Santo Tomás de Aquino: Existencia de Dios, Creación, Antropología, Ética y Política
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Demostración de la existencia de Dios
Para demostrar la existencia de Dios, Tomás de Aquino no emplea el argumento ontológico, sino que propone una demostración a posteriori. Esta demostración parte de los sentidos (la observación de los seres) y va del efecto a la causa que los ha producido (Dios). Tomás de Aquino ofrece cinco vías que comparten la misma estructura:
- Se parte de un hecho de la experiencia.
- Se aplica el principio de causalidad, advirtiendo que no puede haber una serie causal infinita.
- Se concluye que ha de existir un ser originario, que es el que da lugar a toda la serie: Dios.
Las cinco vías son las siguientes:
Por el movimiento
Va desde el movimiento del mundo al primer motor inmóvil.
Por la causalidad eficiente
Va desde las causas subordinadas hasta la primera causa incausada.
Por la contingencia
Va desde los seres contingentes del mundo hasta un primer ser necesario.
Por los grados de perfección
Va desde los grados de perfección del mundo hasta un ser infinitamente perfecto.
Por la finalidad y el orden cósmico
Va desde el orden y la finalidad del mundo hasta una primera inteligencia ordenadora.
Creación del mundo
Para resolver el problema de la creación, Santo Tomás distingue entre la naturaleza de un ser, entendida como simple potencialidad o posibilidad (esencia), y su existencia efectiva, en acto. En Dios, esencia y existencia se implican mutuamente, porque su naturaleza implica existir necesariamente, ya que es un ser infinitamente perfecto. En cambio, los demás seres son contingentes, su esencia no implica necesariamente existir.
Antropología y teoría del conocimiento
Santo Tomás concibe al hombre como una única sustancia compuesta de materia (cuerpo) y forma (alma racional), pero mantiene la idea de que el alma humana es inmortal. La teoría del conocimiento tomista entiende el conocimiento como un proceso de abstracción por el que el alma desmaterializa las formas inscritas en la materia. En dicho proceso colaboran los sentidos, la memoria, el entendimiento agente y el entendimiento paciente.
Ética y política
La ética de Santo Tomás es teológica: nuestros actos tienden a un fin último, la felicidad, que se adquiere mediante el ejercicio del alma racional (el conocimiento y la virtud). Puesto que Dios es el bien supremo, y el conocimiento es de Dios, una vida dedicada a la búsqueda y al conocimiento de Dios sería la vida más perfecta y feliz para el ser humano. Dios gobierna el mundo mediante la ley eterna, de la que participan las criaturas a través de la ley natural, que las dota de una naturaleza propia y de unas inclinaciones específicas. El hombre actúa correctamente cuando sigue la ley natural. La ley natural se parece a los principios de la lógica, lo que le permite a Tomás establecer un paralelismo entre la razón teórica y la razón práctica. En cuanto a su teoría política, considera que el hombre es naturalmente sociable, y que la perfección de la vida solo es posible en sociedad. La ley positiva debe derivarse de la ley natural y buscar el bien común. El orden político debe subordinarse al orden moral, y este, al orden divino.