Regencia de María Cristina estatuto real
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Tema 23
: “Transición al Liberalismo. El Carlismo”
PLEITO DINÁSTICO, REACCIÓN CARLISTA Y Guerra Civil (1833 – 1839)
En los últimos años de vida de Fernando VII surge el problema de la sucesión, que más tarde provocará una guerra civil. En 1830 nacíó la primera hija de Fernando, Isabel, y su padre, conocedor de la ley sálica, según la cual el trono debería ocuparlo Carlos María Isidro, la cambia para que su hija pueda reinar.
Carlos María Isidro tendrá que marcharse a Portugal por no reconocer a su sobrina como reina, pero antes de esto, reclamó sus derechos a la Corona en el Manifiesto de Abrantes. Todo esto dividíó a la sociedad española en dos bandos:
Fue una guerra entre el norte y el sur de España, una guerra entre campo contra ciudad.
El programa ideológico de los carlistas se resume con el lema “Dios, patria, fueros, Rey”. Se opónían al liberalismo, defendían el Antiguo Régimen, la religión cristiana y el foralismo vasco-navarro, cosa que hacían con privilegios: se manténían sus instituciones, no tenían que pagar muchos impuestos ni prestar servicio de armas obligatorio. Diferenciamos tres etapas en la I Guerra Civil Carlista:
POLÍTICA DEL ESTADO LIBERAL DURANTE
LA REGENCIA DE MARÍA Cristina (1833-1840)
Como Isabel era menor de edad, su madre María Cristina se pone al frente del gobierno junto a los liberales.
El Estatuto Real (1834)
Es una carta otorgada que supuso el paso de una monarquía absoluta a una monarquía constitucional, y la uníón entre isabelinos y carlistas. El estatuto establecíó un sistema bicameral: una Cámara Alta “de Próceres”, cuyos miembros los nombra el rey dentro de la alta nobleza, y una Cámara Baja “de Procuradores”, cuyos miembros se eligen por sufragio restringido. Así, aunque el rey dejó de tener todos los poderes, era él quien convocaba a las Cortes y quien aprobaba las leyes.
La diversificación del liberalismo: moderados y progresistas
Durante la Guerra Civil, el liberalismo se dividíó en progresistas y moderados:Por un lado, encontramos los liberales progresistas, que defendían un liberalismo radical de origen veinteañista y cuyos líderes más importantes fueron Espartero, Mendizábal, Madoz y Prim. Sus rasgos básicos fueron: