Revolución Francesa: De la Asamblea Nacional a la Caída de la Monarquía (1789-1795)
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La Revolución Francesa: De la Asamblea Nacional a la Caída de la Monarquía (1789-1795)
La Revuelta Antiseñorial y la Asamblea Nacional Constituyente (1789-1791)
Las noticias de lo que sucedió se propagaron por el campo francés y una verdadera revuelta antiseñorial se extendió en Francia. Los campesinos se negaban a pagar las rentas, pedían el reparto de la tierra, atacaban castillos, incendiaban casas, exigían el control de los productos de primera necesidad y el castigo de los especuladores y funcionarios corruptos.
Los diputados de la Asamblea Nacional Constituyente tenían que legislar para abolir el Antiguo Régimen. Debían satisfacer a una población que defendía la revolución con las armas y que era protagonista de los cambios políticos. Se procedió a la abolición jurídica del feudalismo. Los estamentos, la servidumbre, los diezmos, las rentas y la justicia señorial fueron suprimidos. Los campesinos debieron pagar una indemnización a los antiguos señores.
Se aprobó la Declaración de Derechos del Hombre y del Ciudadano, que otorgaba a los franceses la condición de ser libres e iguales ante la ley. Reconocía el derecho a la resistencia contra la opresión y estableció la soberanía de la nación, como expresión de la voluntad general.
Se inició una redacción de una constitución, que definía una monarquía constitucional, basada en la división de poderes:
- Ejecutivo: en manos del rey.
- Legislativo: la Asamblea.
- Judicial: gratuito y ejercido por jueces.
Se mantuvo el derecho a veto del rey, que le permitía bloquear leyes. Se estableció el sufragio censitario, que limitaba la participación a los ciudadanos activos por un determinado nivel de renta. Se abolieron las aduanas y se estableció la libertad de comercio. Se aumentaron los impuestos indirectos sobre las fortunas y propiedades. Hubo libertad de empresa y se prohibieron los gremios (Ley de Chapelier).
Para resolver el déficit financiero se llevó a cabo una desamortización. El Estado aseguró el mantenimiento del culto y clero. Se separó la Iglesia del Estado y se autorizó el divorcio. Una constitución civil del clero provocó la división entre los sacerdotes y los constitucionalistas.
Radicalización de la Revolución: Caída de la Monarquía (1791-1792)
El frente patriótico, que impulsó la creación de la Asamblea Nacional, empezó a dividirse. Un grupo formado por los monárquicos liberales y la burguesía propietaria intentaba frenar las conspiraciones de los absolutistas. La revolución había conseguido todos sus objetivos, como el derecho a veto del rey, la obligación de rescatar los derechos feudales y el sufragio censitario, que mostraban la voluntad de este sector moderado de respetar la monarquía, el derecho a la propiedad e impedir el acceso a la política de los sectores populares. Otro sector más radical de la burguesía reclamaba una organización más democrática de la vida política y reformas de tipo económico que beneficiasen a los más desfavorecidos.
La familia real intentó fugarse de Francia para reunirse con las tropas austriacas e iniciar la invasión del país, pero fue descubierta en Varennes y enviada de vuelta a París. La difusión de la noticia desprestigió la monarquía ante el pueblo y radicalizó a los sectores más revolucionarios.
En 1791, una vez elaborada la constitución, se eligió a los diputados del nuevo parlamento o Asamblea Legislativa. Formaban parte de sociedades como los girondinos, jacobinos y cordeliers. Ante la actitud reacia de la monarquía, los grupos más radicales empezaron a reclamar la república.
En 1792, la Asamblea decidió declarar la guerra a Austria. Las primeras acciones bélicas fueron desastrosas para los franceses. Los sans-culottes acudieron de las provincias para defender la capital y exigieron la abolición de la monarquía. La insurrección estalló el 10 de agosto de 1792 con el asalto de las Tullerías, donde estaba refugiada la familia real. Arrestaron al rey y se convocaron elecciones por sufragio universal masculino.
Convención Nacional: República Democrática (1792-1795)
La nueva asamblea, ahora llamada Convención Nacional, se formó el día de la batalla de Valmy, que supuso la primera victoria del nuevo ejército republicano contra los absolutistas europeos. Suprimieron la monarquía y proclamaron la república.
La Convención Girondina
El gobierno estaba en manos de los girondinos, que adoptaron posiciones moderadas que disgustaron a las masas populares. En la Convención, una serie de problemas fueron enfrentando a los girondinos con los jacobinos.
El primer problema era qué hacer con el rey Luis XVI. Los girondinos eran partidarios de castigarlo por traición, pero no querían procesarlo hasta que no acabara la guerra. Los jacobinos querían procesarlo y la presión popular obligó a juzgarlo y condenarlo. Luis XVI fue guillotinado en 1793 y María Antonieta unos meses después. La ejecución del monarca impulsó a una coalición europea antirrevolucionaria. Para frenar a los ejércitos coaligados, la Convención realizó nuevas levas obligatorias.