La Revolución de Octubre de 1934 y el Frente Popular: Antecedentes de la Guerra Civil Española

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La Revolución de Octubre de 1934

Antecedentes

La paralización económica originó la radicalización del Partido Socialista Obrero Español (PSOE) liderada por Largo Caballero, que se materializó en la proliferación de huelgas y conflictos. La Confederación Española de Derechas Autónomas (CEDA) endureció su posición y reclamó más contundencia en materia de orden público. Lerroux accedió a estas peticiones y el 1 de octubre de 1934 se forma un nuevo gobierno con tres ministros de la CEDA.

Los partidos de centro y de izquierda se opusieron ante el temor de un giro autoritario del partido de Gil Robles, nacido del temor provocado por los gobiernos fascistas europeos (Hitler y Mussolini). Los partidos de izquierdas revolucionarios (PSOE, Partido Comunista de España (PCE) y los sindicatos Unión General de Trabajadores (UGT) y Confederación Nacional del Trabajo (CNT)) amenazaron con una acción armada revolucionaria. Sus líderes junto con nacionalistas y republicanos reformistas formarán un Comité de Huelga que convocó una huelga general (REVOLUCIÓN DE OCTUBRE DEL 34).

Desarrollo

Fracasó en todo el país excepto en Asturias, donde los mineros protagonizaron una revolución social y en Cataluña donde la revuelta tuvo un carácter más político, derivando en la suspensión de la autonomía catalana y la Generalitat. El presidente Companys declaró “el Estado Catalán” dentro de la República Federal Española; el gobierno central controló fácilmente la situación y la policía autonómica y el gobierno de la Generalitat fueron detenidos por el ejército.

En Asturias la situación fue muy diferente. Los mineros controlaron las cuencas mineras y desarmaron a la guardia civil. Crearon un gobierno revolucionario que se encargó de todos los aspectos de la vida cotidiana. El gobierno de Madrid envió a la Legión bajo el mando del general Franco que reprimió con extremada dureza el movimiento revolucionario: hubo 1.500 muertos y 30.000 detenidos. Se prohibieron las actividades de los grupos obreros y la prensa socialista y comunista.

Consecuencias

Las consecuencias de la revolución de octubre fueron notables:

  1. El Comité de Huelga fue detenido y encarcelado en Madrid; se suspendió el Estatuto de Autonomía de Cataluña; se anuló definitivamente la Ley de Contratos de Cultivo obligando a los campesinos a pagar todas las rentas incluidos los atrasos; se devolvieron algunas de las propiedades a los jesuitas y se nombró a Gil Robles ministro de la Guerra y a Francisco Franco jefe del Estado Mayor.
  2. Los movimientos huelguísticos y las críticas a la actuación de las fuerzas de orden público en la represión obrera y la corrupción generalizada (estraperlo) provocaron nuevas crisis de gobierno que forzaron inevitablemente a la convocatoria de nuevas elecciones en febrero de 1936.

Las Elecciones del 36 y el Frente Popular

Los partidos de izquierda (republicanos, socialistas y comunistas) formaron una coalición, el Frente Popular, apoyada por intelectuales, obreros, campesinos andaluces y los elementos de mentalidad progresista. Su programa se basaba en la concesión de amnistía para los encarcelados por la Revolución de 1934, en la reintegración de los puestos de trabajo a los huelguistas y la reactivación de las reformas iniciadas durante el Bienio Progresista.

Las derechas no consiguen una coalición única, lo que supone que no hay un único programa. Se formaron distintas coaliciones en torno a la CEDA que fueron apoyadas por militares, organizaciones católicas, elementos conservadores o fascistas (Falange Española). Las elecciones las ganó el Frente Popular que consiguió el 48% de los votos, frente a la derecha, que consiguió el 46,5%. Sin embargo, dos elementos negativos confluyeron en el resultado, el Frente Popular, debido al sistema electoral y, a pesar de la escasa diferencia de votos, obtuvo una apabullante mayoría en el Parlamento y la desaparición de la mayoría de los partidos de centro, viéndose una sociedad polarizada.

El nuevo gobierno, de carácter moderado, estaba formado sólo por republicanos de centro izquierda. Manuel Azaña fue nombrado presidente de la República y Casares Quiroga jefe de Gobierno: Manuel Azaña era rechazado por la derecha y buena parte del ejército.

El Gobierno del Frente Popular

El gobierno del Frente Popular (febrero del 1936 a julio del 1936, aunque será el gobierno legal hasta el fin de la Guerra Civil en 1939) decretó una amnistía general, restauró el Estatuto de Autonomía de Cataluña, impulsó el del País Vasco y continuó con las reformas (reforma agraria y asentamiento de campesinos).

El gobierno del Frente Popular intentó que la Reforma Agraria se acometiera en serio: de febrero a julio de 1936 se expropiaron más de 600000 hectáreas, pero en este caso ya no era una reforma, sino una auténtica revolución llevada a cabo por anarquistas, comunistas y los socialistas que colectivizaron casi la mitad de la tierra útil de España. Como consecuencia de estas acciones se produjo una radicalización de la calle y hubo enfrentamientos callejeros entre los diferentes grupos civiles armados (falangistas, anarquistas…) que afectaron a toda España, excepto el norte y Cataluña:

  • Por la izquierda, anarquistas, comunistas y socialistas radicales (Largo Caballero) apelaban a una movilización social (huelgas, ocupación de tierras) que consideraban les conduciría hacia una revolución social.
  • Por la derecha, la Iglesia se dedicó a lanzar campañas contra la República y la Falange Española, que comenzó siendo un grupo fascista y elitista de las clases altas, acabó asumiendo la movilización en la calle de las derechas con patrullas paramilitares que iniciaron acciones violentas contra dirigentes de izquierda.

Mientras tanto, los militares conspiraban para restablecer el orden público aunque sin tener demasiado claro qué régimen sustituiría al republicano. El gobierno ante el temor al ruido de sables tomó medidas preventivas de seguridad destinando a varios generales conservadores a diversos destinos con el fin de desactivar cualquier reacción golpista (aunque la medida fue fallida). Franco fue destinado a Canarias, Goded a Barcelona y Mola, director de la conspiración, a Navarra (justo en el epicentro de la fuerza integrista más cohesionada y peligrosa como era el carlismo y su fuerza paramilitar, los requetés).

Aunque el clima de violencia entre febrero y julio de 1936 aumentó, eso no era indicativo de que España fuera en una dirección revolucionaria (era más retórica que real). Sin embargo, eso facilitó, más tarde, la justificación de la contienda a los sectores golpistas. Este ambiente sí ayudó a que los sectores conspirativos del ejército recibieran el apoyo financiero necesario de las elites conservadoras y de la Italia de Mussolini.

En marzo de 1936, los generales Mola, Goded, Varela y Saliquet acordaron, con el apoyo de la UME (unión secreta de militares), llevar a cabo un pronunciamiento militar que restaurara el orden pero su intención no era destruir la República. La decisión se aceleró tras el asesinato del teniente republicano José del Castillo por falangistas en las calles de Madrid y el del diputado de extrema derecha José Calvo Sotelo, en venganza por el del teniente, el 13 de julio de 1936. Tras la incorporación de los carlistas la sublevación se inició en Marruecos el día 17 de julio dando origen a una guerra civil que se prolongaría durante tres años.ngaría durante tres años.

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