La Represión y el Nuevo Régimen en la Posguerra Española
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La Represión Política y Social
El fin de la Guerra Civil no trajo consigo la paz, sino una gran represión política. Millones de personas se vieron obligadas a cambiar su comportamiento e ideas políticas. Otras fueron ejecutadas. Hubo quienes se fueron exiliados a otros países. Los miembros de los partidos políticos derrotados que se quedaron en España sufrieron duras penas de cárcel y, si conseguían salir, una continua marginación social.
La jerarquía eclesiástica contribuyó a esto eligiendo el silencio o justificando los excesos pretextando un bien mayor. La represión política y social, junto con el hambre, marcaron la primera parte del régimen.
Bajo la Ley de Responsabilidades Políticas fueron encausados todos los que habían permanecido en la zona republicana. La creación de tribunales de excepción rompió el principio de igualdad ante la ley y negaba el estado de derecho. Una de las libertades más perseguidas por el Tribunal de Orden Público fue la de reunión.
Universidades, institutos y el cuerpo de maestros sufrieron también procesos de depuración. Cerca del 90% de los intelectuales abandonó el país.
El Nuevo Régimen
El Gobierno de Franco
El primer gobierno de la posguerra se constituyó el 8 de agosto de 1939. Franco, que ya acumulaba la Jefatura del Estado y del Gobierno, eligió cuidadosamente a sus ministros entre las distintas familias del bando nacionalista: monárquicos, falangistas y militares.
Sin la existencia de apoyos institucionales y sociales como la Falange, la Iglesia y el Ejército, los cuales fueron sus tres pilares, Franco no hubiera podido mantener el régimen.
El Papel de la Falange
Al parecer, Franco nunca fue falangista convencido, pero la Falange le resultó de gran utilidad. Cuando desapareció José Antonio Primo de Rivera, contó enseguida con su apoyo.
La Iglesia y el Estado
Según el franquismo, Estado e Iglesia eran inseparables. Y de esta recibió apoyo desde sus comienzos. Definió el Estado como confesional, otorgando a la Iglesia un bienestar económico, poder social, la difusión de la doctrina, etc.
El Poder de los Militares
El poder de los militares dentro del gobierno alcanzó su punto culminante entre 1939 y 1945. La influencia del Ejército sobre el dictador nunca desapareció y siempre pudo contar con su fidelidad.
El Apoyo de las Clases Sociales
El Estado franquista se sintió también respaldado por los grandes terratenientes, empresarios industriales, financieros, pequeñas burguesías provincianas y el campesinado católico.
Las Leyes Fundamentales
El Generalísimo era muy reacio a fijar las atribuciones del poder y se opuso a una Constitución que recordase el periodo liberal. Cuando se decidió a institucionalizar su gobierno, se vio obligado a promulgar un conjunto de leyes como fueron:
- El Fuero del Trabajo, establecía los fundamentos sobre los que se organizaría la economía del Estado. Parecía un texto liberal, pero en realidad proponía un sistema político autoritario de carácter confesional con derechos limitados.
- La Ley Constitutiva de las Cortes respondía al concepto totalitario de representación, repudiaba el sufragio universal, instauraba la representación corporativa y, por causas naturales, el Jefe del Estado disponía de la plena capacidad de legislar.
- Sin deliberación previa de las Cortes, promulgó la Ley de Principios del Movimiento Nacional, que suponía la incorporación institucional de la doctrina falangista y el reconocimiento de Falange Española Tradicional como único partido.