San Agustín: Contexto Histórico, Filosofía y la Relación entre Razón y Fe
Enviado por Programa Chuletas y clasificado en Filosofía y ética
Escrito el en español con un tamaño de 3,14 KB
Agustín: La labor filosófica de San Agustín se desarrolla al final del S.IV d.C. Es una época muy convulsa, marcada por la división del Imperio Romano y el declive del posterior Imperio Romano de Occidente con su invasión por los bárbaros. Ya muerto San Agustín, el Imperio Romano cae en el 476 d.C. Las ciudades comenzarán una lenta decadencia que iniciará la importancia del mundo rural. Destaca el triunfo del cristianismo, que pasará en un periodo de 400 años de ser secta del judaísmo a religión principal del Imperio. Se abandona así la civilización clásico pagana, lo que unido a la caída del Imperio, dará pie a una nueva época histórica dominada intelectualmente por el cristianismo. El cristianismo se enfrentará al paganismo en una serie de luchas intelectuales y violentas, saliendo victorioso como demuestra el cierre de la Academia Platónica y de las escuelas griegas filosóficas. La Patrística realizará una profunda reflexión sobre la relación entre la razón y la fe que irá desde la idea de una sustitución absoluta de la razón ante la creencia hasta una relación de mutua dependencia entre ambos como defenderá San Agustín.
La Razón y la Fe
La razón y la fe son fuentes diferentes de la única verdad que colaboran y se ayudan mutuamente. La razón busca y acerca al hombre a la fe, mientras que la fe orienta e ilumina la razón. La razón esclarece hasta cierto punto los contenidos de la fe. La filosofía de Agustín es una filosofía de la interioridad que pretende realizar el viejo programa délfico "conócete a ti mismo".
El Alma, la Verdad y Dios
El hombre es un alma racional. El cuerpo es de orden inferior. La vida humana es la búsqueda del bien capaz de satisfacer la felicidad. Dar con el verdadero bien implica discernir entre lo aparente y lo real. La verdad no es solo lo que se conoce sino también lo que se busca, la felicidad. El itinerario comienza con las cosas sensibles. El alma produce las imágenes de las cosas que inmutan nuestros órganos corpóreos, pero esas imágenes son inestables y evanescentes, no gozan de la inmutabilidad de lo verdadero. Cuando se abandona lo sensible, puede el alma volverse sobre sí y descubrir en ella las verdades inmutables y universales. Las verdades eternas las capta el alma no por sí misma, sino por una acción divina. Esto es así porque las verdades eternas son arquetipos ideales que la sabiduría divina posee (teoría de la iluminación), nosotros pensamos las cosas que son y las cosas son porque Dios las piensa. El modelo del hombre es Dios. Pensar las cosas verdaderamente implica conocerlas como las conoce Dios. La verdad suprema es el bien supremo. Conocer y amar a Dios es la manera de poseerlo, que en eso consiste la felicidad.
Los verdaderos intereses intelectuales y vitales de Agustín son el alma, Dios y su relación. El alma consta de razón inferior (que mira las cosas sensibles y mutables) y razón superior (que descubre verdades inmutables que conduce a Dios). Según Agustín, entre Dios hay una diferencia insalvable, Dios es inmutable y los demás cambian.