofía que, como señaló Hess (1982) reconoce, desarrolla y estimula el poder de las personas no sólo para ayudarse a sí mismas, sino también para ayudar a otras personas a ayudarse a sí mismas. Esta filosofía ha encontrado aplicaciones en numerosos ámbitos de intervención social: la familia, la tercera edad, la enfermedad mental, las adicciones, las discapacidades y las enfermedades crónicas. El movimiento de la autoayuda representa una contribución fundamental al cambio de paradigmas convencionales de la provisión de servicios sociales y de salud. Su limitada dependencia


de los profesionales y servicios institucionales, su orientación basada en la educación y en el apoyo de los iguales.
Los grupos de autoayuda carácter voluntario que está teniendo lugar en las sociedades occidentales a medida que se acerca el final de siglo. En efecto, la ayuda mutua es una actividad voluntaria, y los grupos de autoayuda son grupos voluntarios que forman parte de la comunidad. La ayuda mutua facilita el desarrollo de la autonomía personal, permite satisfacer necesidades humanas básicas como las necesidades de seguridad, afecto, sentido de pertenencia y autoestima, y promueve la acción social. Los grupos de autoayuda proporcionan nuevos recursos a los profesionales. El movimiento de la autoayuda no pretende


ser una panacea ni ofrecer soluciones a todos los problemas. Lo que sí ofrecen estos grupos es un acercamiento alternativo o complementario a los servicios sociales y de salud existentes, han sido estos grupos quienes han tomado la iniciativa y han ofrecido ayuda y respuestas a los problemas. El caso de la salud mental demuestra claramente la necesidad de desarrollar estrategias de intervención alternativas, tanto en éste como en otros ámbitos, si se pretende atender adecuadamente a la población más necesitada. La utilización de redes informales de ayuda y apoyo se encuentra, sin duda, entre las más poderosas de esas estrategias alternativas de intervención. Gottlieb, en el ámbito de la salud mental los conceptos de red social y de apoyo social


proporcionan una nueva perspectiva y un conjunto más amplio de opciones para la intervención.

Gottlieb, la contribución de las redes sociales naturales en la salud y el bienestar difiere de la de los sistemas formales de apoyo en cinco aspectos fundamentales: a) su accesibilidad natural; b) su congruencia con las normas locales acerca del momento y forma en que el apoyo debe ser expresado

; e) sus raíces en relaciones duraderas entre iguales; d) su variabilidad, comprendiendo desde la provisión de bienes y servicios materiales a la simple compañía; y, e) su libertad e independencia de los costes económicos y psicológicos que tienen lugar cuando se utilizan los recursos profesionales.


Las relaciones asimétricas y las reticencias de los profesionales para compartir el rol de proveedor de ayuda son carácterísticas opuestas a la forma de funcionamiento de los grupos primarios y a los procesos informales de apoyo que allí se desarrollan y, en este sentido, pueden constituir un importante obstáculo para la colaboración fructífera entre ambas fuentes de ayuda.
Advierte Gottlieb, los esfuerzos de los profesionales por capitalizar los recursos y el potencial de las redes naturales de apoyo también puede entrañar riesgos y tener efectos contraproducentes.

GRUPOS DE AUTOAYUDA Y SERVICIOS PROFESIONALIZADOS DE AYUDA: BASES PARA LA Colaboración

La importancia y significación de estrategias basadas en la ayuda mutua reside, en parte, en el


hecho de que este acercamiento es capaz de responder a los principales problemas y críticas que se han realizado a los servicios profesionalizados. Problemas que Gartner y Riessman (1984) han resumido de la siguiente forma:
1. Estos servicios son demasiado grandes, burocratizados, demasiado distantes del consumidor, inaccesibles y con un control centralizado excesivo.
2. Estos servicios son demasiado costosos, con frecuencia inefectivos, resulta difícil exigir responsabilidades y se encuentran excesivamente regulados.

3. Un elevado número de profesionales en estos servicios se encuentran afectados por una enfermedad común

Sentirse «quemados», y desarrollan actitudes cínicas y


derrotistas como resultado de la rigidez de las fuerzas burocráticas que impregnan estos servicios.
4. Un gran número de estos servicios se encuentran sobreprofesionalizados, y donde el consumidor no se involucra y permanece apático siendo únicamente un «recipiente» de los servicios.
5. Numerosas intervenciones realizadas desde estos servicios constituyen esencialmente un labor de «parcheo», y no se dirigen directamente hacia la prevención o cura. Gartner y Riessman, los anteriores puntos ilustran la necesidad de una reconstrucción de los servicios humanos.

Promoción DE GRUPOS DE AUTOAYUDA: CENTROS DE AUTOAYUDA (CLEARINGHOUSES)

Los grupos y organizaciones de autoayuda desempeñan, sin duda, un importante rol en la


sociedad. Los grupos de autoayuda pueden considerarse como una fuente de servicios en el entorno natural que opera en diferentes niveles, abierta a nuevos miembros, menos costosa que otras alternativas profesionales y cuyos miembros evalúan, en genera la calidad de la ayuda que reciben en términos positivos. Las instituciones y los profesionales pueden desempeñar un rol crítico en ese proceso de estímulo y legitimización de los grupos de autoayuda. Wollert ha examinado con mayor detalle las similaridades funcionales de estos centros: de acuerdo con este autor pueden identificarse cuatro funciones generales: 1. Información y conexión con grupos de autoayuda. Estos archivos incluyen habitualmente


información acerca del objetivo de los grupos, requisitos para ser miembros, horarios y localización de las reuniones, nombres y números de teléfono de miembros de los grupos con quien los miembros potenciales pueden contactar. Algunos centros ponen también a disposición del público líneas telefónicas de información gratuitas.  2. Consulta, asesoramiento y apoyo logístico. Información sobre tópicos que los miembros de los grupos han identificado como relevantes, tales como la captación de nuevos miembros, el manejo del conflicto en el grupo, la obtención de ayudas, la mejora de la dinámica de las reuniones. 3. Educación comunitaria. Desarrollan talleres en los que se describe el acercamiento basado en la autoayuda, se informa del rango


de grupos disponibles en el área de captación del centro, o métodos de apoyo a los grupos por distintos colectivos, que eviten su colonización o toma de control. 4. Investigación.  estos centros desarrollan y promocionan la investigación que puede ser relevante para la mejora de sus servicios y, dado el acceso a los grupos de autoayuda, ocupan una posición aventajada para llevar a cabo investigación básica acerca de los grupos de autoayuda, como por ejemplo la identificación de los procesos de cambio personal que caracterizan a los grupos de autoayuda o el impacto de estos grupos en las actitudes y conductas de afrontamiento de sus miembros.
Recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud ha desempeñado un papel muy activo en la promoción de los


grupos de autoayuda. La Organización Mundial de la Salud ha reconocido los beneficios de los grupos de autoayuda en el ámbito de la salud, tanto para los individuos como para la sociedad. Para los individuos la pertenencia a un grupo de autoayuda capacita a la persona a hacerse cargo, al menos en parte, del cuidado de su salud; estos grupos permiten devolver el control sobre sus propias vidas a las personas que se encuentran en situación de desventaja bien por sus problemas o, en ocasiones, como consecuencia del tratamiento que han recibido de los profesionales, y proporciona a las personas que tienen que vivir con un problema mayores recursos de afrontamiento. Asimismo, en un documento preparado para esta organización se especifican dos


motivos que justifican el apoyo al movimiento de la autoayuda, uno humanitario y otro económico. El argumento humanitario parte de la idea de que los grupos de autoayuda son iniciativas creadas y aprobadas por las personas que tienen los problemas, punto de vista democrático que justifica por sí solo la validez de este acercamiento. El argumento económico subraya el hecho de que, a largo plazo, los grupos de autoayuda pueden reducir los crecientes costos del sistema de salud. Estos argumentos son, además apoyados por los logros de los grupos de autoayuda reconocidos por esta organización. Esta organización considera la autoayuda como un elemento de gran importancia por su relevancia en todos los aspectos de la salud, entendida


ésta como bienestar físico, mental y social, tanto en la prevención y promoción de la salud como en el cuidado y la rehabilitación.

Con respecto a los objetivos generales se recomendaba que los centros de apoyo a la autoayuda deberían:

Tratar de humanizar el sistema de salud apoyando los propios esfuerzos individuales y trabajando para que los servicios de salud sean relevantes a las necesidades individuales - Estimular la concienciación pública sobre la existencia de los grupos de autoayuda y trabajar para crear un clima favorable a estos grupos. - Crear nuevas opciones de autoayuda encontrando formas creatividad de manejar problemas y situaciones. - Contribuir a la educación de los profesionales de la salud y presionar para que el conocimiento sobre los grupos de


autoayuda sea incorporado en la formación profesional.
- Contribuir a la solución de problemas en aspectos relacionados con los grupos de autoayuda. - Trabajar a partir de las necesidades de los grupos o de las necesidades de los sistemas locales de apoyo.

Con respecto a los centros locales de apoyo a la autoayuda se recomiendan los siguientes objetivos más específicos

Recoger y diseminar información acerca de grupos de autoayuda en el área local. Esto podría realizarse mediante listados, servicios telefónicos de información, boletines informativos y publicidad acerca de reuniones de grupos. - Recoger y compartir el conocimiento acerca de la forma en que los grupos de autoayuda manejan los problemas. Reunir


información acerca de servicios alternativos de salud (servicios, libros, técnicas, etc.). - Proporcionar directamente recursos prácticos. Por ejemplo, ayudas económicas para comenzar grupos, locales para reuniones, ayuda en la impresión de materiales. - Crear redes y coaliciones entre grupos, facilitando la entrada de nuevos grupos en estas redes. - Mejorar las habilidades de miembros individuales de los grupos y crear medios para que estas habilidades se compartan con otros grupos. - Vincular grupos con profesionales y promover la contribución de los grupos a la educación de profesionales Proporcionar apoyo a los grupos en su comienzo, cuando experimentan cambios o cuando los grupos finalizan su función


- Ofrecer asesoramiento individual a personas que buscan integrarse en un grupo. - Trabajar individualmente con profesionales, capacitándoles a trabajar constructivamente con grupos. - Establecer canales de comunicación entre grupos, gobiernos locales y autoridades en el ámbito de la salud - Ayudar a grupos en sus contactos con los medios de comunicación. - Aconsejar en aspectos tales como seguimiento y evaluación de los grupos.

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