Reformas del Conde-Duque de Olivares

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Gaspar de Guzmán y Pimentel Ribera y Velasco de Tovar, conocido como el conde-
duque de Olivares, fue un noble y político español, y valido del rey
Felipe IV de España. Los problemas internos  y externos le llevaron a promover un amplio programa de reformas.

En la política interior destaca:

  1. Su campaña contra la corrupción interna del anterior reinado 2. La sustitución del sistema de gobierno tradicional de los Consejos por una serie de juntas, que abarcaban diversas ramas de la Administración pública que abarcaban diversos ramos de la Administración pública o bien cumplían otras funciones como la Junta de Reformación  o la Junta de Ejecución 3. El intento de implantar una serie de medidas económicas de corte mercantilista (incentivos a las manufacturas de lana y seda, fomento del comercio, medidas proteccionistas) que sin embargo no llegaron a cuajar ante la falta de vigor y constancia. 4. La supresión del impuesto de los millones 5. La creación de unos erarios estatales para la financiación de las obras públicas 6. El fin de las acuñaciones masivas de vellón del reinado anterior .

El programa político de Olivares está contenido en el Gran Memorial que presentó al rey en 1624 y en el que se sugiere una solución opuesta a las que habían ensayado anteriores soberanos, introduciendo la uniformidad legal en los diversos reinos y cuyo contenido se basaba en dos conceptos principales:

Reputación y reforma

. Para ello, propónía un plan de reformas encaminadas a reforzar el poder real y la unidad de los territorios que dominaba, con vistas a un mejor aprovechamiento de los recursos al servicio de la política exterior. En su opinión, la eficacia de la maquinaria bélica de la monarquía, dependía de la capacidad para movilizar los recursos de sus reinos, lo cual requería una administración más ejecutiva y centralizada. Esto es lo que se llamó la Uníón de Armas, proyecto para “incrementar el compromiso de todos los reinos de España” para compartir con Castilla las cargas humanas y financieras del esfuerzo bélico. De esta forma, se prevéía la creación de una reserva común de 140.000 hombres, aportados proporcionalmente a su población por todos los reinos de la monarquía. Esta medida fue interpretada por los reinos de la Corona de Aragón como un peldaño más en su sumisión a la monarquía. Entre otras causas, el hecho causó en 1640 en Cataluña la sublevación del Corpus de sangre; a la que se sumó la portuguesa, también en 1640; ante la inexistencia de tropas reales en Portugal, nadie pudo impedir que el duque de Braganza se proclamase rey con el nombre de Juan IV. También se produjeron conspiraciones nobiliarias en Andalucía, otra del duque de Híjar para proclamarse rey de Aragón (1646) y otras tantas en Navarra, Nápoles y Sicilia (1647) No obstante, todas las reformas se estrellaron siempre con el hecho fundamental de la ruina de la economía de los reinos de la monarquía y la pérdida de crédito internacional.

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