La renovación de la novela española en los años 60: Características y autores principales

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La renovación de la novela en los años sesenta: Procedimientos narrativos

Algunos nombres: Luis Martín-Santos y Tiempo de silencio. Juan Marsé. Juan Goytisolo.

En España hay una oposición activa al régimen franquista, que reaccionará duramente con las últimas condenas a muerte. Es la época conocida como el desarrollismo: la industrialización tiene como consecuencia la emigración interna, el abandono del mundo rural; pero el empobrecimiento generalizado obliga también a la emigración externa para buscar trabajo. El dinero de la emigración y de la nueva industria del turismo significarán un cambio social que irá poniendo las bases para la decadencia política del régimen.

Al comenzar la década de 1960, decae la novela realista social, los autores necesitan encontrar un nuevo lenguaje y alejarse de la literatura como arma de combate, por lo que se experimentan nuevas formas narrativas, dando lugar a una novela compleja y minoritaria, que pretende superar el relato realista sencillo.

Influencias de la novela experimental

Entre las influencias de esta novela experimental destacan:

  • Marcel Proust, que considera que la novela es “el espejo de la memoria”.
  • El Ulises de Joyce, que rompe revolucionariamente con la novela clásica.
  • William Faulkner, que da cabida a la presencia de lo sombrío, el exceso, lo anormal o lo macabro para mostrar un mundo en descomposición.
  • El nouveau roman.
  • El boom de la literatura hispanoamericana, el realismo mágico de García Márquez, Vargas Llosa, Cortázar…

Cambios en los procedimientos narrativos

Se introducen muchos cambios en los procedimientos narrativos, destacando:

  1. El argumento pasa a un segundo plano, pierde importancia; la acción es mínima. Se mezclan sucesos oníricos, fantásticos… Se permiten los finales abiertos.
  2. Se reduce el número de personajes. El protagonista se desdibuja y está en conflicto con su entorno o consigo mismo. El lector puede conocerlos sobre todo a partir del monólogo interior, que suele mostrarse de forma desordenada.
  3. El espacio tradicional desaparece, perdiendo importancia el lugar donde transcurre la historia, que a veces puede ser la memoria, el sueño…
  4. El tiempo novelesco no es lineal, se fragmenta y se origina un “caos cronológico” influido por el cine, mezclando tiempos objetivos y subjetivos, y se producen avances y retrocesos (flash-back).
  5. La estructura puede ser caótica. Desaparece el capítulo y las novelas se componen de secuencias (períodos no numerados).
  6. El punto de vista es múltiple, la historia se puede contar desde varias posiciones. Las técnicas más utilizadas son el contrapunto (combinación de diversas historias) y la caleidoscópica (permite mostrar muchos elementos simultáneamente).
  7. El narrador es muy variado: omnisciente, testigo… El autor utiliza alternativamente la primera y la tercera persona, y, con frecuencia, la segunda, que crea la sensación de un diálogo ficticio entre el narrador y el personaje.
  8. El lenguaje no es sencillo: se busca la dificultad, la creación de nuevas palabras, la mezcla de registros, la frase larga y el estilo telegráfico…
  9. El diálogo tiende a sustituirse por el estilo indirecto libre y el monólogo interior con el fin de reflejar el fluir libre del pensamiento.
  10. Desaparece la frontera entre prosa y verso; se suprimen los signos de puntuación convencionales, las marcas de diálogos; adquiere relevancia lo visual: tipografías, ilustraciones…

Esta revolución estética da nombre a este tipo de narración: la antinovela.

Todas estas técnicas obligan al lector a estar muy atento y leer reconstruyendo la novela.

Novelas representativas de la renovación

Las novelas españolas que mejor muestran este cambio son Tiempo de silencio de Luis Martín-Santos, considerada la precursora de la renovación; Cinco horas con Mario de Miguel Delibes y Señas de Identidad de Juan Goytisolo. En todas ellas, la preocupación por la forma obliga al lector a una lectura más activa.

Breve estudio de algunos novelistas

Luis Martín Santos, autor de Tiempo de silencio

Luis Martín Santos, autor de Tiempo de silencio, novela con la que consiguió revolucionar el ambiente literario por sus innovaciones formales. Su mayor influencia en esta novela es el Ulises de Joyce, pero también se inspira en Kafka, Cervantes o los clásicos griegos. Su originalidad no está en el argumento, sino en el tratamiento del mismo. Pedro, un médico que investiga el cáncer en la España de los años 40 a través de unos ratones traídos de EE.UU., visita el inframundo chabolista madrileño en el que su ayudante ha dejado algunos de los ratones, viéndose obligado a atravesar difíciles situaciones en un clima de persecución, engaño y miedo.

El autor muestra una humanidad degradada y denuncia las condiciones de vida de los más humildes, pero la sátira llega a todas las clases sociales.

Estilísticamente, renueva el lenguaje a través del uso del monólogo interior, las digresiones, el estilo indirecto libre, el lenguaje barroco y las descripciones irónicas y distorsionadas.

Alterna el narrador protagonista con el narrador omnisciente y la cesión de la palabra a los personajes.

Juan Marsé

Juan Marsé, entre cuyas obras destaca Últimas tardes con Teresa (1966), novela formalmente innovadora, que constituye una sarcástica crítica a la burguesía progresista.

Predomina la narración lineal en orden cronológico aunque abundan los flash-backs para volver a la niñez de los personajes que componen la trama o para reconstruir hechos importantes, llegando a conocer así de forma profunda al protagonista.

La acción que dura un año y tres meses, con un corto episodio de dos años después, se desarrolla en Barcelona y Blanes; y dentro de la ciudad condal hay dos mundos: el de la barriada del Carmelo, llena de ladrones, prostitutas, delincuentes… y San Gervasio, un barrio rico y exclusivo, con gente libre pero llena de problemas. Un maleante finge ser un militante político para conquistar a una joven burguesa que juega a ser “progre”, así Marsé criticará el señoritismo y la falsedad.

La oscura historia de la prima Montse (1970) supone una de las novelas más interesantes de los últimos años, en la que unos jóvenes de Barcelona, inmersos en un sofocante ambiente burgués, inventan historias que se entretejen con los sucesos cercanos, mezclando lo real y lo imaginario.

Juan Goytisolo

Juan Goytisolo evolucionó desde el “realismo crítico” hasta una nueva vanguardia narrativa. Su obra más representativa es Señas de identidad (1966) en la que introduce cambios fundamentales: la realidad se aborda desde distintos puntos de vista; la novela transmite las vivencias de los acontecimientos, incorporando aspectos individuales a los sociales. Se narra la historia de un exiliado español en Francia, Álvaro Mendiola, que vuelve a España en un intento de recuperar sus raíces; para ello indaga en su historia familiar, lo que le hace sentir que ya no forma parte de ese mundo, que es un ser desarraigado, apareciendo así un tema que será constante en su obra: el rechazo de una interpretación parcial de la historia y la cultura española.

Está narrada en un estilo subjetivista en el que coexisten la tercera y la segunda persona; incluye también otros elementos de la renovación: alternancia de historias presentadas con diferente tipografía, ruptura de la linealidad temporal, y aparecen diferenciados el monólogo, la narración y el diálogo.

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