La Regencia de María Cristina y la Transición al Liberalismo en España
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Tras la muerte de Fernando VII, asumieron la regencia su esposa María Cristina, llamada reina gobernadora, y posteriormente el general progresista Espartero. Durante este periodo se produjo el paso de absolutismo al sistema liberal. El proceso estuvo jalonado de tensiones y dificultades que impedían el correcto funcionamiento del sistema y la alternancia en el poder, como la guerra carlista, el endeudamiento de la Hacienda y el fraude electoral. María Cristina actuó como regente hasta 1840, la regencia comenzó con ciertas concesiones a los liberales. El primer gobierno dirigido por Cea Bermúdez representaba el liberalismo más moderado y conservador. Impulsó algunas reformas administrativas, como la división provincial. Los liberales exigieron pronto cambios más profundos. Francisco Martínez de la Rosa fue nombrado presidente del Consejo de Ministros en enero de 1834. Cambió las estructuras del antiguo régimen que seguían vigentes. Se disolvió la jurisdicción gremial y se impuso la libertad de fabricación y comercio. El objetivo de los liberales era limitar el poder de la Iglesia, que se mostró contraria a sus ideas. En 1834 se proclamó el Estatuto Real, una carta otorgada que establecía unas cortes compuestas por dos estamentos: el de Próceres, integrado por altos cargos eclesiásticos y de la Administración, nobles y grandes propietarios designados por la reina, y el de Procuradores, que se elegía por sufragio censitario. La iniciativa legislativa quedaba en manos de la Corona y las Cortes solo tenían funciones consultivas.
La Desamortización-1835 Juan Álvarez Mendizábal, líder de la oposición liberal, inició reformas importantes. Reorganizó la milicia nacional, creó las Diputaciones Provinciales, suprimió la Mesta y promulgó el decreto de desamortización de los bienes eclesiásticos. El objetivo de la desamortización era iniciar una reforma agraria y conseguir dinero para las arcas del Estado con el fin de sostener la guerra civil y crear una capa social de nuevos propietarios que apoyaran la revolución liberal. La reforma no logró los objetivos previstos: la deuda pública del estado no disminuyó y no se consiguió que los campesinos accedieran a la propiedad. Aumentó el malestar de los campesinos que no pudieron pagar las rentas impuestas por los nuevos propietarios. La regente sustituyó el gobierno de Mendizábal por otro más moderado que frenó el ritmo de la desamortización. LA SUBLEVACIÓN DE LOS PROGRESISTAS EN LA GRANJA. Motín de la Granja se obligó a la regente a restablecer la Constitución de 1812 y a nombrar un gobierno progresista presidido por José María Calatrava, que contó con Mendizábal para la cartera de Hacienda. Los progresistas elaboraron la Constitución de 1837, que suponía un retroceso a la de 1812. La Constitución de 1837 recuperaba la monarquía constitucional y establecía la soberanía compartida entre el rey y las Cortes, formadas por 2 cámaras, el Congreso y el Senado, con iniciativa legislativa. Esta Constitución fue aceptada por moderados y progresistas. Los moderados, que gozaban de las simpatías de la regente, intentaron retocar el poder de los ayuntamientos en la mayoría de las ciudades que contaban con alcaldes progresistas. En 1840, la reina gobernadora buscó la solución en un general prestigioso y progresista, Baldomero Espartero. Cuando el general se negó a utilizar el ejército contra los ayuntamientos, la regente renunció a la regencia.El Carlismo-Pocos días después del fallecimiento de Fernando VII, estalló la primera guerra civil de la España contemporánea: la guerra carlista. La guerra parecía un enfrentamiento dinástico entre los isabelinos, defensores de la voluntad del rey, y los carlistas, defensores de Carlos María Isidro, hermano del rey. La primera guerra carlista afloró una vez más la división entre liberales y absolutistas, división que tenía profundas raíces históricas. La primera guerra carlista duró 6 años, en los que los carlistas controlaron amplias zonas rurales del norte del país. En el País Vasco, Aragón, Cataluña y Valencia tuvo especial incidencia, hecho que se explica por 2 motivos principales: *Allí tuvo importancia la defensa de las leyes o fueros que se conservaban. Los fueros se oponían al centralismo de los liberales. *La propiedad de la tierra estaba repartida en explotaciones familiares y comunales. La contienda fue larga y destructiva, implicaba la destrucción del aprovisionamiento y la complicidad de la población civil. La muerte en 1835 del general carlista Zumalacárregui, prestigioso estratega, y la división interna entre los carlistas condujeron a la rendición de las tropas carlistas comandadas por el general Maroto. ¡ABRAZO DE VERGARA!Regencia de Espartero 1840-1843. Cuando accedió a la regencia, Espartero era un militar muy popular y aclamado, pero fue perdiendo apoyos. Los progresistas criticaron su forma militar de gobernar y solucionar los problemas de orden público. Los moderados le negaron su apoyo y se dedicaron a preparar un pronunciamiento para sustituirlo por la reina María Cristina. El gobierno de Espartero puso en práctica una política librecambista que supuso la apertura de las aduanas a los productos extranjeros a cambio de apoyo financiero procedente del exterior. El bombardeo y la dura represión ordenados por Espartero contra Barcelona aumentaron su descrédito e impulsaron la conspiración 1 año después, llevada a cabo por un militar Ramón Narváez, al gobierno.