La Revolución Industrial y el Nuevo Modelo de Trabajo

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En esta primera Revolución Industrial, los empresarios no van a permitir que los trabajadores hagan todo lo que les dé la gana, por eso aplican un sistema de disciplina y un control sobre la tarea del trabajador, además de multas. Las relaciones entre trabajadores y empresarios no eran siempre agradables, con oposición individual (absentismo, alcoholismo, abandono) o colectiva (ludismo).

En esta primera Revolución tiene lugar un proceso de liberalización de la producción. En Inglaterra desaparecen los Encloussers. En Francia el proceso es más lento, donde aún en el siglo XX hay casos de propiedad comunal, al igual que en España. Otro elemento que caracteriza el nuevo marco de la revolución liberal es el mercado nacional, antes los Estados tenían aduanas interiores que encarecían los intercambios, que en este momento desaparecen.

En cuanto al ámbito empresarial de la segunda Revolución surge un nuevo modelo de trabajo, el Taylorismo, ideado por Frederick W. Taylor, un ingeniero que busca situar y especializar al trabajador en una tarea determinada. Las empresas buscaban incrementar sus dimensiones, y eso de dos formas: integración vertical u horizontal. Se exige un gran capital inicial, mucho más del necesario que en la primera Revolución Industrial. Se exige además una mayor explotación de la economía de escala y una mayor velocidad, incrementando así la productividad. Su lógica se basaba en producir mucho, en crear volumen, pero mediante un bajo coste, con mercados muy amplios y con bienes estandarizados, dejando de lado el círculo familiar.

Si tenemos producción en masa, también distribuimos en masa, con tres figuras: Grandes Almacenes, Empresa de venta por correo y cadenas de tiendas. Una alternativa de la producción en masa fue la especialización flexible, consiste en producir bienes en pequeños lotes, con una mano de obra muy cualificada y maquinaria muy general. Su lógica es diferenciar el producto, ofrecer variedad y cumplir necesidades. Para acabar, las empresas de especialización flexible se agrupaban en distritos industriales, como por ejemplo la Ciudad de Puertas. Los requisitos de un distrito industrial son un grado considerable de especialización industrial en uno o más sectores relacionados, una estructura formada por PYMES muy especializadas, escuelas técnicas, mecanismos de cooperación entre las empresas y una cultura de confianza. El problema de la especialización rígida es el declive de regiones.

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