San Agustín y Santo Tomás: Dos Visiones de la Filosofía Cristiana Medieval
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San Agustín
Fe y Razón
Doctrina de la iluminación: Fe y razón deben trabajar juntas para conducirnos a la verdad. San Agustín se opuso a la actitud fideísta que oponía la fe a la razón, sustituyendo la inteligencia por la creencia. Para él, la fe estimula la razón.
Sus ideas se resumen en:
- La razón ayuda al ser humano a alcanzar la fe.
- La fe ayuda a la razón a comprender los misterios de la realidad.
- La razón ayuda a la fe a comprender los principios establecidos por esta.
- La razón accede a los conocimientos gracias a la luz que la fe le proporciona (doctrina de la iluminación).
Los criterios perfectos son modelos inteligibles que solo están en la mente de Dios. Pero el alma puede llegar a conocerlos gracias a la luz que Dios le proporciona.
Antropología
El ser humano está compuesto por cuerpo y alma. Dependiendo de si la influencia es de Platón, presenta al ser humano como un alma que se sirve de un cuerpo. Pero si la influencia es de carácter cristiano, lo contempla como una unidad de cuerpo y alma. Presenta el cuerpo como un templo para el alma. El alma se une al cuerpo para dignificarlo y gobernarlo.
Para San Agustín, el ser humano es el yo concreto, el individuo irrepetible que somos cada uno. Nos dice que para conocerse a uno mismo hay que seguir el camino de la interioridad, para, de esa forma, descubrir a Dios. Por todo ello, lo que realmente nos distingue es nuestra alma individual.
Teología
San Agustín ofrece algunas pruebas de la existencia de Dios:
- Interioridad: Cuando nuestra alma se interioriza encuentra una verdad que la supera y cuyo origen no puede ser ella misma, esa verdad es Dios.
- La perfección del mundo obliga a la existencia de un artífice, que es Dios.
- Consensus gentium: como todo el mundo reconoce a Dios como creador del mundo, este existe.
- Grados de bien: que existan el más y el menos en cuanto al bien, conlleva la existencia del bien supremo.
La esencia divina tiene un carácter inefable, no puede ser expresada con palabras. Sin embargo, la razón humana puede llegar a conocer los tres atributos de Dios, que se corresponden con las tres personas de la Trinidad:
- Dios Padre, que se corresponde con el ser, es esencia pura e inmutable.
- Hijo, que se corresponde con la verdad (Conocimiento sumo, la verdad suprema).
- Espíritu Santo, que se corresponde con el bien. Que procede del amor, que es el que nos da la vida. Bien, amor y vida son las apropiaciones del Espíritu Santo.
Cosmología
En la mente divina están desde siempre las ideas ejemplares de todas las cosas del mundo y con ellas Dios crea la realidad. La razón humana solo puede conocer dos requisitos fundamentales de la creación:
- Es atemporal, ya que Dios está fuera del tiempo. El tiempo empieza con la creación.
- Es instantánea, ya que Dios no puede cambiar. Dios creó toda la realidad desde el principio y en un acto único, pero solo a algunas cosas les concedió la existencia actual, y a las demás les dio la potencia para existir, para así desarrollarse en momentos sucesivos. (Doctrina de las razones seminales).
Existencia del Mal
Dios es infinitamente bueno, por lo que el mal no puede proceder de Él. Entonces explica que el mal es una carencia de ser que afecta a los seres finitos y creados. Para analizarlo, distingue tres planos:
- Metafísico: en el universo existen distintos grados de ser, los inferiores que padecen de privación del ser, esta privación es el mal. Sin embargo, la creación está en perfecta armonía.
- Moral: el mal es el pecado, que atribuye a una mala voluntad humana. La maldad es una errónea elección del ser humano. La voluntad tiende por naturaleza al bien. El pecado es preferir un bien inferior, rechazando uno superior.
- Físico: el mal se identifica con las enfermedades y la muerte, que son consecuencias del pecado original. El alma pecadora corrompe al cuerpo. El ser humano redime sus pecados mediante el sufrimiento aceptado en unión con Cristo.
Filosofía de la Historia
En su obra “La ciudad de Dios”, describe dos ciudades habitadas por personas diferentes:
- La ciudad celestial: viven los que aman a Dios hasta el desprecio por sí mismos.
- La ciudad terrenal: habitada por los que se aman tanto a sí mismos que desprecian a Dios.
Estas dos ciudades coexisten y están en una continua lucha espiritual. Así, la historia tiene una concepción lineal que comienza con la creación y tiene dos momentos cumbre: la primera venida de Dios Hijo al mundo (Jesús) y la segunda venida, el fin de la historia, con el triunfo de la ciudad de Dios y la salvación eterna. El cristiano tiene que tener esperanza y una actitud positiva ante tiempos difíciles. El Estado debe saber que no es la última instancia.
Contexto
La filosofía de San Agustín se desarrolla durante el final del siglo IV d.C. y la primera mitad del V. Se trata de una época convulsa, marcada primero por la definitiva división entre el Imperio Romano de Occidente y el de Oriente, a la muerte del emperador Teodosio, y el declive definitivo del Imperio Romano de Occidente con su invasión por los bárbaros. Las ciudades comenzarán así, acompañando a Roma, una lenta decadencia que iniciará un periodo de importancia del mundo rural que llegará a su apogeo con el feudalismo posterior. Es pues una época marcada por una profunda crisis del mundo clásico y el inicio de la Edad Media. Destaca el triunfo de una religión, el cristianismo. Fundada en el siglo I por Jesús de Nazaret y teorizada por San Pablo, el cristianismo pasará en un periodo de 400 años de secta del judaísmo a religión principal del Imperio, con el Edicto de Milán de Constantino en el año 313, permitiéndose su culto (antes había sido perseguida), y luego con el Edicto de Tesalónica a finales del IV, siendo nombrada religión del Imperio. Se abandona así la civilización clásica pagana, lo que unido a la definitiva caída del Imperio Romano dará pie a una nueva época histórica dominada por el cristianismo. Es en el contexto filosófico donde mejor se ve este nuevo protagonismo del pensamiento cristiano. El cristianismo se enfrentará al paganismo en una serie de luchas. Este mismo cristianismo no rechazará totalmente la filosofía clásica, sino que intentará, a través de la Patrística, realizar una síntesis con la filosofía griega, como se ve en el influjo platónico del propio San Agustín, para dotar al cristianismo de una teoría propia. Igualmente será fundamental la Patrística para fundamentar el dogma cristiano. Comenzará la lucha contra las llamadas herejías, como la arriana o la gnóstica. La Patrística, asimismo, realizará una profunda reflexión sobre la relación entre la razón y la fe, que irá desde la idea de una sumisión absoluta de la razón ante la creencia, en Tertuliano, hasta una relación de mutua dependencia entre ambas, como defiende San Agustín.
Santo Tomás
Fe y Razón
Santo Tomás concede mayor autonomía a la filosofía, basada en principios evidentes para la razón natural, mientras que la teología se basa en verdades de fe. La filosofía es la ciencia primera, que aunque no proporciona la salvación, el filósofo creyente no utiliza su fe para hacer filosofía. Distingue dos órdenes:
- De la naturaleza: está el ser humano como ser natural, donde destaca su facultad racional.
- De la gracia: el ser humano es considerado hijo de Dios.
El orden de la naturaleza está subordinado al de la gracia. La filosofía es un ejercicio del entendimiento en el orden natural, pero el entendimiento no tiene por qué recibir la iluminación de Dios. El intelecto agente es una luz intelectual participada de Dios. La inteligencia nos permite acceder a Dios en ambos órdenes. Así, la teología es la base de la filosofía. La verdad de la fe es superior a la verdad de la razón, pero ambas no pueden contradecirse. Existen dos verdades de fe:
- Las que están por encima de la razón: no pueden ser demostradas y se llaman misterios de fe.
- Las que están al alcance de la razón: que pueden ser comprendidas por la filosofía, gracias al uso de la razón. Son reveladas por Dios.
Metafísica
Santo Tomás amplía y modifica la metafísica de Aristóteles. La doctrina más importante es la de la analogía del ser, en la que distingue esencia y acto de ser de esa esencia. También hay dos tipos de sustancias:
- Materiales: accesibles por los sentidos y que tienen dos niveles: Sustancial (la materia se relaciona con la forma, potencia y acto) y Accidental (la materia es determinada por accidentes o actos segundos que la hacen ser de un modo u otro).
- Inmateriales: son las formas puras o subsistentes que se componen también de potencia y acto.
Los entes creados por Dios son, esencialmente, potencia de ser, pero Dios es puro acto de ser por esencia. Dios es el Ser como identidad, mientras que el ser como acto es limitado por la esencia. Las criaturas tienen el ser en préstamo, solo Dios es el Ser por esencia. El ser necesario es aquel en el que se identifican su esencia con su acto de ser. El ser contingente es aquel en el que su esencia no incluye su acto de ser. Las criaturas inmateriales no pueden perder el ser, por lo que son inmortales.
Existencia de Dios
Santo Tomás enuncia cinco demostraciones de la existencia de Dios, llamadas vías. La existencia de Dios no es evidente y por eso puede ser probada por la razón. Las vías no se basan en la fe, puesto que si fuera así, no serían argumentos razonables. Las vías son distintos caminos para remontarse racionalmente a la existencia de Dios. Siguen cuatro pasos:
- Se parte de un fenómeno natural observable.
- Se aplica el principio de causalidad.
- Se plantea la imposibilidad de remontarse al infinito.
- Cada vía alcanza un determinado término.
Las cinco vías son:
- Del movimiento: en el mundo hay cosas que se mueven. Todo lo que se mueve es movido por otro, pero no puede haber infinitos motores movidos. Término: motor inmóvil (Dios).
- De la causalidad eficiente: en el mundo sensible nada es causa de sí mismo. No puede ser que haya infinitas causas. Término: causa incausada (Dios).
- De la contingencia: hay seres contingentes, que si pudieran no haber sido, el mundo no podría quedar explicado. Los seres no pueden ser meramente posibles. Término: ser necesario (Dios).
- De los grados de perfección: los seres tienen cualidades graduales, debido a que toda perfección pura limitada es participada, pero no pueden ser todas infinitamente participadas. Término: ser por esencia (Dios).
- Del orden del universo: los seres naturales obran por un fin. Lo que ocurre de manera ordenada responde a un plan. El azar no puede ser la causa del universo. Término: inteligencia ordenadora (Dios).
Alma
Santo Tomás rechaza el dualismo platónico. El alma es la forma sustancial del cuerpo y es el principio de las operaciones humanas. En ella existen distintas facultades o potencias activas, que pueden ser inferiores (las que tenemos en común con los animales) o superiores. La teoría hilemórfica es compatible con la inmortalidad del alma, puesto que existe una gradación en las formas. Si la forma sobrepasa la materia, puede conocer. Si lo hace netamente, puede entender. Las operaciones cognoscitivas pueden apoyarse en:
- Los sentidos. Si dependen intrínsecamente de un órgano, no pueden subsistir cuando el órgano se destruya. Tienen limitada la percepción de las formas.
- El entendimiento puede conocer todas las formas de las cosas. Depende del cerebro de una manera accidental.
Teoría del Conocimiento
En el conocimiento humano intervienen dos tipos de entendimiento:
- Posible: recibe de manera inmaterial cualquier forma inteligible y la configura como concepto.
- Agente: ilumina las imágenes para extraer la forma inteligible y mueve al posible a actualizarse mediante sus operaciones. Tiene un carácter particular, es una luz participada que está en el orden natural.
Para llegar al conocimiento, Santo Tomás establece cuatro pasos:
- Intelección de los indivisibles a través de los sentidos, que se almacenan en forma de imágenes particulares, no universales.
- Abstracción es el paso de lo individual a lo universal. Lo realiza el entendimiento agente, quitando todo lo individual y dejando solo lo esencial, lo universal.
- Elaboración del concepto. A partir de lo universal, el posible elabora el concepto.
- Juicio. El concepto se aplica a las imágenes sensibles.
Ética
La ética de Santo Tomás tiene un fundamento natural, basándose en Aristóteles. Considera la felicidad el objeto de la ética y la política, y es la actividad más propia del ser humano. Tomás añade a esto que el fin de la vida es sobrenatural y con la gracia de Dios el ser humano llegará a estar eternamente feliz en el cielo. Se basa también en el concepto de virtud moral de Aristóteles, que es el justo medio racional entre dos vicios opuestos, que se adquieren con la repetición de actos buenos. Tomás desarrolla esto con las virtudes teologales, que tienen como objeto a Dios y son la fe, esperanza y caridad. Otro concepto es la sindéresis, que da dos usos a la razón:
- Teórico, que se basa en el principio de no contradicción.
- Práctico, que ordena la acción y su primera noción es el bien, que es el ser considerado como apetecible. La sindéresis puede formularse como: hacer el bien y evitar el mal.
La esencia humana tiene tres características, de las que derivan las principales inclinaciones corporales y los preceptos de la razón práctica:
- Sustancialidad: el hombre tiende a conservar su vida.
- Animalidad: tiene inclinación sexual y tiende al cuidado de sus hijos.
- Racionalidad: tiende a conocer la verdad y a relacionarse con otras personas.
Política
El bien es el fin de la naturaleza humana, y como esta es social, Santo Tomás dice que la sociedad es el ámbito para alcanzar la felicidad. Hay que distinguir entre el bien de cada sujeto y el bien común. Este último consiste en satisfacer las necesidades materiales del ser humano para el crecimiento intelectual, afectivo y religioso. Define ley como el orden de la razón hacia el bien común y distingue tres tipos de ley:
- Eterna: orden de la inteligencia divina. Dios gobierna todas las cosas creadas.
- Natural: inclinaciones naturales del ser humano.
- Positiva: ley promulgada por la autoridad legítima, que representa a Dios.
Contexto
Santo Tomás es un pensador del siglo XIII, época en la que se produjo un resurgimiento cultural de Europa, gracias al auge de las ciudades y del comercio. Además, se desarrolla el arte gótico (que queda demostrado sobre todo en magníficas catedrales) y se fundan las primeras universidades y aparecen las órdenes mendicantes (dominicos y franciscanos). En este siglo comienzan a consolidarse las grandes monarquías europeas, entre las que destaca Francia. La estructura de la sociedad sigue siendo feudal, y el desarrollo de las ciudades propicia la aparición de la burguesía. Cobra fuerza el ideal político-religioso de una cristiandad universal que dará lugar a enfrentamientos entre las posturas del Imperio y del Papado. Por otra parte, las Cruzadas y la labor de la Escuela de Traductores de Toledo favorecieron los intercambios culturales entre el mundo islámico y el cristiano, con lo que se introdujo en Europa las obras de Aristóteles y de su comentarista árabe Averroes; las cuales fueron criticadas por los pensadores que continuaban la tradición agustiniana, y asimiladas por otros, que aceptaban a Averroes o aceptaban la versión de Santo Tomás, que era compatible con la fe. En el siglo XIII, la escolástica alcanza su apogeo debido a una serie de factores que ya hemos visto antes, como la producción de nuevos descubrimientos y las traducciones de libros (especialmente de Aristóteles); la creación de nuevas universidades y la creación de las dos grandes órdenes mendicantes: dominicos y franciscanos. En este siglo, las corrientes que predominan son el agustinismo filosófico y científico, el aristotelismo averroísta y cristiano.