La Restauración y la II República en España
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En 1902 accede al trono Alfonso XIII con solo 16 años. Con él continúa el sistema de la Restauración, pero los desastres del 98, la crisis del 1909 y 1917 harán que el cada vez mayor protagonismo del rey en los asuntos políticos incremente el fraccionismo parlamentario. Se lleva a cabo un golpe de Primo de Rivera y una instauración de dictadura militar, y todo esto acabará con la instauración de la II República.
1. Continuidad de la Restauración (1902-1912)
Los primeros años del reinado de Alfonso XIII hasta 1912 se caracterizaron por un regeneracionismo o revisionismo que intentaba adaptarlo a las nuevas exigencias sociales por la mala situación del campesinado y clase obrera. Este objetivo no pudo llevarse a cabo debido a la crisis canovista que entró en un proceso de deterioro desde 1898 y llegará a su punto álgido en 1917. El turnismo fue posible durante los primeros años del reinado de Alfonso XIII debido a Antonio Maura y José Canalejas. Francisco Silvela se hará cargo del primer gobierno del rey, pero será pronto sustituido por Antonio Maura. El partido conservador intentaba regenerar el país acabando con el caciquismo y adoptando medidas sociales como la creación del Instituto Nacional de Previsión. Todo lo anterior ocasionó el aumento de la oposición por parte de fuerzas políticas y sociales que quedaban fuera del sistema de turnos y surgieron partidos republicanos como el Partido Radical de Alejandro Lerroux o el Partido Reformista de Melquíades Álvarez. Además, se siguieron desarrollando los partidos obreros como el PSOE y otros anarquistas que fundaron su sindicato, la CNT, en 1910, y el PCE. También se siguieron desarrollando los partidos nacionalistas como oposición al centralismo del gobierno. Junto a un nacionalismo conservador catalán (Lliga Regionalista de Francesc Cambó) surge un nacionalismo catalán de izquierdas (Esquerra Republicana de Catalunya de Francesc Macià), y el nacionalismo vasco deja a un lado las posturas radicales y antiespañolistas de ideología racista de Sabino Arana, optando por un nacionalismo mucho más moderado.
En 1906 en la Conferencia de Algeciras
se acordó entre Francia y España el reparto de Marruecos, donde España consiguió la zona norte y montañosa del Rif. Para llevar a cabo la ocupación y hacer frente a la resistencia de los marroquíes, el gobierno de Maura llamó a los reservistas, y esto provocó el rechazo de reservistas catalanes republicanos, anarquistas y socialistas, que unieron sus quejas en una huelga general el 26 de julio de 1909, dando lugar a la Semana Trágica en Barcelona, con barricadas e incendios. La represión del gobierno fue dura, y esto ocasionó que el rey destituyera a Maura, nombrando a José Canalejas para gobernar. A partir de aquí suceden 15 gobiernos que no alcanzan la talla política de sus antecesores, lo que ocasionará la desfragmentación de los partidos y una crisis gubernamental.
2. Proceso de desintegración del sistema (1917-1923)
Los efectos de la 1GM (1914-1918) fueron provechosos para España, que permaneció neutral, y esto permitió una gran prosperidad económica, ya que España exportó materias primas a los 2 bloques contendientes. Este gran crecimiento económico trajo consigo una gran inflación, aumentando las desigualdades entre ricos y pobres y provocando una crisis económica. Aumenta el descontento y la conflictividad social, animado con la repercusión de la exitosa revolución bolchevique rusa de 1917. Durante el verano de 1917, los problemas económicos y sociales se unieron al problema político y descontento del ejército, ya que en este los militares peninsulares se quejaban del rápido ascenso de los militares que participaban en la guerra de Marruecos y presionan al gobierno, haciendo que este cediera a parte de sus pretensiones.
3. La dictadura de Primo de Rivera (1923-1930)
Se comienza con directorio militar (1923-1925) que fue un gobierno compuesto por militares con cierta popularidad al conseguir acabar con los desórdenes públicos y el terrorismo. Entre las medidas adoptadas destacó la prohibición de los partidos dinásticos, creando la Unión Patriótica, y este gobierno lleva a cabo poner fin al caciquismo al elaborar un estatuto municipal y otro provincial, colocando al frente de los gobiernos civiles a militares. Consiguió la pacificación del Protectorado de Marruecos con ayuda francesa mediante el desembarco de Alhucemas. Se canceló y eliminó cualquier tipo de manifestación o institución nacionalista. Más tarde se dio un directorio civil (1925-1930) y se creará una asamblea consultiva formada por miembros de la Unión Patriótica, con ella se intentaba elaborar una constitución que legitimara la continuidad del régimen. Además, se crea la organización corporativa del trabajo. Y la coyuntura económica favorable permitió el desarrollo industrial del país, construcción de embalses, trasvases de agua, carreteras, redes de electrificación y grandes monopolios nacionales. No obstante, la impopularidad del régimen entre los estudiantes y intelectuales (como Unamuno), de las fuerzas obreras y de los partidos políticos de izquierdas y nacionalistas, junto con la crisis de 1929, contribuirá a la caída del dictador, y el rey pide su dimisión en 1930.
4. La caída de la monarquía y el auge del republicanismo (1930-1931)
Alfonso XIII encarga al general Berenguer la formación de un gobierno que restablezca las libertades democráticas y vuelva al sistema de turnismo. Conservadores y liberales no fueron capaces de articular un nuevo sistema de partidos que pudiera ser aceptado por los españoles, y la vuelta a las libertades fue aprovechada por los partidos de la oposición, formando el Pacto de San Sebastián, coordinada por un comité revolucionario presidido por Niceto Alcalá Zamora, y estos acabaron detenidos por un fracaso de sublevación militar. En 1932, el rey sustituyó a Berenguer por Juan Bautista Aznar, su idea era la de volver al caciquismo para ganar las elecciones generales. Pero la participación de las fuerzas antimonárquicas dio como resultado el triunfo de la coalición republicano-socialista. Las elecciones precipitaron la abdicación de Alfonso XIII y la proclamación de la II República el 14 de abril de 1931.
Para terminar debemos decir que en el conjunto de la población, el 1° tercio del siglo XX fue favorable, la tasa de mortalidad descendió como resultado de la mejora de la alimentación y infraestructuras higiénico-sanitarias. España contaba con 18 millones al comienzo del siglo y en 1930 alcanzaba los 35, a pesar de los muertos en Marruecos.